Descubre tu camino: Reflexiones sobre la vida y la espiritualidad

Soy protagonista de mi vida

Hay cosas que solo tú puedes hacer, pero que no tienes que hacer en solitario. Aunque siempre necesitamos de las demás personas, también sientes la necesidad de ser protagonista de tu vida. Puede que todavía no sepas muy bien cuáles son tus metas o el mejor camino para alcanzarlas, pero lo que ves claro es que no quieres que otros u otras vivan tu vida por ti.

1. Somos peregrinos

La diferencia entre vivir como un peregrino o como un vagabundo radica en que este último no tiene una meta que lo oriente. El peregrino, aunque a veces se equivoque el camino, conoce el norte y el que guía sus pasos y puede reorientarse hacia su destino. Ni los obstáculos del camino ni las influencias del tiempo son capaces de acallar la voz interior que lo impulsa. No pierde, por tanto, la esperanza y la felicidad que la acompaña en el día a día.

2. La vida es una tarea

La vida humana es un regalo, no nos ponemos en mi camino sin equipaje. Todos disponemos de unos dones para alcanzar la felicidad a la que somos llamados. La tarea de cada uno consiste en identificar estos dones, desarrollarlos y ponerlos al servicio de los demás.

3. Ser la mejor versión de uno mismo

Desarrollar estos dones, madurar, exige cuidar e integrar armónicamente las distintas dimensiones de nuestra personalidad:

• La dimensión corporal o física: una buena alimentación, deporte, descanso.
• La dimensión afectiva: la gestión de los sentimientos.
• La dimensión social: las relaciones personales, el servicio a los demás, el ocio saludable.
• La dimensión espiritual: el cultivo de la relación con Dios fundamento en una rica interioridad.

4. Las piedras del camino

Todo peregrino sabe que algunas etapas de la vida son dolorosas. A veces la experiencia del cansancio, la propia debilidad lo empujan a tirar la toalla. En otras ocasiones, los obstáculos son externos, el daño recibido. Las compañías inadecuadas, la incomprensión de los que rodean, etc., parece apagar la luz que ilumina el camino. El peregrino sabe que puede llegar momentos de incertidumbre en los que se sentirá cansada y desorientada.

5. Motivos para el crecimiento

La realidad es que sufrimos y hacemos sufrir. Pero, ¿por qué existe el mal y el sufrimiento? La conciencia de dolor o de la limitación nos impulsa también a buscar certezas acerca de nosotros mismos y del mundo. Los malos momentos de la vida nos lleva a recibir en nuestro interior los grandes ideales que nos pusieron en camino, a levantarnos y a seguir adelante. Saber afrontar estas experiencias es fuente de crecimiento y mejora personal. Los peores momentos siempre nos obligan a revisar los grandes motivos que nos hicieron emprender el camino.

La vida es una aventura

A lo largo de este curso profundizarás en la respuesta a la asombrosa capacidad humana de salir de sí y a superar los obstáculos que se presentan en la vida, el amor. Tendrás la oportunidad de profundizar en la respuesta a las grandes preguntas de tu vida. Alcanzar la meta, el amor pleno que ansía tu corazón, es una verdadera aventura que dura toda la vida.

El olvido de Dios

La religión ha estado presente en todas las culturas. Sin embargo, en los inicios de la edad moderna comenzó a delinearse una nueva idea del ser humano al que se convirtió en la medida de todas las cosas. Esta actitud trajo consigo un progresivo olvido de Dios que, en algunos casos, ha supuesto la renuncia a encontrar respuesta a las grandes interrogantes.

El agnosticismo

Afirma que el ser humano carece de la capacidad de conocer mediante la razón, verdades que hayan más allá de lo sensible, de lo que podemos tocar y ver. El agnosticismo no niega la existencia de Dios, como hace el ateo, pero afirma que esta no puede demostrar y que aún en el caso de que existiera, sería un ser tan lejano al ser humano que no afectaría a su vida. Actualmente suele presentarse en dos actitudes.

1. Un Dios ausente

Es la actitud de quien piensa que cada uno debe ser el dueño de su destino, de quien vive, por lo tanto, como si Dios no existiera. Este pensamiento es propio de un modo de vida en el que no se deja tiempo para la búsqueda de su sentido profundo. Se ve facilitado por una cultura del éxito y del interés individual. La presión de un ambiente hedonista ha favorecido además el abandono de la fe por parte de muchas personas que todavía se llaman creyentes.

2. Un Dios sin rostro

Ciertas posturas admiten que, si bien no cabe en conocimiento racional de Dios, si es posible una religiosidad basada en el sentimiento. La religión entonces se convierte en algo subjetivo en lo que cada uno se crea un Dios a su medida. Para esta nueva religiosidad lo único importante es sentirse bien y huir del sufrimiento. Dios ya no es padre ni una persona a la que amar y por la que ser amado.

El ateísmo

La actitud agnóstica, al renunciar a encontrar una respuesta a los grandes interrogantes, preparó la aparición del ateísmo. El ateo niega que exista una verdad primero. Es decir, piensa, actúa y vive como si Dios no existiera. Prescinde de él y cuando se actitud es radical, intenta excluirlo del ámbito público.

Fundamentos del ateísmo

• Solo existe lo material: Solo es real lo que puede conocerse a través de los sentidos. No obstante, realidad es como Dios o el alma humana. No se puede medir ni observar. Por lo que es preciso negar su existencia.
• El ser humano debe ser plenamente autónomo: La plena liberación del ser humano existe el abandono de la idea de Dios, la libertad tiene que ser absoluta. Hay que rechazar toda norma moral que la persona que no se haya dado sí misma. Además, se considera que el ser humano puede dar respuesta a todos los interrogantes.
• La existencia del mar contradice la existencia de Dios: No es posible compatibilizar la existencia de la bondad de Dios con el dolor y el sufrimiento que advertimos en el mundo.

¿Hay esperanza sin Dios?

El agnosticismo y el ateísmo se postulan como un estímulo para que la paz y el progreso del ser humano. Sin embargo, lo cierto es que han aumentado su inquietud determinados episodios en el siglo XX y el desarrollo, en ocasiones deshumanizador de la ciencia y la técnica, demuestran que la promesa de felicidad no se cumple sin Dios. Sin él, la vida carece de esperanza y el dolor es puro sinsentido.

Espiritualidad. ¿Con Dios o sin Dios?

En nuestra cultura han calado diversas actitudes o movimientos que, aunque diversos entre sí, reciben la común denominación de New Age o nueva era. Frente al materialismo moderno, pretenden una vuelta al mundo espiritual. Sin embargo, mantienen la centralidad de él y o la negación de toda autoridad. Muestran una clara preferencia por las creencias orientales.

• ¿Quién es Dios?
  • Nueva era: es una energía impersonal o alma del universo. Es un organismo vivo (Gaia) cuyo fin es la fusión de todos los seres en él (panteísmo).
  • Respuesta cristiana: es el creador, un ser personal absolutamente diferente del mundo y quiere que el ser humano participe de su vida.
• ¿Quién es el ser humano?
  • Nueva era: es una chispa de la divinidad. Mediante el conocimiento de Dios interno, el ser humano creará una nueva humanidad.
  • Respuesta cristiana: es la imagen de Dios. Por ello, tiene una dignidad sagrada que es revelada plenamente en Jesucristo.
• ¿Qué es el mundo?
  • Respuesta nueva era: Es un ser vivo animado por una energía secreta. La persona no es superior a las demás formas de vida, pierde así su dignidad singular.
  • Respuesta cristiana: Como creación de Dios no debe ser objeto de explotación, pero tampoco divinizarse. Son responsables de su cuidado.
• ¿Qué sentido tiene la existencia humana?
  • Respuesta nueva era: Consiste en un viaje hasta la unificación de la propia conciencia con la energía cósmica. No existe el mal, el pecado ni la culpa, sino que solo una conciencia imperfecta.
  • Respuesta cristiana: Nuestra vocación es la comunión con Dios, él se ha dado a conocer en Jesucristo y responde a nuestras inquietudes, nos libera del mal y nos da una nueva vida.
• ¿En qué consiste la vida espiritual?
  • Respuesta nueva era: En alcanzar la conciencia universal con claves y técnicas para controlar la energía o Dios interior. A veces se recurre al espiritismo. Algunos defienden la necesidad de la reencarnación.
  • Respuesta cristiana: En el encuentro con Jesús que nos convoca en su iglesia, envía al Espíritu Santo, pero quiere que colaboremos. Por ello, somos responsables y responderemos de nuestra vida tras la muerte.