Descartes: Duda Metódica y el 'Pienso, Luego Existo' como Fundamento Filosófico
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Descartes: Duda Metódica y el 'Pienso, Luego Existo'
Autor: Descartes, perteneciente al siglo XVII, es considerado el padre de la filosofía moderna. Es el primer gran pensador racionalista y consideró que la razón es la fuente de certeza del conocimiento, siempre y cuando siga el método adecuado.
Tema: El tema central del texto es la duda metódica y la primera verdad indubitable: “Pienso, luego existo”, que constituye el fundamento de toda su filosofía.
Ideas Principales
- Las percepciones sensibles a menudo nos engañan.
- Frecuentemente nos equivocamos en los razonamientos matemáticos.
- No podemos distinguir con certeza la vigilia del sueño.
- No podemos estar seguros de ningún conocimiento.
- Quizá todo lo que pensamos sea falso; sin embargo, hay una certeza: que pensamos y, consecuentemente, existimos.
- Nuestra existencia como ser pensante puede convertirse en el primer principio de la filosofía.
Relación de Ideas
Las tres primeras ideas son constataciones de hechos, evidencias referidas a la experiencia sensible, a las matemáticas o a la apariencia de realidad que tienen nuestros sueños. Estas tres ideas son las premisas de las que se deriva la conclusión provisional a la que llega en la cuarta idea principal: que no podemos estar seguros de la verdad de nuestros conocimientos. Es una conclusión provisional porque, a continuación, en la idea número 5, extrae de ella una consecuencia: la necesidad de la existencia del ser que piensa y que puede estar equivocándose cuando piensa. Esto nos lleva a la conclusión final: la existencia de la conciencia capaz de pensar es una verdad indubitable y es el principio de toda la filosofía.
Explicación de las Ideas
Las tres primeras ideas deben entenderse en el marco de la duda metódica que plantea Descartes. No podemos estar seguros de nuestra experiencia sensible; por ejemplo, cuando introducimos un palo en un vaso de agua y lo vemos roto aunque no lo esté (idea nº 1). Además, a veces resulta imposible distinguir la vigilia del sueño (idea nº 3). Tampoco las matemáticas, que nos ofrecen conocimientos formales, no empíricos, son fiables. Según Descartes, es posible que exista un genio maligno empeñado en llevarnos a cometer errores, falsos razonamientos (idea nº 2). Por eso, aparentemente, llegamos a una conclusión demoledora: no podemos estar seguros de nuestros conocimientos (idea nº 4). La duda cartesiana es universal, pero es metódica: se duda sólo provisionalmente con el objetivo de encontrar una verdad firme. Y es que esta duda metódica cartesiana tiene una importante consecuencia que recoge la idea nº 5: la necesidad de la existencia de la conciencia pensante, esa conciencia que puede estar equivocándose continuamente sobre todo lo que piensa, pero que tiene que existir para poder equivocarse cuando piensa. “Pienso, luego existo”.
La conclusión definitiva que nos presenta Descartes en la idea nº 6 establece esta verdad indubitable que es el principio de la filosofía. A partir de la existencia del yo, Descartes establecerá también la existencia de Dios (puesto que ese yo tiene la idea de infinita perfección que sólo puede provenir de Dios) y de los cuerpos, del mundo (puesto que Dios no va a permitir que el hombre se engañe sobre su existencia).