Descripción de los personajes de la casa de Bernarda Alba
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Personajes
-Bernarda: su nombre significa “con fuerza de oso”. Además, el apellido Alba hace alusión a su permanente preocupación por la limpieza, tanto material -la relativa a la casa-
Como espiritual: aquella que se refiere a la honra de la familia. (60 años). Es autoritaria, dominante, violenta, intransigente, clasista e hipócrita. Porque ella representa la represión, la autoridad y el poder, así como los hábitos representativos de la sociedad española más tradicional. De ahí que se la presente como “mandona”, “dominanta”, y “tirana de todos los que la rodean”, además de ir siempre acompaña de su bastón, símbolo inequívoco de mando.
De hecho, ella parece haber anulado a su marido, el difunto Antonio María Benavides, quien quizá sólo le haya servido para darle cuatro hijas. Tanto es así, que ella es la que siempre toma las decisiones, y él se tuvo que refugiar en las caricias de la criada. De ahí que, al principio de la obra, se sugiera la idea de que, al morirse, se ganó un merecido descanso. Incluso su primer marido, el innominado padre de Angustias, sólo le vivíó unos pocos años. El tiempo suficiente como para haberle dejado una hija y la fortuna que ésta heredará. Además, un detalle curioso del poder que ella ha ejercido siempre en la casa puede ser el hecho de su dominio genético sobre los dos maridos, ya que ninguno de los dos ha sido capaz de darle un hijo varón. Su condición dominante es la que ha hecho que sólo haya dado a luz mujeres, sobre las que ella ejerce su dominio de madre orgullosa y autoritaria, papel éste que, en la teoría y en la práctica, solía corresponder más a la figura paterna que a la materna. Su idea de la maternidad queda reflejada en la
afirmación de que “Una hija que desobedece deja de ser hija para convertirse en una enemiga”.Permanentemente, reafirma su autoridad y sus amenazas a las hijas: “Pero todavía no soy anciana y tengo cinco cadenas para vosotras y esta casa levantada por mi padre para que ni las hierbas se enteren de mi desolación”. “No os hagáis ilusiones de que vais a poder conmigo. ¡Hasta que salga de esta casa con los pies adelante mandaré en lo mío y en lo vuestro”. Además de sentirse orgullosa como mujer autoritaria, Bernarda se siente orgullosa de pertenecer a una burguésía campesina relativamente acomodada y piensa que nadie de ese pueblo es merecedor de tener relaciones con sus hijas: “No hay a cien leguas a la redonda quien se pueda acercar a ellas. Los
hombres de aquí no son de su clase”. Pero, como le advierte Poncia, ella y sus hijas son ricas allí, pero en otro lugar ya no lo serían. Sus vecinos la temen, no sólo por su carácter agresivo, sino también porque conoce las historias y habladurías de cada una de las familias del lugar.
-Angustias: alusivo a su edad, a su fealdad y a su deseo de casarse.
-Magdalena: se asocia con la idea de ternura y llanto, por el recuerdo de María Magdalena.
-Amelía: significa “sin miel, sin dulzura”.
-Martirio: arrastra la cruz de su enfermedad, su fealdad y su amargura.
-Adela: “de naturaleza noble”.
-Poncia: su nombre se relaciona con la figura de Poncio Pilatos, pues ella es la gobernanta de la casa y, además, cuando surge alguna situación problemática, adopta la postura de lavarse las manos.
-Prudencia: en ella, a sus cincuenta años, se funden la sabiduría y la sensatez propias de la mujer madura.
-María Josefa: lleva los dos nombres de los padres de Jesucristo. Tal vez por ello, en el tercer acto, afirma que quiere ir a “los ramos del Portal de Belén”.
Una de las más conocidas clasificaciones de los personajes de La casa de Bernarda Alba es aquella que divide a los mismos en tres grandes grupos:
1.- Personajes visibles. Son aquellos que aparecen en escena y figuran en la lista de “dramatis personae” que figura al frente de la obra. Éstos, a su vez se subdividen en:
1.1.- Protagonistas. Aquellos cuya actuación influye en el
desarrollo de los hechos: Bernarda, Poncia, Angustias, Magdalena,
Amelía, Martirio, Adela y María Josefa.
1.2.- Secundarios. Sólo aparecen de forma esporádica o tienen
unas intervenciones muy puntuales en la obra: Criada, Mendiga,
Prudencia, Muchacha, y las Mujeres 1ª, 2ª, 3ª y 4ª.
2.- Personajes invisibles. No aparecen en escena, pero influyen en la acción dramática, bien de un modo decisivo -como es el caso de Pepe el Romano-, o bien de una forma menos relevante: la hija de la Librada y los segadores.
3.- Personajes aludidos. Tampoco aparecen en escena y sólo se hace mención a ellos por algún motivo concreto: Antonio María Benavides (el difunto marido de Bernarda, que tenía relaciones carnales con la Criada); Enrique Humanes (el que fuera pretendiente de Martirio); Paca la Roseta; Adelaida; la mujer de las lentejuelas; don Arturo, el notario, y el hombre de los encajes.
Espacio y tiempo
Espacio:Los tres actos de la obra transcurren en la casa: una habitación en el primer acto, otra en el segundo y un patio interior en el tercero. Las definiciones aplicadas a la casa son negativas. Bernarda ve en ella un refugio que la protege de toda amenaza externa. El espacio invisible de la calle y los campos es donde los hombres ejercen su dominio y disfrutan de su libertad. La calle, por tanto, se identifica con la libertad pero también es el lugar donde se crea el código que convierte a Bernarda en carcelera de sus hijas.
El mundo aparece como un lugar insolidario, cruel y trágico, por eso las hijas de Bernarda saben que tampoco la salida del hogar materno resolvería su situación.
Los lugares ausentes físicamente en la obra están cargados de simbolismo: el corral o las puertas y ventanas siempre cerradas.
El mar, en cambio, simboliza el amor sin barreras, la fecundidad y la libertad.
Tiempo impreciso:No se sabe cuántos días, semanas o meses pasan entre los tres actos pero se alude continuamente al paso de las horas. No obstante, tenemos la impresión de que el tiempo no pasa.
Amor y muerte
La obra mantiene vínculos estrechos con la tragedia griega, en la que los personajes estaban dominados por un destino que les conducía inevitablemente a la muerte. Esto lo podemos ver en la menor de las hijas de Bernarda. Adela se ve empujada a un dilema trágico cuando debe decidirse entre renunciar para siempre a Pepe o quitarse la vida.
La tragedia clásica pretendía impresionar al espectador para purificarlo y Lorca propone algo semejante. Quería que los espectadores tomasen conciencia de los defectos de la sociedad que los rodeaba y que tomasen su parte de culpa. En la tragedia clásica también solía aparecer un coro que en “La casa de Bernarda Alba” serían María Josefa y la criada Poncia, personajes que advierten los errores de Bernarda y anticipan la tragedia final.
Principio de autoridad y de libertad
Autoridad y libertad son los dos conceptos más importantes en esta obra. La autoridad es la forma de dominación del otro, y también una manifestación del poder. Con la autoridad se anula la libertad de otra persona.
En la obra, podemos observar que una de las protagonistas, Bernarda, es básicamente la que pertenecería al bando de la autoridad. Su comportamiento es muy dictatorial, y eso implica que prácticamente, no pueda suceder nada relacionado con la libertad. Bernarda, impide a sus hijas, salir al exterior y conocer a otra gente, no les permite estar con otros hombres, no les permite que ninguna persona entre en casa, y mantiene a sus hijas como esclavas trabajando en su casa. Este comportamiento tan autoritario, provoca que sus hijas le vayan cogiendo mucho rencor a su madre, haciendo así una alianza entre algunas hermanas, para protegerse mutuamente e intentar evitar ese comportamiento de Bernarda sobre ellas. Por lo tanto, la autoridad, conduce a un conflicto total en la casa, donde podríamos distinguir dos bandos: El de algunas hermanas, y el de Bernarda. Prácticamente, esa casa es como una guerra, por ejemplo, ocultando secretos, viéndose con hombres fuera de casa, en general, infringiendo las normas de Bernarda en su casa.
Por otra parte, la autoridad implica muchas más tensiones en la familia y desequilibra a todas las mujeres emocionalmente. María Josefa, la madre de Bernarda, está encerrada en una habitación todos los días. Aproximadamente, tendrá unos 80 años y tiene un trastorno mental con querer ser madre. Es como si en la casa faltara el amor de una madre, puesto que Bernarda actúa como un padre, es decir, representa los valores patriarcales, la violencia, la intolerancia, el acoso, la dominación, etc.
La madre de Bernarda, en una de las escenas, coge una oveja en las manos, como si fuera su hijo, viendo así su gran deseo de ser madre. En sus hijas, en cambio, podemos observar, que Martirio, la hermana mayor, siempre está vigilando a la hermana pequeña, Adela. La sigue, la espía, le pregunta cosas constantemente, etc. Eso provoca que Adela, se esconda de ella, para poder tener así un poquito más de intimidad. Por lo tanto, la represión de la autoridad provoca desconfianza entre las hermanas.
En relación con la libertad somos libres cuando no hay ninguna persona o emoción que te impide hacer tu voluntad. Analizando el concepto “libertad” con la obra, podemos encontrar que la libertad es el principal o mayor deseo de todas las hermanas. Todas y cada una de ellas, intentan salir de esa cárcel, y poderse relacionar con otras personas, hacer cosas que hace todo el mundo, hacer rutina, es decir, tener una vida cotidiana tranquila, sin conflictos, ni autoridad, ni maltratos. Otro tema importante en la obra, es la sexualidad. La mayoría de las hermanas son vírgenes, y están reprimidas sexualmente. Una de las culpables de esta represión es la religión. La falta de libertad para desarrollar la sexualidad provoca celos entre las hermanas por culpa de Pepe El Romano.
Personalmente, pienso que el comportamiento de Bernarda no es adecuado. Las hijas y los hijos están para disfrutarlos y pasar tiempo con ellas. Sí que es verdad, que en esa época eso no era así, y es por eso entiendo el comportamiento de las personas en la obra.
Puede ser que Bernarda, sea controladora, dictadora, etc. provocando así mucho miedo en la casa, pero quizá, su intención sea proteger a sus hijas. Seguramente ella conoce a los hombres, y conoce su comportamiento. Ella estuvo con su marido durante mucho tiempo, y esté dolida. Todo ese dolor y rencor podría haber cambiado completamente a una persona como Bernarda, que ahora piensa que los hombres son personas miserables y egoístas. Por esto, intenta que sus hijas no pasen por lo mismo que ella.
Por otra parte, creo que sus hijas tendrían que cambiar su comportamiento. No tendrían que vigilarse mutuamente, ni marginar a algunas hermanas, sino que tendrían que unirse todas y formar una piña inseparable.
Retomando el tema de la relación con su madre, es verdad que sus hijas tienen derecho a ser felices con un marido e hijos, pero no por eso, deben abandonar a su madre y despreciarla.
En fin, es verdad que algunas personas no sean muy amables, sean insoportables e intratables con las demás, pero no por eso, esas personas no puedan tener su lado bueno. Y yo creo que Bernarda es una de esas personas, esas personas que son muy malas, como la brujas en los cuento de niños, pero quizá lo único que necesita es un poco más de cariño por parte de sus hijas, e intentar que sus hijas también cumplan su sueño de ser felices.