Desarrollo sustentable
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1.1.1 La ecología y las ciencias afines.
La definición más escueta de ecología es la de "estudio (logia / logía) de los organismos en relación con el medio" (oikoV / óikos = casa, hábitat, ambiente, medio).
Una definición mucho más globalizadora interpreta la ecología como la "biología de los ecosistemas" en fotogramas parciales y aislados o en visiones más globales y continuas.
La ecología explícita o implícitamente utiliza enunciados de las siguientes disciplinas, que aportan elementos para explicar el aprovechamiento de recursos acuíferos, edáficos y explotación de los bosques, entre otros:
En principio la física (ciencia que se ocupa del estudio de la materia y sus diversas manifestaciones) y la química (ciencia que se ocupa del estudio de la materia, la energía y sus reacciones) auxilian a la ecología a estudiar la composición del medio donde se desarrollan los organismos, así como las leyes que rigen su comportamiento y cambios de la materia y la energía.
Por su parte, la geografía es una disciplina que permite saber cómo es el lugar, desde el punto vista físico, donde viven los organismos; sus subdivisiones son la geología, hidrografía, oceanografía, etc.; entre ellas es importante la climatología que se ocupa de los elementos meteorológicos.
La biología, mediante sus divisiones de mayor relevancia como la botánica (estudio de los vegetales) y zoología (estudio de los animales), está entre las ciencias más importantes en los estudios ecológicos. Otras de sus ramas, la bioquímica, nos permite comprender cómo se efectúan las reacciones químicas a nivel biológico; la fisiología es también una rama de la biología y un valioso auxiliar de la ecología, debido a que se ocupa del estudio de las funciones vitales (respiración, nutrición, fotosíntesis, excreción, digestión, etc.) que realizan los seres vivos; por su parte la genética estudia los mecanismos de herencia y transmisión de caracteres en la sucesión orgánica.
La paleontología (que estudia los fósiles de organismos anteriores) es un valioso auxiliar de la ecología, porque mediante ella se pueden reconstruir las líneas naturales no renovables (petróleo, carbón, etc.).
Finalmente, la ecología, cuando estudia al hombre y sus adaptación a la civilización (ecología humana), señala la necesidad de que éste reglamente el uso de los recursos, promulgue leyes para la conservación de los mismos, se asegure de que éstas sean aplicadas y cumplidas y, además, organice su medio (ciudades), con el apoyo de disciplinas sociales como:
- Economía. Ciencia que se propone el análisis riguroso de los procesos de producción, canalización y distribución de los recursos, del papel del trabajo humano en el aprovechamiento de las materias primas y de las necesidades de consumo.
- Demografía. Estudia las colectividades humanas. Por ejemplo: número de nacimientos, defunciones y matrimonios; densidad, migraciones y frecuencia de enfermedades.
- Derecho. Conjunto de normas jurídicas que tienden a regular la vida del hombre en la sociedad; el derecho debe relacionarse con la ecología para reglamentar el uso de los recursos y de los ecosistemas en general.
- Sociología. Estudia las formas o modelos de relación e interdependencia de los hombres en sociedad.
- Antropología. Estudia al hombre física y moralmente y considera sus variedades raciales, culturales, geográficas, etc.
- Psicología. En su origen esta disciplina era considerada como la “ciencia del alma” y formaba parte de la filosofía. No obstante, el psicoanálisis, originado en las investigaciones de Sigmund Freud, ha dado lugar a una amplia variedad de desarrollos denominados genéricamente psicología dinámica; en ésta se estudian las relaciones existentes entre ellas y consecuentemente con la ecología.
Como podemos observar, la ecología implica un carácter multidisciplinario, que es de vital importancia para la sobrevivencia de todas las especies que habitan sobre la Tierra.
- Ecosistemas
En otras palabras, el ecosistema es una unidad formada por factores bióticos (o integrantes vivos como los vegetales y los animales) y abióticos (componentes que carecen de vida, como por ejemplo los minerales y el agua), en la que existen interacciones vitales, fluye la energía y circula la materia.
El hábitat y el nicho ecológico
El hábitat es el lugar físico de un ecosistema que reúne las condiciones naturales donde vive una especie y al cual se halla adaptada. El nicho ecológico es el modo en que un organismo se relaciona con los factores bióticos y abióticos de su ambiente. Incluye las condiciones físicas, químicas y biológicas que una especie necesita para vivir y reproducirse en un ecosistema. La temperatura, la humedad y la luz son algunos de los factores físicos y químicos que determinan el nicho de una especie. Entre los condicionantes biológicos están el tipo de alimentación, los depredadores, los competidores y las enfermedades, es decir, especies que rivalizan por las mismas condiciones.
La sucesión ecológicaLa sucesión ecológica es el reemplazo de algunos elementos del ecosistema por otros en el transcurso del tiempo. Así, una determinada área es colonizada por especies vegetales cada vez más complejas. Hay dos tipos de sucesiones: primaria y secundaria. La primera ocurre cuando se parte de un terreno en donde nunca hubo vida. Este tipo de proceso puede durar miles de años. La sucesión secundaria es la que se registra luego de un disturbio, por ejemplo, un incendio. En este caso el ambiente contiene nutrientes y residuos orgánicos que facilitan el crecimiento de los vegetales.
1.1.3 Factores limitativos.Factores Abióticos
Todos los factores químico-físicos del ambiente son llamados factores abióticos (de a, "sin", y bio, "vida). Los factores abióticos más conspicuos son la precipitación (lluvia más nevadas) y temperatura; todos sabemos que estos factores varían grandemente de un lugar a otro, pero las variaciones pueden ser aún mucho más importantes de lo que normalmente reconocemos.
Factores Bióticos
Un ecosistema siempre involucra a más de una especie vegetal que interactúan con factores abióticos. Invariablemente la comunidad vegetal está compuesta por un número de especies que pueden competir unas con otras, pero que también pueden ser de ayuda mutua.
Todas las interacciones con otras especies se clasifican como factores bióticos; algunos factores bióticos son positivos, otros son negativos y algunos son neutros.
Óptimos y Rangos de Tolerancia
A través de observaciones de campo (observaciones de cosas como existen en la naturaleza en contraposición a experimentos de laboratorio), podemos llegar a la conclusión que especies diferentes de plantas varían grandemente en cuanto a su tolerancia (capacidad para soportar) a diferentes factores abióticos. Esta hipótesis ha sido examinada y verificada a través de experimentos llamados "pruebas de estrés".
la temperatura a la cual se presenta la máxima tasa de crecimiento se llama la temperatura óptima. La gama o rango de temperatura dentro del cual hay crecimiento se llama el rango o gama de tolerancia (para la temperatura). Las temperaturas por debajo o por encima de las cuales las plantas no crecen se llaman los límites de tolerancia.
De esta manera, los experimentos controlados apoyan la hipótesis de que las especies difieren en su adaptación a los diversos factores abióticos. La distribución geográfica de una especie puede estar determinada por el grado en el cual sus requerimientos son cumplidos por los factores abióticos presentes. Una especie puede prosperar donde encuentra condiciones óptimas; sobrevive malamente cuando las condiciones difieren de su óptimo. Pero no sobrevivirá en aquellos lugares donde cualquier factor abiótico tenga un valor fuera de su límite de tolerancia para ese factor.
Algunos de los principios adicionales de la "ley" de la tolerancia se enuncian como sigue:
Los organismos pueden tener un rango de tolerancia muy amplio para un factor y otro muy estrecho para otros factores.
Los organismos con rangos amplios de tolerancia para todos los factores son los que tienen mayor oportunidad de distribuirse extensamente.
Para denominar los grados relativos de tolerancia se utilizan los prefijos esteno (estrecho) y euri (amplio); así, estenotérmico-euritérmico se refiere a temperatura, estenohídrico-eurihídrico se refiere al agua, estenohalino-eurihalino se refiere a salinidad, estenofágico-eurifágico se refiere a alimentación y estenoico-eurioico se refiere a selección del hábitat.
La Ley del Mínimo de Liebig
"el crecimiento de una planta depende de los nutrientes disponibles sólo en cantidades mínimas" ha llegado a conocerse como "ley" del mínimo de Liebig.
La ley del mínimo de Liebig dice que el nutriente que se encuentra menos disponible es el que limita la producción, aún cuando los demás estén en cantidades suficientes.
Es importante enfatizar que tanto demasiado como demasiado poco de cualquier factor abiótico simple puede limitar o prevenir el crecimiento a pesar de que los demás factores se encuentren en, o cerca de, el óptimo. Esta modificación de la ley del mínimo se conoce como la Ley de los Factores Limitantes. El factor que esté limitando el crecimiento (o cualquier otra respuesta) de un organismo se conoce como el factor limitante.
- Diversidad biológica.
La diversidad biológica es la variedad de formas de vida y de adaptaciones de los organismos al ambiente que encontramos en la biosfera. Se suele llamar también biodiversidad y constituye la gran riqueza de la vida del planeta.
Diversidad de especies, genes y ecosistemas
La diversidad no es sólo de tipos de organismos y conviene diferenciar:
a) Diversidad específica.- La biodiversidad más aparente y que primero captamos es la de especies. Pero es muy importante considerar la importancia que tienen tanto la diversidad genética como la de los ecosistemas.
b) Diversidad genética.- Aunque los individuos de una especie tienen semejanzas esenciales entre sí, no son todos iguales. Genéticamente son diferentes y además existen variedades y razas distintas dentro de la especie. Esta diversidad es una gran riqueza de la especie que facilita su adaptación a medios cambiantes y su evolución. Como veremos, desde un punto de vista práctico, es especialmente importante mantener la diversidad genética de las especies que usamos en los cultivos o en la ganadería.
c) Diversidad de ecosistemas. La vida se ha diversificado porque ha ido adaptándose ha distintos hábitats, siempre formando parte de un sistema complejo de interrelaciones con otros seres vivos y no vivos, en lo que llamamos ecosistemas. Por tanto la diversidad de especies es un reflejo en realidad de la diversidad de ecosistemas y no se puede pensar en las especies como algo aislado del ecosistema. Esto conduce a la idea, tan importante en el aspecto ambiental, de que no se puede mantener la diversidad de especies si no se mantiene la de ecosistemas. De hecho la destrucción de ecosistemas es la principal responsable de la acelerada extinción de los últimos siglos.
- Recursos naturales.
Los recursos naturales son los elementos y fuerzas de la naturaleza que el hombre puede utilizar y aprovechar.
En la época feudal aumentó el número de áreas de cultivo, se incrementó la explotación de los bosques, y se desarrollaron la ganadería, la pesca y otras actividades humanas. No obstante, la revolución industrial y el surgimiento del capitalismo fueron los factores que más drásticamente incidieron en el deterioro del medio ambiente, al acelerar los procesos de contaminación del suelo por el auge del desarrollo de la industria, la explotación desmedida de los recursos naturales y el crecimiento demográfico. De ahí que el hombre tenga que aplicar medidas urgentes para proteger los recursos naturales y garantizar, al mismo tiempo, la propia supervivencia.
Los recursos naturales son de dos tipos: renovables y no renovables. La diferencia entre unos y otros está determinada por la posibilidad que tienen los renovables de ser usados una y otra vez, siempre que el hombre cuide de la regeneración.
El Agua
El agua, al mismo tiempo que constituye el líquido más abundante en la Tierra, representa el recurso natural más importante y la base de toda forma de vida.
El agua constituye más del 80% del cuerpo de la mayoría de los organismos, e interviene en la mayor parte de los procesos metabólicos que se realizan en los seres vivos. Desempeña de forma especial un importante papel en la fotosíntesis de las plantas y, además, sirve de hábitat a una gran parte de los organismos.
La Atmósfera
La atmósfera es una capa gaseosa que rodea el globo terráqueo. Es transparente e impalpable, y no resulta fácil señalar exactamente su espesor, ya que no posee una superficie superior definida que la limite, sino que se va haciendo menos densa a medida que aumenta la altura, hasta ser imperceptible.
los gases atmosféricos forman la mezcla que conocemos por aire. En las partes más inferiores de la troposfera, el aire está compuesto principalmente por nitrógeno y oxígeno, aunque también existen pequeñas cantidades de argón, dióxido de carbono, neón, helio, ozono y otros gases. También hay cantidades variables de polvo procedentes de la Tierra, y vapor de agua.
No hay dudas de que la atmósfera constituye un recurso natural indispensable para la vida, y se clasifica como un recurso renovable. Sin embargo, su capacidad de renovación es limitada, ya que depende de la actividad fotosintética de las plantas, por la cual se devuelve el oxígeno a la atmósfera. Por esta razón, es lógico pensar que de resultar dañadas las plantas, por la contaminación del aire o por otras acciones de la actividad humana, es posible que se presente una reducción del contenido de oxígeno en la atmósfera, con consecuencias catastróficas para todos los seres vivos que lo utilizan.
como puede verse, la contaminación del aire afecta varios factores del ambiente:
otra forma de contaminación del aire son los olores en general, pues aún cuando sean agradables inicialmente, pueden convertirse en molestos e inconvenientes, ocasionando al hombre malestar y dolores de cabeza.
el Suelo
Uno de los principales recursos que brinda la naturaleza al hombre es el suelo, ya que en él crecen y se desarrollan las plantas, tanto las silvestres como las que se cultivan para servir de alimento al hombre y los animales.
La formación de los suelos depende de un largo y complejo proceso de descomposición de las rocas, en el cual intervienen factores físicos, químicos y biológicos. La interacción de estos, como factores ecológicos, provoca la desintegración de los minerales que, unidos a los restos de animales y plantas en forma de materia orgánica, originan el suelo.
Los seres vivos intervienen en la destrucción de la roca madre y, además de los agentes climáticos, toman parte en la mezcla de sustancias del suelo, en su distribución horizontal, y añaden a éste materia orgánica. Las sustancias de desecho de animales y vegetales, así como los propios cuerpos de estos al morir, son las únicas fuentes de materia orgánica del suelo, la cual proporciona a éste algunos componentes esenciales, lo modifica de diferentes modos, y hace posible el crecimiento de fauna y flora variadas, que de otra manera no podrían existir.
Además, la materia orgánica incorporada al suelo almacena mayor cantidad de energía, obtenida del Sol por la fotosíntesis, que la materia inorgánica a partir de la cual se sintetizó. Por consiguiente, los seres vivos contribuyen a la formación del suelo aportando no solo materiales, sino también energía, tanto potencial como cinética.
La presencia de distintos tipos de minerales, las variaciones climáticas, la altura sobre el nivel del mar, la latitud geográfica y otros factores, determinan una gran variabilidad de los suelos, la cual se manifiesta en las características físicas y químicas de estos.
Otros fenómenos que se presentan en los suelos son el exceso de acidez y salinidad, los cuales imposibilitan la utilización óptima de los suelos.
Para evitar la degradación de los suelos es necesario:
- Restituirles, por medio de la fertilización, los nutrientes que van siendo extraídos por las plantas o que son arrastrados por las aguas.
- Evitar las talas y los desmontes desmedidos, así como las quemas, fundamentalmente en las laderas.
- Preparar los surcos, en zonas de alta pendiente, en forma perpendicular a estas, de manera que el agua, al correr, no arrastre el suelo.
- Proporcionar al suelo la cobertura vegetal necesaria para evitar la erosión.
- Evitar la contaminación que provoca el uso indiscriminado de productos químicos en la actividad agrícola.
La Flora y la Fauna
La flora y la fauna representan los componentes vivos o bióticos de la naturaleza, los cuales, unidos a los componentes no vivos o abióticos, como el suelo, el agua, el aire, etc., conforman el medio natural.
Entre la flora y la fauna existe una dependencia muy estrecha, basada en leyes naturales que rigen la estructura y funciones de las asociaciones de seres vivos.
Las relaciones de alimentación, o relaciones tróficas, determinan las llamadas cadenas alimentarias, en las cuales los animales herbívoros (los que se alimentan de plantas y otros organismos vegetales) constituyen el alimento básico de otros grupos de animales que, a su vez, servirán de alimento a otros.
Esto trae como consecuencia que la disminución en número o la desaparición de uno de estos eslabones de la cadena, por causas naturales o por la influencia del hombre, ponga en peligro todo el sistema, al romperse el equilibrio que caracteriza las relaciones entre el medio biótico y abiótico de la naturaleza.
Por esta razón, el hombre debe estudiar las relaciones y las leyes que determinan este equilibrio, y convertirse en su máximo protector, ya que, en sentido general, todas las afectaciones que sufre el medio natural repercuten de uno u otro modo sobre él.
La flora y la fauna representan recursos naturales renovables, de gran importancia para el hombre. De la flora proviene una gran parte de los alimentos y medicamentos, así como la materia prima para la industria textil, maderera y otras.
A través del tiempo, el hombre, en su lucha por dominar la naturaleza, aprendió a usar las plantas y los animales para subsistir; de ellos obtenía alimentos, vestidos y fuego para calentarse. Pero, a medida que las comunidades fueron creciendo, fueron aumentando de igual modo las necesidades de alimentos, y, por consiguiente, la utilización de la flora y la fauna se incrementó hasta niveles muy por encima de las capacidades de regeneración de la naturaleza.
Por este motivo, desaparecieron grandes mamíferos, que fueron exterminados por el hombre. Tal es el caso de los mamut y de otras especies de animales.
Actualmente, el desarrollo de la sociedad atenta de igual forma contra las especies de animales y vegetales, en aquellos países sometidos a la explotación desmedida de los recursos naturales.
El desarrollo de la agricultura hace que se incrementen las áreas de cultivo, en detrimento de las áreas naturales, lo cual hace que desaparezca también un gran número de especies de plantas. La fauna, que encuentra en estas áreas naturales su hábitat, es decir, el lugar donde vive y se desarrolla una especie animal o vegetal, se ve cada vez más amenazada al tener que buscar otras áreas donde satisfacer las necesidades vitales.
El desarrollo de la industria, que con sus desechos contamina el medio, afecta de igual forma el medio natural y, por consiguiente, a los sistemas vivientes que en él habitan.
Límites de los Recursos Naturales
Entre los innumerables elementos de la crisis del medio ambiente en la que se haya sumergida nuestra civilización, los relativos al problema de los límites de los recursos naturales figuran entre los más inquietantes y polémicos.
La consideración de este problema lleva a tratar aspectos tan candentes como la finalidad del crecimiento o la imperiosa necesidad de alcanzar un estado estacionario en los efectivos de las poblaciones humanas y su nivel de producción industrial, siempre en términos cuantitativos.
El nivel de consumo actual de las fuentes de energía, de las materias primas, del agua y de los recursos alimenticios alcanza un valor absoluto tal, que no puede menos de extrañar la sorpresa de algunos que, de repente, descubren ¡el carácter finito de la ecosfera!
Límites energéticos
Las disponibilidades energéticas figuran entre los diversos límites probables a la expansión de la actividad industrial humana.
Dos tipos de fuentes de energía pueden ser utilizadas por el hombre. Las primeras, no renovables, comprenden los diversos combustibles fósiles y las materias fisibles (uranio 235, por ejemplo).
Las segundas son, por su misma esencia, inagotables a escala de nuestra especie, aunque de más difícil explotación. Se trata de la energía solar, de la energía de las mareas oceánicas y de la energía térmica. El flujo de la energía natural constituido por estos fenómenos cósmicos se reparte de la siguiente forma:
Flujo solar | 178,000 x 109 kw/año |
Energía geotérmica | 32 x 109 kw/año |
Energía marina | 3 x 109 kw/año |
Sólo una ínfima parte de estas gigantescas fuentes de energía se utiliza bajo forma hidroeléctrica. La satisfacción de las necesidades energéticas de la civilización contemporánea se funda esencialmente en el empleo de combustibles fósiles. Hemos asistido desde comienzos de siglo, época en que el carbón y la madera tenían un papel preponderante, a una modificación de la naturaleza de los carburantes utilizados. La parte del gas natural y sobre todo el petróleo no ha hecho más que crecer en detrimento de los combustibles sólidos.
Los Recursos de Agua
Pese a una aparente abundancia, el agua dulce, habida cuenta del crecimiento de las necesidades humanas, es relativamente rara en la biosfera.
A diferencia de muchos otros problemas de recursos que no llegarán a ser cruciales más que en un futuro más o menos lejano, el del agua dulce es actual. La mayor parte de los países industrializados sufren ya una grave penuria, incluso aquellos que a priori parecen mejor provistos de dicho elemento.
Si tenemos en cuenta el incesante aumento de las necesidades de agua en la civilización contemporánea, en particular los enormes volúmenes consumidos por las naciones de gran expansión industrial; si no olvidamos las grandes cantidades de agua necesarias en la agricultura no solamente en los países desarrollados sino también en los en desarrollo cuya galopante demografía empuja a una explotación de tierras semiáridas con ayuda de la irrigación, se llega a la conclusión de que el agua es ya escasa en no pocas regiones del mundo. Figura en el primer plano de los recursos naturales susceptibles de faltar a la humanidad en un futuro próximo.
Desgraciadamente, la mala gestión, e incluso el despilfarro, de los recursos de agua son hoy, por el contrario, la regla en los países industrializados. La contaminación accidental, o por negligencia, de las capas freáticas más profundas compromete el porvenir de nuestras reservas hídricas e impedirá su utilización cuando se ponga de manifiesto su necesidad. En fin, las existencias de agua están igualmente limitadas por las exigencias de los consumidores, quienes acrecientan su empleo por la elevación del nivel de vida. Este fenómeno es tanto más notable en nuestros días cuanto que los habitantes de los países occidentales exigen de las aguas un grado de pureza que curiosamente no exigen en el aire que respiran.
Si examinamos ahora, no los volúmenes de agua dulce disponible, sino su distribución geográfica, se constata que ese elemento es no solamente bastante escaso en la biosfera sino que además se halla muy mal distribuido en la superficie de las tierras emergidas. Así, en más de la mitad de los continentes, el agua dulce exite en cantidades insuficientes o bajo una forma inutilizable para los fines agrícolas o industriales.
Los Recursos Alimenticios
De todos los graves problemas del entorno que caracterizan los tiempos presentes, el de las disponibilidades alimentarias es de entidad suficiente para inquietar a los ecólogos menos pesimistas. En ese dominio la crisis no pertenece al futuro: se cierne ya desde hace tiempo.
¿Qué superficie de tierras cultivables puede ser utilizada por la humanidad? Actualmente, todas las tierras fértiles han sido roturadas desde hace tiempo. Para complicar el asunto, la superficie total de las tierras disponibles para el cultivo disminuye en valor absoluto a consecuencia del crecimiento demográfico. Esto se debe no solamente a las alteraciones edafológicas y a la erosión de los suelos, sino también a las consecuencias de la expansión urbana e industrial. Estas últimas imposibilitan los usos agrícolas en superficies crecientes de suelo muy fértil, ya que las ciudades se instalan en general en el fondo de ricas cubetas aluviales. El crecimiento de las ciudades se realiza generalmente en detrimento de las mejores tierras; la superficie del conjunto de las ciudades del mundo es superior a la de Francia.
Las ciudades han esterilizado la veinteava parte del total de las tierras hoy explotadas. Hay que añadir a la superficie ocupada por las ciudades la de las carreteras, los aeropuertos, los terrenos militares, la inundación de valles por nuevos embalses hidroeléctricos... En definitiva, la superficie de las tierras disponibles decrece más rápidamente que el aumento de la población. Cada persona, además de su vivienda, tiene necesidad de una superficie de vías de comunicación, lugar de trabajo, etc.
- Conceptos básicos de Impacto Ambiental.
1.2.1 Definición y clasificación.
La introducción del concepto de Impacto Ambiental ha producido un giro significativo en el modo de encarar los procesos de planificación, y el diseño y ejecución de las actividades humanas. Anteriormente, la evaluación de la viabilidad de una actuación o proyecto se basaba únicamente en criterios técnicos, económicos y sociales, ahora es necesario también incluir los criterios ambientales.
En la década de los 70, con las primeras conferencias, reuniones y encuentros sobre medio ambiente comenzó a cobrar amplio reconocimiento la necesidad de incorporar la variable ambiental como factor de garantía de progreso sostenible, ya que se detectaba un agravamiento de los problemas ambientales, tanto globales, como nacionales, regionales y locales.
Así, nace el concepto de impacto ambiental indisolublemente relacionado con el de desarrollo sustentable con el fin de resaltar la necesidad de incorporar las variables ambientales en una concepción global y para postular que no puede existir un desarrollo sólido y estable si no existe una preocupación de la sociedad en su conjunto por la conservación ambiental.
La protección ambiental no puede plantearse como un dilema frente al desarrollo, sino como uno de sus elementos. Un desarrollo sostenible debe promover la conservación de los recursos naturales- tales como la tierra, el agua, y los recursos genéticos-y, a la vez, ser técnicamente apropiado, económicamente viable y socialmente aceptable, de tal manera que permita satisfacer las necesidades crecientes y lograr el desarrollo requerido de un país.
El crecimiento económico y la protección ambiental son aspectos complementarios. Sin una protección adecuada del medio ambiente, el crecimiento se vería menoscabado y sin crecimiento, fracasa la protección ambiental.
En este sentido la evaluación de impacto ambiental constituye una de las herramientas más útiles para la protección ambiental, ya que incorpora variables que hasta ahora no se tenían en cuenta. Así la evaluación de impacto ambiental se entiende como un proceso de análisis que anticipa los futuros impactos ambientales negativos y positivos de determinadas acciones humanas permitiendo seleccionar alternativas que maximicen los beneficios y disminuyan los impactos no deseados.
Por todo ello, es necesario impulsar el control y la adopción de medidas preventivas en aquellas actuaciones susceptibles de producir impactos negativos sobre el medio, afectando con ello a la calidad de vida de los ciudadanos.
Por tanto, denominaremos Impacto Ambiental al procedimiento por el cual se puede predecir, identificar, valorar, mitigar y corregir los efectos adversos de determinadas acciones que puedan afectar el medio ambiente y la calidad de vida en el área de intervención e influencia respectiva.
Se dice que hay impacto ambiental cuando una acción o actividad produce una alteración, favorable o desfavorable, en el medio o en alguno de los componentes del medio. Esta acción puede ser un proyecto de ingeniería, un programa, un plan, una ley o una disposición administrativa con implicaciones ambientales.
Las medidas de mitigación, son aquellas que buscan la implementación o aplicación de cualquier política, estrategia, obra o acción, tendente a eliminar o minimizar los impactos adversos que pueden presentarse durante las diversas etapas de desarrollo de un proyecto.
Los impactos se pueden clasificar de la siguiente manera:
Impacto Primario (directo o de primer orden). Cualquier efecto en el ambiente biofísico o socioeconómico que se origina de una acción directa relacionada con el proyecto.
Impacto Secundario (indirecto o inducido). Los efectos sobre el ambiente biofísico y socioeconómico que se desprenden de la acción, pero no se inician directamente por la misma.
Impacto a corto plazo. Aquél cuyos efectos significativos se presentan en periodos relativamente cortos.
Impacto a largo plazo. Es aquél cuyos efectos significativos ocurren en lapsos distantes al inicio de la acción.
Impacto acumulativo. Los efectos de este impacto se suman directamente, o en forma sinérgica, a condiciones ya presentes en el ambiente o a las de otros impactos. Por ejemplo, un cambio leve de salinidad en un estero puede tener repercusiones de poca importancia, a menos que se sumen a éste, los efectos de un cambio brusco de temperatura.
Impacto inevitable. Es aquél cuyos efectos no pueden evitarse total o parcialmente dadas las características específicas del proyecto y que, por lo tanto, requiere de la implantación inmediata de acciones correctivas.
Impacto irreversible. Estos impactos provocan una degradación en el ambiente de tal magnitud, que rebasan la capacidad de amortiguación y recuperación de las condiciones originales.
Impacto residual. Es aquél cuyos efectos persistirán en el ambiente, por lo que requiere de la aplicación de medidas de atenuación que consideren el uso de la mejor tecnología disponible.
Impacto reversible. Sus efectos en el ambiente pueden ser mitigados, de forma tal, que se restablezcan las condiciones preexistentes a la realización de la acción.
Impactos sobre la flora y fauna.
En el transcurso de las eras geológicas ha sucedido la extinción de los seres vivos a un ritmo relativamente lento: en cada millón de años desaparecerían 900 000 especies, en promedio se extinguía una especie en un año y cuarenta días. En la actualidad, la humanidad ha acelerado ese ritmo natural en centenares o aún miles de veces. Por ejemplo, los seres vivos de los arrecifes (que son aproximadamente 500 000, y ocupan unos 400 000 km2) serán casi totalmente exterminados en el siglo venidero. Además del perjuicio que se hace a la propia naturaleza, la humanidad también se está perjudicando porque esos seres vivos le son útiles en la medicina moderna.
Al ser arrasadas las selvas tropicales, también se está provocando la extinción de muchas especies: la Amazonia habrá perdido el 15% de sus especies vegetales para la primera década del año 2000 si continúa la deforestación. Es muy grande la diversidad biológica de las selvas: América cuenta con el 20% de todas las especies vivientes, Asia y África cuentan con más de otro 20%, por lo que al parecer serán cientos de miles las especies extintas.
La protección que se brinda a estos ecosistemas terrestres es exigua (ni un 5% de su área total) cuando se supone que es necesario un mínimo del 20% con protección eficaz. Pero aun cuando se cumpliera dicha protección, si una parte de la selva se destruye, la humedad sería insuficiente para mantener el resto de esa selva.
Impactos sobre el aire, agua y suelo.
Aire
La causa principal de esta contaminación es la combustión incompleta de carbón de piedra y aceite pesado, como en el caso de las instalaciones de calefacción, centrales termoeléctricas y como resultado de procesos industriales; sin contar la combustión de gasolina empleada por los vehículos de motor o la leña empleada en las comunidades rurales.
La cantidad y concentración de la contaminación atmosférica está en función de:
La dimensión de las partículas que determina en gran parte su propia capacidad de dispersión cuando actúan los vientos y por la fuerza de gravedad. Cuando miden menos de 3 mm de diámetro no pueden ser inhaladas, pero pueden constituir núcleos de condensación de vapor de agua y otros gases –smog-, pero si las partículas miden menos de una micra de diámetro, son transportadas por corrientes de aire, o de no ser así, quedan suspendidas en la atmósfera.
La concentración de contaminantes es muy elevada cuando a una masa de aire que permanece estática se le suma un sistema de altas presiones común en valles o depresiones intermontañosas. En estas condiciones la capa adyacente a la superficie terrestre es más fría que la inmediata superior y por consiguiente el comportamiento de la temperatura en relación con la altitud es contrario al gradiente “normal”; es a lo que llamamos inversión térmica, la cual desaparece si se producen corrientes convectivas fuertes o penetra una masa de aire inestable.
Entre los principales contaminantes que afectan a la atmósfera terrestre podemos encontrar:
- Compuestos sulfurados
Bióxido y trióxido de azufre
Ácido sulfúrico
2. Contaminantes carbonados
Bióxido de carbono o gas carbónico
Monóxido de carbono
Hidrocarburos
Aldehídos
3. Ozono
4. Compuesto nitrogenados
Óxidos de nitrógeno (monóxido y bióxido)
Ácido nítrico
5. Contaminantes minerales diversos
Flúor y sus derivados
Plomo y sus derivados
Óxidos de hierro
Agua
Aguas Continentales.
En forma natural y mediante el ciclo hidrológico, el agua se purifica, es decir, se deshace de materia orgánica en descomposición, gases y minerales disueltos y sólidos en suspensión. Pero si las corrientes y depósitos de agua son empleados para procesos industriales o para el transporte de residuos, entre otras funciones que se les asigna la población humana, entonces puede ser superada su capacidad de autodepuración. Como la descomposición de muchos residuos debe realizarse en el agua, los requerimientos de oxígeno disuelto son muy elevados, lo cual ocasiona un descenso importante de este gas vital para la sobrevivencia de los organismos que habitan esas aguas, como peces y plantas; hasta puede llegar a producir asfixia de todos los organismos y en ese caso se considera al agua biológicamente muerta, a excepción de las bacterias anaerobias que viven sin oxígeno y producen, además, gases nocivos como el sulfhídrico, de olor repugnante. Una situación similar se presenta si llega al agua un exceso de nutrimentos –nitrato o fosfatos- aportados por la escorrentía de fertilizantes agrícolas o de aguas residuales que contienen detergentes. Estos nutrimentos permiten un desarrollo excesivo de algunas clases de organismos como algas microscópicas o el lirio acuático, hecho que determina el agotamiento del oxígeno y la muerte de los demás organismos.
Cuando no logran regenerarse las agua corrientes o depósitos de agua a diversas cantidades de sustancias orgánicas y químicas, perecen los seres vivos que las habitan.
La corrección y prevención de la contaminación del agua debe realizarse por diversos métodos, entre ellos están:
Dragado de los residuos sólidos; la materia orgánica así retirada se puede emplear como abono. Además, este método se emplea para regenerar lagos muertos.
Incremento del oxígeno disuelto por bombeo o ampliación de la superficie del agua para favorecer la absorción del oxígeno atmosférico.
Instalación de las plantas de tratamiento de aguas residuales; en éstas se procede por pasos: en primer lugar se retiran los sólidos por medio de cribas y depósitos de sedimentación; el segundo paso es una acción oxigenante para favorecer el desarrollo de las bacterias de la descomposición, en este paso se realiza además una cloración para matar gérmenes patógenos; la tercera etapa consiste en la eliminación de productos químicos e impurezas solubles, esta última se encuentra en vías de estudio, pues todavía no es posible eliminar múltiples sustancias.
Océanos
La población humana contamina las agua oceánicas con diversos residuos industriales, agrícolas y domésticos, lo que ocasiona cambios en su composición química y en sus propiedades biológicas. Cuando son volúmenes reducidos de contaminantes, no se transforma la naturaleza química general, pero la aportación de grandes cantidades provoca graves daños, puesto que se alteran los procesos de disolución, coagulación, adsorción, precipitación y desintegración de las materias.
La acción nociva de la contaminación está en función de las siguientes condiciones.
Especies de los organismos marinos.
Categoría de los contaminantes.
Estados de agregación de los contaminantes.
Forma de aportación de los contaminantes.
Concentración y duración de la contaminación de las aguas oceánicas.
La contaminación marina influye en el clima mundial, porque los procesos de recambio térmico, hídrico y gaseoso en la superficie oceánica, son alterados por películas de petróleo, grasa o estireno que evitan la evaporación del agua y disminuyen la iluminación y la absorción de bióxido de carbono, nitrógeno y oxígeno.
Las medidas para evitar la contaminación de los océanos son múltiples, ya sean procedimientos tecnológicos o medidas jurídicas u organizativas. Algunas de ellas son las siguientes:
Aislamiento de materias nocivas.
Disminución en la aportación de los contaminantes.
Reorganización en la distribución de desechos, aprovechando la capacidad purificadora del medio.
Limitación del consumo y de la producción para disminuir la cantidad de contaminantes.
Redistribución de las zonas de producción y consumo apoyada en las reglas y normas en cuanto a los métodos físicos, la producción, el transporte y el consumo.
Aplicación de multas e impuestos diferenciados de acuerda a cada tipo de actividad e industria.
Inversiones, créditos, préstamos, como estímulo para seguir los procedimientos adecuados para el aprovechamiento de los recursos y la conservación del ambiente.
Promoción de la educación ambiental.
Investigación de la intrincada naturaleza de los océanos para elaborar programas correctos para su explotación y conservación.
Suelo
Concepto de contaminación del suelo
Un suelo se puede degradar al acumularse en él sustancias a unos niveles tales que repercuten negativamente en el comportamiento de los suelos. Las sustancias, a esos niveles de concentración, se vuelven tóxicas para los organismos del suelo. Se trata pues de una degradación química que provoca la pérdida parcial o total de la productividad del suelo.
Hemos de distinguir entre contaminación natural, frecuentemente endógena, y contaminación antrópica, siempre exógena.
Un ejemplo de contaminación natural es el proceso de concentración y toxicidad que muestran determinados elementos metálicos, presentes en los minerales originales de algunas rocas a medida que el suelo evoluciona. Un caso significativo se produce sobre rocas serpentinizadas con altos contenidos de elementos como Cr, Ni, Cu, Mn..., cuya edafogénesis en suelos con fuertes lavados origina la pérdida de los elementos más móviles, prácticamente todo el Mg, Ca, ...y, en ocasiones hasta gran parte del Si, con lo que los suelos residuales fuertemente evolucionados presentan elevadísimas concentraciones de aquellos elementos metálicos, que hacen a estos suelos susceptibles de ser utilizados como menas metálicas. Obviamente a medida que avanza el proceso de concentración residual de los metales pesados se produce el paso de estos elementos desde los minerales primarios, es decir desde formas no asimilables, a especies de mayor actividad e influencia sobre los vegetales y el entorno. De esta forma, la presencia de una fuerte toxicidad para muchas plantas sólo se manifiesta a partir de un cierto grado de evolución edáfica, y por tanto es máxima en condiciones tropicales húmedas.
Otro ejemplo de aparición natural de una anomalía de alta concentración de una forma tóxica se produce en la evolución acidificante de los suelos por la acción conjunta de la hidrólisis, lavado de cationes, presión de CO2 y ácidos orgánicos que, progresivamente, conducen a una mayor concentración de Al disuelto y a un predominio de especies nocivas como Al+3 o las formas Al-OH escasamente polimerizadas (Macias, 1993).
Los fenómenos naturales pueden ser causas de importantes contaminaciones en el suelo. Así es bien conocido el hecho de que un solo volcán activo puede aportar mayores cantidades de sustancias externas y contaminantes, como cenizas, metales pesados, H+ y SO4-2, que varias centrales térmicas de carbón.
Pero las causas más frecuentes de contaminación son debidas a la actuación antrópica, que al desarrollarse sin la necesaria planificación producen un cambio negativo de las propiedades del suelo.
En los estudios de contaminación, no basta con detectar la presencia de contaminantes sino que se han de definir los máximos niveles admisibles y además se han de analizar posibles factores que puedan influir en la respuesta del suelo a los agentes contaminantes, como son: vulnerabilidad, poder de amortiguación, movilidad, biodisponibilidad, persistencia y carga crítica, que pueden modificar los denominados "umbrales generales de la toxicidad" para la estimación de los impactos potenciales y la planificación de las actividades permitidas y prohibidas en cada tipo de medio.
Vulnerabilidad. Representa el grado de sensibilidad (o debilidad) del suelo frente a la agresión de los agentes contaminantes. Este concepto está relacionado con la capacidad de amortiguación. A mayor capacidad de amortiguación, menor vulnerabilidad. El grado de vulnerabilidad de un suelo frente a la contaminación depende de la intensidad de afectación, del tiempo que debe transcurrir para que los efectos indeseables se manifiesten en las propiedades físicas y químicas de un suelo y de la velocidad con que se producen los cambios secuenciales en las propiedades de los suelos en respuesta al impacto de los contaminantes.
Permite diferenciar los riesgos potenciales de diferentes actividades o predecir las consecuencias de la continuación en las condiciones actuales.
En muchas ocasiones, resulta difícil obtener los grados de sensibilidad de los suelos frente a un determinado tipo de impacto, debido a la fuerte heterogeneidad de los suelos, incluso para suelos muy próximos.
Poder de amortiguación. El conjunto de las propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo lo hacen un sistema clave, especialmente importante en los ciclos biogeoquímicos superficiales, en los que actúa como un reactor complejo, capaz de realizar funciones de filtración, descomposición, neutralización, inactivación, almacenamiento, etc. Por todo ello el suelo actúa como barrera protectora de otros medios más sensibles, como los hidrológicos y los biológicos. La mayoría de los suelos presentan una elevada capacidad de depuración.
Esta capacidad de depuración tiene un límite diferente para cada situación y para cada suelo. Cuando se alcanza ese límite el suelo deja de ser eficaz e incluso puede funcionar como una "fuente" de sustancias peligrosas para los organismos que viven en él o de otros medios relacionados.
Un suelo contaminado es aquél que ha superado su capacidad de amortiguación para una o varias sustancias, y como consecuencia, pasa de actuar como un sistema protector a ser causa de problemas para el agua, la atmósfera, y los organismos. Al mismo tiempo se modifican sus equilibrios biogeoquímicos y aparecen cantidades anómalas de determinados componentes que originan modificaciones importantes en las propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo.
El grado de contaminación de un suelo no puede ser estimado exclusivamente a partir de los valores totales de los contaminantes frente a determinados valores guía, sino que se hace necesario considerar la biodisponibilidad, movilidad y persistencia (Calvo de Anta, 1997).
Agentes contaminantes y su procedencia
Son muy diversos. Dentro de ellos tenemos los metales pesados, las emisiones ácidas atmosféricas, la utilización de agua de riego salina y los fitosanitarios.
Estos agentes contaminantes proceden generalmente de la actuación antropogénica del hombre, así los metales pesados proceden directamente de las minas, fundición y refino; residuos domésticos; productos agrícolas como fitosanitarios; emisiones atmosféricas mediante actividades de minería y refinería de metales, quema de combustibles fósiles, purines, etc.
Los metales pesados en pequeñas dosis pueden ser beneficiosos para los organismos vivos y de hecho son utilizados como micronutrientes, pero pasado un umbral se convierten en elementos nocivos para la salud.
Las emisiones ácidas atmosféricas proceden generalmente de la industria, del tráfico rodado, abonos nitrogenados que sufren el proceso de desnitrificación. Como consecuencia de esta contaminación se disminuye el pH del suelo con lo que se puede superar la capacidad tampón y liberar elementos de las estructuras cristalinas que a esos pH pueden solubilizarse y son altamente tóxicos para animales y plantas.
Utilización de agua de riego salina. El mal uso del agua de riego provoca la salinización y la sodificación del suelo. En el primer caso se produce una acumulación de sales más solubles que el yeso que interfieren en el crecimiento de la mayoría de los cultivos y plantas no especializadas (se evalúa por la elevación de la conductividad eléctrica del extracto de saturación). En el segundo caso se produce una acumulación de sodio intercambiable que tiene una acción dispersante sobre las arcillas y de solubilización de la materia orgánica, que afecta muy negativamente a las propiedades físicas del suelo (agregados menos estables, sellado del suelo, encostramiento y disminución de la conductividad hidráulica), por lo que el medio será menos apto para el crecimiento de los cultivos.
Fitosanitarios. Dentro de ellos agrupamos los plaguicidas y los fertilizantes. Son, generalmente, productos químicos de síntesis y sus efectos dependen tanto de las características de las moléculas orgánicas (mayoría de los plaguicidas) como de las características del suelo.
Los fertilizantes además de contener metales pesados, producen contaminación por fosfatos (eutrofización en lagos) y nitratos.
Impactos sociales y culturales.
Los impactos hacia la humanidad tienden a ser difíciles de definir y evaluar. Los efectos del ruido y de la contaminación del agua y del aire sobre la salud, las tensiones psicológicas causadas por la alta densidad, así como un medio con un “ritmo” relativamente rápido no se cuantifican con facilidad. Varios efectos no son especialmente nocivos en los contactos aislados pero la exposición prolongada a la inhalación e concentraciones bajas de plomo, por ejemplo, puede ser un problema serio. Los impactos psicológicos son los menos comprendidos y, en consecuencia, los más difíciles de evaluar.
La industrialización y la urbanización son fenómenos mundiales. Un número creciente de personas están habitando en ciudades cada vez más grandes. Estas comunidades de alta densidad poblacional plantean un reto especial en cuanto al aprovisionamiento de agua potable, aire limpio, eliminación de desperdicios, transporte y espacio recreativo. La comunicación moderna ha transformado al mundo en una aldea global y ha elevado las expectativas de la mayoría de nosotros respecto a una vida mejor. Se requerirá un enorme ingenio, diplomacia y determinación por parte de los líderes mundiales de quienes los ayudan (científicos, ingenieros, abogados, economistas y gerentes) para dirigir el desarrollo a lo largo del próximo siglo. Con el objetivo de influir en las políticas gubernamentales relacionadas con estas cuestiones han surgido grupos de presión que generalmente plantean su causa de manera prejuiciada y exagerada. No es sorprendente que aparezcan informes diametralmente opuestos sobre una cuestión ambiental específica. Todos hemos sido testigos de esto en la prensa popular, la radio, la televisión y el campo científico. En ocasiones se dificulta saber a quiénes creer.
1.3 Actividades antropogénicas: historia y sus consecuencias.
El medio ambiente como proveedor de alimentos, salud y energéticos.
La producción de alimentos es prácticamente la razón de ser de nuestra civilización. La agricultura fue uno de los tres fue uno de los tres o cuatro elementos que dieron lugar al ascenso del hombre, convirtiéndolo es una especie dominante. Antes de que tuviéramos la capacidad de satisfacer nuestras necesidades de manera relativamente fácil, los humanos utilizábamos la mayor parte de tiempo buscando el sustento diario, lo cual impedía el avance de la civilización, tanto en forma de grandes expresiones de arte, como en ciencia, tecnología y de desarrollo de los sistemas social y político.
El problema alimentario sin embargo, no ha terminado, porque la población ha seguido creciendo. Al mismo tiempo que hemos ido supliendo nuestra necesidad de alimentos, hemos incrementado nuestra capacidad reproductiva, lo cual es como una carrera entre la población y producción de alimentos. En los próximos cuarenta años, el aumento de la población se dará en los países en desarrollo, lo cual implica un problema no solo de alimentos sino económico.
Cada año tenemos un poco más de comida pero mucha más gente a quien alimentar. Esto nos hace pensar que es necesario mejorar continuamente la agricultura, pero sobre el tema hay dos corrientes opuestas. Por un lado, los países en desarrollo necesitan producir mucho alimento, y por otro, los países desarrollados quisieran reducir la utilización de pesticidas, fertilizantes y otros insumos agrícolas a fin de lograr una producción menos costosa desde el punto de vista ambiental.
Tenemos a nuestra disposición energía en diversas formas, por ejemplo, en forma de electricidad, que utilizamos para iluminar y hacer funcionar los aparatos del hogar y de las industrias; en forma de gasolina, que hace funcionar los automóviles; en forma de gas que calienta a comida y el agua de baño, etc. Sin embargo, la fuente principal de energía de que disponemos es la que percibimos del Sol en forma de radiación, luz y calor, siendo ésta además, responsable de la formación de energéticos fósiles, como el petróleo, el carbón y el gas. Hasta los alimentos de los que obtenemos energía para vivir, contienen energía que proviene del Sol.
La fuente principal de energía de la Tierra es la radiación solar, la cual, por medio de complicados mecanismos, provoca los movimientos del aire, del agua que fluye por los arroyos, así como la transformación química de las plantas. Por lo tanto, el reto actual de los ingenieros y científicos consiste en encontrar nuevas formas para utilizar dicha energía, que se transforma continuamente.
Impacto de la agricultura.
Impactos ambientales de la agricultura moderna
La agricultura siempre ha supuesto un impacto ambiental fuerte. Hay que talar bosques para tener suelo apto para el cultivo, hacer embalses de agua para regar, canalizar ríos, etc. La agricultura moderna ha multiplicado los impactos negativos sobre el ambiente. La destrucción y salinización del suelo, la contaminación por plaguicidas y fertilizantes, la deforestación o la pérdida de biodiversidad genética, son problemas muy importantes a los que hay que hacer frente para poder seguir disfrutando de las ventajas que la revolución verde nos ha traído.
Los principales impactos negativos son:
a) Erosión del suelo.
La destrucción del suelo y su pérdida al ser arrastrado por las aguas o los vientos suponen la pérdida, en todo el mundo, de entre cinco y siete millones de hectáreas de tierra cultivable cada año, según datos de la FAO de 1996. El mal uso de la tierra, la tala de bosques, los cultivos en laderas muy pronunciadas, la escasa utilización de técnicas de conservación del suelo y de fertilizantes orgánicos, facilitan la erosión. En la península Ibérica la degradación de los suelos es un problema de primera importancia.
En los lugares con clima seco el viento levanta de los suelos no cubiertos de vegetación o de los pastizales sobreexplotados, grandes cantidades de polvo que son la principal fuente de contaminación del aire por partículas en estos lugares.
b) Salinización y anegamiento de suelos muy irrigados
Cuando los suelos regados no tienen un drenaje suficientemente bueno se encharcan con el agua y cuando el agua se evapora, las sales que contiene el suelo son arrastradas a la superficie. Según datos de la FAO casi la mitad de las tierras de regadío del mundo han bajado su productividad por este motivo y alrededor de 1,5 millones de hectáreas se pierden cada año.
c) Uso excesivo de fertilizantes y plaguicidas.
Los fertilizantes y pesticidas deben ser usados en las cantidades adecuadas para que no causen problemas. En muchos lugares del mundo su excesivo uso provoca contaminación de las aguas cuando estos productos son arrastrados por la lluvia. Esta contaminación provoca eutrofización de las aguas, mortandad en los peces y otros seres vivos y daños en la salud humana.
Especialmente difícil de solucionar es la contaminación de las aguas subterráneas con este tipo de productos. Muchos acuíferos de las zonas agrícolas se han contaminado con nitratos hasta un nivel peligroso para la salud humana, especialmente para los niños. Un ejemplo especialmente dramático ha sido el del mar de Aral.
Al mismo tiempo, en otros países, el uso de cantidades demasiado pequeñas de fertilizantes disminuye los nutrientes del suelo, con lo que contribuye a su degradación.
d) Agotamiento de acuíferos.
En las zonas secas y soleadas se obtienen excelentes rendimientos agrícolas con el riego y en muchos lugares, pro ejemplo en los conocidos invernaderos de Almería, se acude a las aguas subterráneas para regar. Pero los acuíferos han tardado en formarse decenas de años y cuando se les quita agua en mayor cantidad que la que les llega se van vaciando. Por este motivo las fuentes que surgían se secan, desaparecen humedales tradicionales en esa zona, y si están cerca del mar el agua salada va penetrando en la bolsa de agua, salinizándola, hasta hacerla inútil para sus usos agrícolas o para el consumo humano.
e) Pérdida de diversidad genética.
En la agricultura y ganadería tradicionales había un gran aislamiento geográfico entre los agricultores y ganaderos de unas regiones y otras y por eso, a lo largo de los siglos, fueron surgiendo miles de variedades de cada planta o animal domesticado.
Esto supone una gran riqueza genética que aprovechaban los que hacían la selección de nuevas variedades. Su trabajo consiste, en gran parte en cruzar unas variedades con otras para obtener combinaciones genéticas que unan ventajas de todas ellas. Si se quiere conseguir una planta de trigo apta para un clima frío, que tenga el tallo corto y sea resistente a unas determinadas enfermedades, los genetistas buscaban las variedades que poseían alguna de esas características y las iban entrecruzando entre sí hasta obtener la que reunía todas.
En la actualidad cuando una variedad es muy ventajosa, la adoptan los grandes cultivadores de todo el mundo, porque así pueden competir económicamente en el mercado mundial. El resultado es que muchas variedades tradicionales dejan de cultivarse y se pierden si no son recogidas en bancos de semillas o instituciones especiales.
Por otra parte, la destrucción de bosques pantanos, etc. para dedicar esos terrenos a la agricultura provoca la desaparición de un gran número de ecosistemas.
También la agricultura moderna ha introducido el monocultivo, práctica en la que enormes extensiones de terreno se cultivan con una sola variedad de planta. Esto supone un empobrecimiento radical del ecosistema, con la consiguiente pérdida de hábitat y de especies.
f) Deforestación.
Alrededor de 14 millones de hectáreas de bosques tropicales se pierden cada año. Se calcula que la quema de bosques para dedicarlos a la agricultura es responsable del 80% al 85% de esta destrucción.
La agricultura moderna no es la principal responsable de esta deforestación, porque sus aumentos de producción se han basado mucho más en obtener mejores rendimientos por hectárea cultivada que en poner nuevas tierras en cultivo. De hecho, en España, por ejemplo, todos los años disminuye la extensión de las tierras cultivadas cuando muchas de ellas son abandonadas por su baja productividad.
La principal causa de destrucción del bosque es la agricultura de subsistencia de muchas poblaciones pobres de los países tropicales. Estos agricultores queman los bosques y la superficie así conseguida, gracias al abono de las cenizas, les permite obtener unas pocas cosechas, hasta que el terreno se empobrece tanto en nutrientes que se hace improductivo y deben acudir a otro lugar para quemar de nuevo otra porción de selva y repetir el proceso.
g) Consumo de combustibles fósiles y liberación de gases invernadero.
La agricultura moderna gasta una gran cantidad de energía, como comentamos en las páginas anteriores, para producir los alimentos. Esto significa un elevado consumo de petróleo y otros combustibles y la emisión a la atmósfera de gran cantidad de CO2, con el consiguiente efecto invernadero. A la vez la quema de bosques y de pastizales es responsable muy principal del aumento de CO2 y de óxidos de nitrógeno en la atmósfera.
Impacto de la industrialización.
Establecer los impactos de la industrialización tiende a ser relativamente sencillo, ya que el foco de atención tiende a ser un grupo más pequeño de intereses. La tabla mostrada abajo que presenta los impactos ambientales de grupos selectos de industrias. Aunque se explica por sí misma en grado razonable, puede ser útil una breve revisión.
Componentes Ambientales | Componente Industrial | |||||
Petroquímica | Metales | Alimentos / Bebidas | Minería | Agricultura | Pulpa y papel | |
Atmósfera | Emisiones a la atmósfera de plantas de refinación y procesamiento (nocivas y tóxicas) | Emisiones de partículas y gases de forja, labrado y fabricación | Emanaciones nocivas del procesamiento de alimentos | Partículas de materia derivadas de la explotación superficial y el transporte . Emanaciones nocivas y tóxicas de la fundición. | Arrastre de rocíos agrícolas. Escape de polvo y polen por operaciones en los campos. | Desprendimiento de emanaciones nocivas durante el procesamiento. |
Hidrosfera | Emanaciones de plantas a cuerpos receptores de agua. | Descarga de licores de talleres limpiadores de metales. Otras cargas de residuos en cuerpos de agua. Liberación de metales pesados (intencional, no intencional). | Los desperdicios suelen tener un alto contenido orgánico. | Desagüe de desechos de minas. Residuos de procesamiento descargados directamente en cuerpos de agua. | Escurrimiento superficial y percolado de plaguicidas y fertilizantes a aguas subterráneas. Azolvado de cuerpos de agua por prácticas agrícolas deficientes. | Desperdicios de fábrica contaminados (Hg y sustancias orgánicas). Acarreo fluvial de pendientes deforestadas. Pérdida de hábitat de vida silvestre. |
Litosfera | Eliminación de sólidos y lodos de desecho en rellenos de tierras. Derrames accidentales durante el transporte y almacenamiento. | Eliminación de escoria y productos de desecho del procesamiento. | Descarga de desechos de minas y residuos de procesamiento. Trastorno de la agricultura, la silvicultura y la recreación por minas a cielo abierto. | Erosión de la superficie del suelo. Agotamiento de material orgánico, microorganismos necesarios del suelo, etc. | Degradación del ecosistema en áreas desmontadas. Erosión de tierras no protegidas. | |
Impactos Humanos | Ciertos productos y desperdicios tóxicos para muchas formas de vida. Perturbación del estilo de vida por emisiones a las tres esferas. | Efectos en la salud de los tóxicos liberados en aire y agua. | Peligro para la salud de los mineros (mercurio, asbesto, explotación de carbón). | Peligro para la salud por pescado y mariscos contaminados por plaguicidas y fertilizantes. | Peligro para la salud por pescado y mariscos contaminados por mercurio. |
La población humana.
La presentación de ciertas proyecciones de la población mundial hechas por T. Frejka en 1973, y que invitan a la reflexión, constituye un digno final para el estudio del material referente al crecimiento de la población. Las proyecciones de Frejka corresponden a diversos supuestos en relación con el año en el que se alcanzaría un nivel mundial de fertilidad de reposición.
En tanto que la necesidad de restringir la tasa de natalidad parece obvia para el planificador social, el crecimiento de la población ha sido fomentado por actitudes sociales que tenían validez en el pasado y que, en ciertas partes del mundo, aún están vigentes. Hace doscientos años se esperaba que una mujer tuviera de cuatro a siete hijos para asegurar la supervivencia de la comunidad, ya que la mitad de esos hijos morirían antes de alcanzar la fertilidad, y muchas mujeres perecerían al dar a luz. A pesar de que la tasa de mortalidad comenzó a descender, estos patrones de crianza no cambiaron de inmediato. De hecho, se habla de un tiempo reciente cuando las actitudes sociales comenzaron a cambiar.
Impacto de la urbanización.
Los impactos ambientales de la urbanización son múltiples y muy variados, de acuerdo a la siguiente tabla
Componente Urbano | ||||
Población (Número y densidad) | Uso del suelo | Transporte | Servicios | |
Atmósfera | Creciente liberación de CO2, menor producción de oxígeno conforme las colonias vegetales son destruidas por áreas urbanas en expansión. | Temperaturas medias más elevadas en la mayor parte de las áreas urbanizadas. | Contaminación del aire por la quema de combustibles. Creación de smog fotoquímico. Emisión de plomo por ciertos motores. | Partículas, emanaciones nocivas de incineradores, rellenos sanitarios, obras de tratamiento de aguas negras, etc. |
Hidrosfera | Mayor demanda de recursos acuíferos (tanto de superficie como del subsuelo). | Uso intensivo de recursos hidrológicos que causa una carga de contaminación mayor. | Aguas pluviales y superficiales contaminadas con Pb. Patrones de drenaje alterados por la infraestructura. | Lixiviados de contaminantes de los rellenos sanitarios. Descargas de salidas de los alcantarillados. Contaminación proveniente de barcos. |
Litosfera | Incremento en la transformación de tierras agrícolas o no utilizadas y deshabitadas para usos urbanos. | Cambios completos debido a la construcción, enjardinado, etc. | Destrucción o desfiguramiento del paisaje, etc. | El relleno sanitario para los desperdicios urbanos y la instalación y reparación de servicios alteran el paisaje. |
Impactos Humanos | Impactos psicológicos de la vida en zonas de alta densidad. | Impactos psicológicos. | Niveles de ruido más altos. Efectos del ruido y la contaminación del aire en la salud. |
El crecimiento económico.
El indicador económico del nivel de vida de un país que más se utiliza es el producto nacional bruto (PNB). El PNB es la suma de todos los gastos personales y gubernamentales en bienes y servicios dentro de un país, e incluye el valor de las exportaciones netas.
Es importante reconocer lo que el PNB implica y lo que no. El PNB no refleja por sí mismo la salud y el bienestar económicos de un país, ni muestra la distribución de la riqueza al ambiente, ni indica el grado de agotamiento de los recursos naturales. Tan sólo se calcula el valor monetario de todos los bienes y servicios, de tal forma que se obtiene la estadística económica única, bastante utilizada y muy útil, pero que proporciona una imagen incompleta. Varias personas han argumentado a favor de la inclusión del agotamiento de los recursos y los daños ambientales como un indicador económico. El economista John Hardesty afirma que en las sociedades tecnológicas modernas algunos componentes del PNB se pueden vincular de alguna manera con la destrucción ambiental, y que un PNB alto probablemente implique una tasa alta de agotamiento de los recursos.