Desarrollo y Trastornos de la Personalidad: Factores Clave y Tipos
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Definición de Personalidad
"La personalidad es la organización dinámica, en el interior del individuo, de los sistemas psicofísicos que determinan su conducta y su pensamiento característicos".
Esta definición indica:
- Que la personalidad es de naturaleza cambiante: organización dinámica.
- Que es algo interno, no de apariencia externa.
- Que no es exclusivamente mental, ni exclusivamente neurológica, sino que su organización exige el funcionamiento de mente y cuerpo como unidad.
- Que los sistemas psicológicos son tendencias determinantes que dirigen y motivan la acción.
- Que la conducta y el pensamiento son característicos de cada individuo, y que en ellos se refleja su adaptación al ambiente, a la vez que son formas de acción sobre él.
Factores que Influyen en la Personalidad
En la génesis de toda personalidad se encuentran elementos de origen hereditario y elementos de origen ambiental.
- La herencia proporciona una constitución física y una dotación genética, mediante las cuales se va a captar el mundo y a responder ante él.
- El ambiente proporciona elementos de interpretación, pautas para dar significado a los estímulos, y determinar formas de respuesta.
- La influencia simultánea de lo hereditario y lo ambiental a través del tiempo y del espacio, van dando origen y determinando la personalidad.
El individuo no nace con una personalidad determinada, sino con cierta dotación que condicionará, en parte, el desarrollo posterior. La personalidad se conquista, se hace, se construye. Las condiciones heredadas se complementan y transforman a través de la experiencia, el aprendizaje, la educación, el trabajo, la fuerza de voluntad, la convivencia y el cultivo de la persona.
Definición de la Personalidad: Es la suma total de todas las disposiciones biológicas, impulsos, instintos hereditarios más las disposiciones adquiridas.
La personalidad, como organización dinámica, cambia con la edad, la profesión u ocupación del sujeto, su situación vital, cambios en su medio ambiente, etc.
La personalidad es nuestro ser global, lo que somos y lo que podemos ser. El carácter es una expresión externa de esa individualidad o configuración particular que es cada personalidad.
Aspectos Fundamentales de la Personalidad
Al tratar de explicar qué es la personalidad, indicábamos que contiene elementos de origen hereditario y ambiental. Estos elementos o factores constitutivos de la personalidad son:
- La constitución física
- El temperamento
- La inteligencia
- El carácter moral
Todo ser humano al nacer posee una personalidad "potencial", en cuanto a que tiene los elementos básicos de la misma. Esta potencialidad comenzará a ser realidad cuando se inicie el desarrollo de ciertas características y capacidades, como trabajo intelectual, creatividad, conducta intencional y valores éticos, entre otras, que indican que los diversos elementos de la personalidad están funcionando con cierto nivel de organización.
Y se puede hablar de personalidad estructurada cuando el individuo logra dinamizar de forma integrada y con autonomía estos aspectos básicos, lo que le llevará a tener una conducta y un pensamiento característicos.
Una personalidad estructurada dará origen a una identidad firme y sólida.
En otros términos, el logro de una identidad personal requiere haber conformado una personalidad estructurada adecuadamente en sus aspectos esenciales.
Cómo se Construye Nuestra Personalidad
Factores Heredados
Hay unos elementos que recibimos de nuestros padres: el temperamento, las pasiones, los defectos o cualidades físicos y las limitaciones o las capacidades psíquicas. Estos elementos son los más personales y profundos. Definen mucho nuestra forma de ser. Podemos mejorarlos o limarlos con la formación personal, pero dan un color especial a nuestra personalidad por toda la vida.
Factores Adquiridos del Ambiente
Otros elementos los recibimos a lo largo de la vida, sobre todo durante los cuatro primeros años. Adquirimos costumbres, cultura, una forma de ver la vida (que llamamos cosmovisión), los modales de trato o la formación de comunicación con los demás. Recibimos estos elementos de la familia durante la infancia en un 70%; en un 20% de la escuela; y en un 10% de las amistades o la sociedad. Hoy, está aumentando el influjo de la televisión por la cantidad de horas gastadas por los niños ante el televisor.
Experiencias Personales
Hay situaciones muy particulares que forjan el perfil de cada persona. No se heredan, ni vienen del ambiente: se viven en primera persona. Y son de dos tipos: las decisiones y los accidentes.
Las decisiones personales dejan una profunda huella: dejar el estudio por iniciar un trabajo, casarse, elegir un grupo de amistades... Son decisiones que marcan un rumbo para todo el futuro.
A veces, las situaciones que dejan huella vienen de fuera. Son los accidentes. Pueden ser totalmente imprevistos: un choque de autos, un asalto; o podemos tener cada uno parte en la decisión que ocasione la situación imprevista: un embarazo no deseado, la elección del trabajo... Estas experiencias marcan a la persona para toda la vida. No tienen siempre resultados negativos. Aún las situaciones molestas y conflictivas, pueden aprovecharse para madurar, para aprender o para rectificar.
El Autoconcepto
Incluye todas las creencias que se tiene de uno mismo.
Los factores heredados, los factores adquiridos del ambiente, las experiencias personales y el autoconcepto se combinan dibujando los rasgos personalísimos de cada uno. Por eso, no hay dos personas iguales. Y esta combinación de factores nos descubre estas pistas interesantes para la formación humana:
- El ser humano es complejo. No nos educamos con la sola buena voluntad.
- El ser humano depende de sus fuerzas y de sus limitaciones naturales. No podemos, pues, dejar de lado nuestra forma de ser y aspirar a subir hasta sueños irrealizables, porque nuestras fuerzas y limitaciones nos marcan una frontera.
- Al mismo tiempo, tenemos la libertad. No somos robots programados. Tenemos límites, pero nuestras decisiones libres nos permiten salir de esquemas encerrados y fijos.
- Debemos aceptarnos como somos. Así podemos mejorarnos. Conviene reconocer nuestras cualidades sin vanidad y aceptar los defectos ante los demás, aunque nos duela.
- Debemos cuidarnos de los influjos nocivos del ambiente. Si vigilamos, evitaremos muchas dificultades innecesarias. Es muy importante seleccionar las lecturas, los videos, las revistas.
- Necesitamos ser coherentes: reconocer las dificultades y los compromisos nacidos de nuestras decisiones pasadas. Aunque nos duela, debemos pagar la moneda que nos corresponde.
Trastornos de la Personalidad
Los trastornos de la personalidad se caracterizan por patrones de percepción, reacción y relación que son relativamente fijos, inflexibles y socialmente desadaptados, incluyendo una variedad de situaciones.
Las personas con trastornos de la personalidad generalmente no son conscientes de que su comportamiento o sus patrones de pensamiento son inapropiados; por el contrario, a menudo creen que sus patrones son normales y correctos. Con frecuencia, los familiares o los asistentes sociales los envían a recibir ayuda psiquiátrica porque su comportamiento inadecuado causa dificultades a los demás. En cambio, la gente con trastornos por ansiedad se causa problemas a sí misma pero no a otros. Cuando las personas con trastornos de la personalidad buscan ayuda por sí mismas (frecuentemente, a causa de frustraciones), tienden a creer que sus problemas están causados por otras personas o por una situación particularmente dificultosa.
Los trastornos de la personalidad incluyen los siguientes tipos: paranoide, esquizoide, histriónico, narcisista, antisocial, límite, evitador, dependiente, obsesivo-compulsivo y pasivo-agresivo. El trastorno de identidad disociativo, anteriormente llamado trastorno de personalidad múltiple, es un trastorno completamente diferente.
Personalidad Paranoide
Las personas con una personalidad paranoide proyectan sus propios conflictos y hostilidades hacia otros. Son generalmente frías y distantes en sus relaciones. Tienden a encontrar intenciones hostiles y malévolas detrás de los actos triviales, inocentes o incluso positivos de otras personas y reaccionan con suspicacia a los cambios en las situaciones. A menudo, las suspicacias conducen a conductas agresivas o al rechazo por parte de los demás (resultados que parecen justificar sus sentimientos originales).
Personalidad Esquizoide
Las personas con una personalidad esquizoide son introvertidas, ensimismadas y solitarias. Son emocionalmente frías y socialmente distantes. A menudo están absortas en sus propios pensamientos y sentimientos y son temerosas de la aproximación e intimidad con otros. Hablan poco, son dadas a soñar despiertas y prefieren la especulación teórica a la acción práctica. La fantasía es un modo frecuente de enfrentarse a la realidad.
Personalidad Histriónica
Las personas con una personalidad histriónica buscan de un modo notable llamar la atención y se comportan teatralmente. Sus maneras vivamente expresivas tienen como resultado el establecer relaciones con facilidad pero de un modo superficial. Las emociones a menudo aparecen exageradas, infantilizadas e ideadas para provocar la simpatía o la atención (con frecuencia erótica o sexual) de los otros.
Personalidad Narcisista
Las personas con una personalidad narcisista tienen un sentido de superioridad y una creencia exagerada en su propio valor o importancia, lo que los psiquiatras llaman “grandiosidad”. La persona con este tipo de personalidad puede ser extremadamente sensible al fracaso, a la derrota o a la crítica y, cuando se le enfrenta a un fracaso para comprobar la alta opinión de sí mismos, pueden ponerse fácilmente rabiosos o gravemente deprimidos.
Personalidad Antisocial
Las personas con personalidad antisocial, la mayor parte de las cuales son hombres, muestran desprecio insensible por los derechos y los sentimientos de los demás. Explotan a otros para obtener beneficio material o gratificación personal (a diferencia de los narcisistas, que creen que son mejores que los otros). Característicamente, tales personas expresan sus conflictos impulsiva e irresponsablemente. Toleran mal la frustración y, en ocasiones, son hostiles o violentas. A pesar de los problemas o el daño que causan a otros por su comportamiento antisocial, típicamente no sienten remordimientos o culpabilidad. Al contrario, racionalizan cínicamente su comportamiento o culpan a otros. Sus relaciones están llenas de deshonestidades y de engaños. La frustración y el castigo raramente les ocasionan la modificación de sus conductas.
Son frecuentemente proclives al alcoholismo, a la toxicomanía, a las desviaciones sexuales, a la promiscuidad y a ser encarceladas.
Personalidad Evitadora
La gente con una personalidad evitadora es hipersensible al rechazo y teme comenzar relaciones o alguna otra cosa nueva por la posibilidad de rechazo o de decepción. Estas personas tienen un fuerte deseo de recibir afecto y de ser aceptadas. Sufren abiertamente por su aislamiento y falta de habilidad para relacionarse cómodamente con los otros.
Personalidad Dependiente
Las personas con una personalidad dependiente transfieren las decisiones importantes y las responsabilidades a otros y permiten que las necesidades de aquellos de quienes dependen se antepongan a las propias. No tienen confianza en sí mismas y manifiestan una intensa inseguridad. A menudo se quejan de que no pueden tomar decisiones y de que no saben qué hacer o cómo hacerlo. Son reacias a expresar opiniones, aunque las tengan, porque temen ofender a la gente que necesitan. Las personas con otros trastornos de personalidad frecuentemente presentan aspectos de la personalidad dependiente, pero estos signos quedan generalmente encubiertos por la predominancia del otro trastorno. Algunos adultos con enfermedades prolongadas desarrollan personalidades dependientes.
Personalidad Obsesivo-Compulsiva
Las personas con personalidad obsesivo-compulsiva son formales, fiables, ordenadas y metódicas pero a menudo no pueden adaptarse a los cambios. Son cautos y analizan todos los aspectos de un problema, lo que dificulta la toma de decisiones. Aunque estos signos están en consonancia con los estándares culturales de occidente, los individuos con una personalidad obsesivo-compulsiva toman sus responsabilidades con tanta seriedad que no toleran los errores y prestan tanta atención a los detalles que no pueden llegar a completar sus tareas.
Personalidad Pasiva-Agresiva
Los comportamientos de una persona con una personalidad pasiva-agresiva (negativista) tienen como objetivo encubierto controlar o castigar a otros. El comportamiento pasivo-agresivo es con frecuencia expresado como demora, ineficiencia y malhumor. A menudo, los individuos con una personalidad pasiva-agresiva aceptan realizar tareas que en realidad no desean hacer y luego proceden a minar sutilmente la finalización de esas tareas. Ese comportamiento generalmente sirve para expresar una hostilidad oculta.