Descartes: Ética Provisional y el Dominio de las Pasiones por la Razón

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La Moral Provisional de Descartes: Principios para una Vida Ética

Cuando René Descartes inicia su proceso personal y filosófico de búsqueda de conocimientos verdaderos, se da cuenta de que, mientras tanto, deberá responder a la pregunta: ¿cómo he de vivir? Es por ello que el Discurso del Método acepta seguir unas reglas de conducta que, aunque no son resultado directo de su método filosófico, tomará como provisionales y necesarias para convivir con los demás.

Así, Descartes se plantea una moral provisional que sea eminentemente práctica. Se propone seguir tres reglas fundamentales:

Las Tres Reglas de la Moral Provisional

  1. Obedecer las leyes y costumbres del país

    La primera regla es "obedecer las leyes y las costumbres de mi país", lo cual significa respetar la religión en que se ha sido educado y tener en cuenta las opiniones más moderadas y sensatas. El objetivo de Descartes no es, pues, ni político ni religioso, sino que busca la verdad desde una perspectiva puramente filosófica.

  2. Ser firme y decidido en las acciones

    La segunda regla pide "ser tan firme y decidido como pudiera en mis acciones", de forma que, incluso en las decisiones más dudosas, una vez asumidas, uno debe obligarse a seguirlas con constancia.

  3. Vencerse a sí mismo antes que a la fortuna

    La tercera regla aconseja "siempre vencerme a mí mismo antes que a la fortuna", es decir, aceptar que todo lo que acontece en contra de nuestros deseos es imposible de cambiar. Lo que hay, pues, es intentar cambiar nuestros deseos antes que las cosas que los causan, o dicho de otro modo, acostumbrarse a no desear aquellos bienes que no estén a nuestro alcance.

Acciones, Pasiones y la Búsqueda de la Tranquilidad del Alma

Descartes distingue en la vida humana entre acciones y pasiones. Las acciones son aquellos actos llevados a cabo por el individuo como resultado de la capacidad de deliberación de su voluntad, es decir, lo que hacemos después de haber sopesado los pros y los contras. Las pasiones son aquellos sentimientos, emociones y percepciones que el individuo recibe pasivamente a través del cuerpo, tales como el amor, el miedo, el color, etc.

Las pasiones pueden llevar al individuo hacia el bien o hacia el mal, porque excitan deseos buenos y deseos malos. Si uno es capaz de diferenciarlos, de elegir los buenos y dominar los que no le convienen, entonces actuará moralmente bien. Pero no es fácil descubrir las cosas que son realmente buenas, porque las pasiones nos engañan y, a veces, nos presentan algo más deseable de lo que es o más difícil de conseguir de lo que parece.

Además, Descartes sostiene que lo mejor para el ser humano es lograr la tranquilidad de su alma, y que esta depende de que su razón pueda dirigir sus pasiones. Y esto es posible si llegamos a conocer cuáles son las cosas que dependen de nosotros y cuáles no. Para conseguir que la razón domine plenamente la voluntad y las pasiones, Descartes recomienda la prudencia como virtud esencial.

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