Desarrollo Psicomotor Infantil y Expresión Artística: Etapas Clave

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Desarrollo Psicomotor y Expresión Plástica en la Primera Infancia

Comprender la evolución de las capacidades motoras es fundamental para adaptar las actividades plásticas y los materiales educativos a cada etapa del desarrollo infantil. A continuación, se detallan las principales articulaciones implicadas en la motricidad fina y su progresión:

Articulaciones Clave en el Desarrollo Motor

  • La articulación del hombro permite realizar movimientos en cualquier dirección (entre los 18 y 24 meses).
  • La articulación del codo (a partir de los 18 meses) permite flexión, extensión y rotación respecto al brazo.
  • La articulación de la muñeca es esencial en el desarrollo de la psicomotricidad fina, especialmente a partir del tercer año.
  • La articulación de los dedos (flexión, extensión y prensión) hace que las potencialidades para la realización de movimientos sean más precisas.

Conocer estas etapas facilita la aplicación de técnicas plásticas y la selección de materiales más apropiados en cada situación.

Etapas del Desarrollo Psicomotor y la Expresión Plástica

Primer Año (0-12 meses)

Durante el primer año, el niño pasa de movimientos incontrolados a ponerse de pie, empezar a andar y adquirir cierta autonomía al cumplir el año. La actividad plástica es relativamente limitada. Básicamente, se centra en establecer una primera toma de contacto a través de diversas formas, colores, texturas y recursos, con el objetivo de impulsar su capacidad de observar, percibir y descubrir.

El educador podrá usar la decoración de la clase o algunos trabajos como móviles. Es conveniente cambiar muy a menudo la decoración de la clase y la posición de los trabajos para mantener el interés.

Entre el Primer y Segundo Año (1-2 años)

Entre el primer y segundo año, el niño ha aumentado su autonomía y se mostrará muy activo. Ha mejorado su control y seguridad en la locomoción, así como su dominio de la prensión y la motricidad fina. Se debe iniciar la manipulación de algunos materiales, trabajando básicamente con las manos. Todo esto potenciará su capacidad para descubrir, seleccionar, comparar, analizar y relacionar.

La decoración de la clase sigue siendo esencial. Ellos escogerán y pegarán trozos de papel y ayudarán al educador a colocarlos en un soporte. También podrán dejar sus huellas con pintura.

Entre el Segundo y Tercer Año (2-3 años)

Entre el segundo y tercer año, la coordinación de movimientos mejora notablemente, así como su capacidad manipulativa, lo que le permite actuar con mayor precisión a la hora de realizar sus trabajos. Aquí prima la manipulación, por lo que se introducirán nuevos materiales y útiles como:

  • Ceras
  • Pintura de dedos

Todo ello destinado a potenciar su destreza y desarrollar su habilidad manipulativa. En esta etapa descubrirá nuevas texturas y será capaz de hacer presión con el puño o la mano, pellizcos con los dedos, amasado y aplastado. Hacia la mitad de esta etapa se pueden empezar a introducir tijeras de tamaño adecuado, de punta roma y adaptadas para diestros o zurdos. Todo esto contribuye al desarrollo de la psicomotricidad fina.

Entre el Tercer y Cuarto Año (3-4 años)

Entre el tercer y cuarto año, el niño progresa en su personalidad y desarrollo motor, toma conciencia de sus posibilidades y empieza a interesarse por el resultado de su propio trabajo. Su capacidad de concentración es mayor, por lo que puede dedicar más tiempo a una actividad. La mejora de hábitos y el progreso en autonomía le proporcionarán nuevas vías de expresión plástica.

Se puede empezar con la observación de formas, colores... Puede usar diversos útiles como:

  • Pincel
  • Punzón
  • Rodillo
  • Esponja
  • Palos para moldear

Se inicia el dominio del trazo sobre diferentes soportes con lápiz, cera, rotulador, tiza. Se trabaja su destreza con las manos rompiendo, arrugando, cortando y pegando papel. También se utilizan materiales como plastilina, barro, pasta blanca o arena mojada. Con todo esto, el niño trabaja dibujo, pintura, collage, estampación y moldeado. A través de esto se favorece la coordinación ojo-mano y el control del trazo, por lo que ya puede aproximarse a la escritura.

Entre el Cuarto y Quinto Año (4-5 años)

Entre el cuarto y quinto año, el niño sigue avanzando en coordinación motora y visomotora, y su curiosidad crece. Diferencia formas, colores y texturas. Utiliza el dibujo, cada vez con mayor precisión y detalle.

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