Desarrollo Social y Moral en la Infancia: Etapas Clave

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Socialización Infantil

Una vez que el niño pasa por la experiencia socializadora basada en la maternidad, se abre a la sociabilidad con los demás aceptando sus exigencias. Acciones como el juego con otros, la propia convivencia, la adquisición de nuevas formas de habla o la educación escolar fomentan y ayudan en el proceso de socialización.

Posteriormente a la socialización inicial del niño, se produce una socialización de la religión. El niño, que pone una creencia mágica en los signos y en los ritos, socializa estos elementos que encuentra en la sociedad en la que vive, siendo capaz de reconocer los signos religiosos que se le presentan, desarrollar su relación afectiva con la divinidad e incorporarse a la institución religiosa.

Desarrollo Moral en la Infancia

Respecto al desarrollo moral del niño en esta etapa, hay que tener en cuenta la influencia que las decisiones tienen en la identidad del niño y su crecimiento personal, aspecto que se refleja en sí mismo y en su relación con el entorno.

Poco a poco el niño va descubriendo el sentido ético gracias a las consecuencias de sus actos, así como la distinción entre el bien y el mal. Las causas de este cambio se deben a las referencias culturales que le ayudan a establecer un orden vital:

  1. Según Freud, el bien y el mal los identifica con lo que dicen o hacen los adultos; concretamente, son influenciados por el pensamiento de sus padres. Más adelante, les afecta también la influencia de aquellas personas que han ocupado el lugar de los padres, es decir, los educadores, profesores y modelos ideales.

    Con el salto a la niñez comienza a desarrollarse la conciencia moral, que busca progresivamente la autonomía. En este proceso se da una fase intermedia, en la que se pueden observar diferentes pasos:

    1. Seguimiento de la regla, por estar dada por los padres.
    2. Seguimiento de la regla, por ser regla en sí.
    3. Seguimiento de la regla, porque es necesaria en una relación de respeto mutuo. Este último paso es necesario para conseguir la autonomía.
  2. Además, en esta etapa se debe distinguir entre comportamiento moral y juicio moral.

    El juicio moral es una valoración que una persona realiza frente a una acción para juzgar si es correcta o incorrecta (diferencia entre el bien y el mal). Sin embargo, en muchas ocasiones, el niño hace un juicio moral pero en la práctica no concuerda con su comportamiento moral. Esto se debe a la visión egocéntrica del niño.

  3. El desarrollo social y el desarrollo moral están interrelacionados. La afectividad en el período de 6-12 años se produce en diferentes contextos: casa y escuela.

    Finalmente, los intercambios sociales hacen que se construyan los valores y las pautas de conducta referentes a la consideración de los demás en el entorno del niño.

  4. En la formación del comportamiento moral pueden influir, en sentido positivo o negativo, además de la familia y de la escuela, el ambiente cultural, la mentalidad y los comportamientos de grupo, los medios de comunicación social, la religión, etc.

  5. El desarrollo moral es sereno si existe una cierta armonía entre modelos de comportamiento de los adultos, de los maestros y de los amigos.

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