Descubre la Vida Cotidiana en la Antigua Roma: Costumbres, Hogar y Ocio Romano

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La Vida Cotidiana en la Antigua Roma

La vida del romano comenzaba al amanecer y concluía al atardecer, una práctica que permitía ahorrar combustible, dado que el alumbrado era siempre deficiente. Tras levantarse, se aseaban.

La Rutina Diaria del Romano

  1. Tras el aseo, tomaban un ligero desayuno.
  2. A continuación, los grandes señores recibían a los esclavos y les daban su comida o el dinero.
  3. Cada uno se ocupaba de sus asuntos: negocios, actividades públicas, etc.
  4. A mediodía terminaba la jornada laboral. Se tomaban un ligero tentempié, que solían ser las sobras del día anterior. Mucha gente comía fuera de casa porque no tenían cocina en sus pequeñas viviendas.
  5. Después de una siesta, se dirigían al baño.
  6. Hasta finales de la República, los romanos tomaban un baño completo cada nueve días; después, en la época del Imperio, se daban un baño diario. La mayoría iba a locales privados o a las grandes termas públicas, muy económicas o gratuitas.
  7. A las dos y media, tres o cuatro, empezaba la cena, la principal comida del día. Era frecuente tener invitados. Aquellas cenas tenían mucha tertulia y pocas veces serían banquetes lujosos. Los comensales charlaban y escuchaban recitales de poemas o audiciones musicales; otros jugaban a los dados, etc. También había espectáculos. Los esclavos se encargaban de atender las necesidades de los invitados. Las servilletas servían para llevarse las sobras a casa.

La Comida en la Antigua Roma

Los romanos desconocían alimentos como el café, el té, el azúcar, las patatas, las judías o los tomates. En esa época se aclimataron en Europa las cerezas y los albaricoques, siendo la fruta principal la manzana. Su gusto era diferente al nuestro: mezclaban lo dulce-salado, salsas fuertes y hierbas aromáticas. Preferían el pescado y comían sentados.

Las Termas Romanas: Centros de Vida Social

Las termas eran grandes edificios donde se podía encontrar casi de todo. Se alternaban los baños calientes y fríos con un paso intermedio por una sala tibia. También se podía tomar baños de vapor. Muchos acababan bañándose en la piscina grande al aire libre. Había vendedores de salchichas, tortitas y bebidas, así como masajistas y depiladores. La calefacción estaba asegurada, ya que iba por debajo del suelo. También tenían locales destinados a la gimnasia y una palestra, zonas para pasear, biblioteca y sala de conferencias. Las mujeres también iban a las termas, pero si eran pequeñas, había horarios diferentes. Solo las piscinas al aire libre eran comunes. Era mal considerado que una mujer se bañara con hombres.

La Vivienda Romana: Del Atrio a las Insulae

Las primitivas viviendas romanas eran chozas rectangulares con un techo de paja y una sala única. Con la dominación etrusca, la ciudad evolucionó y los romanos aprendieron técnicas arquitectónicas. Aparecieron las primeras alcantarillas y la estructura de la casa típica quedó fijada.

En el interior de la casa había una gran sala rectangular, con una abertura en el techo para airear la casa y recoger el agua de lluvia que caía. Había una cisterna subterránea. Tenían muy pocas ventanas. Con el tiempo, alrededor del atrio se construyeron habitaciones y luego se añadió un segundo patio más abierto y con columnas. Las paredes podían estar cubiertas de yeso y solían pintarlas imitando mármoles preciosos o con dibujos. Las ventanas ya fueron siendo más comunes y se protegían con láminas y se reforzaban con contraventanas de madera. Estas maderas tenían un enrejado de hierro. Los suelos se adornaban con mosaicos, que se hacían según un propósito temático. Para la iluminación se utilizaban candelas, cirios o lámparas que colgaban del techo o se usaban en portalámparas. El mobiliario no era solo de madera; también lo había de metal, marfil, nácar o mármol.

El encarecimiento del suelo obligó a construir fincas de hasta siete pisos de altura (conocidas como insulae). Se construían rápidamente y con materiales baratos, por eso no eran muy seguras. La parte de adentro no tenía luz ni ventilación porque se construía hacia adentro. Los servicios comunitarios solo los había en la planta baja. Estas fincas eran muy ruidosas y se incendiaban con facilidad. A los romanos les gustaba mucho la naturaleza. Tenían patios y corrales para animales y también sitio para los esclavos.

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