Desarrollo Personal y Social: Factores Clave y Teorías

Cuestionario de Humanidades IV

1. Concepto de Desarrollo Personal

El concepto de desarrollo personal que utilizaremos es el propuesto por Brito Challa (1992): “Es una experiencia de interacción individual y grupal a través de la cual los sujetos que participan en ella, desarrollan u optimizan habilidades y destrezas para la comunicación abierta y directa, las relaciones interpersonales y la toma de decisiones, permitiéndoles conocer un poco de sí mismos, y de sus compañeros de grupo, para crecer y ser más humanos”. Todos los individuos cuentan al nacer con un conjunto de aptitudes y habilidades que deben desarrollar. Todos están dotados de inteligencia, de libertad, voluntad y valores, y cada uno es responsable de su desarrollo.

“Es una experiencia de interacción individual y grupal a través de la cual los sujetos que participan en ella, desarrollan u optimizan habilidades y destrezas para la comunicación abierta y directa, las relaciones interpersonales y la toma de decisiones, permitiéndoles conocer un poco más de sí mismos y de sus compañeros de grupo, para crecer y ser más humanos”.

2. Teorías Racionales

Las teorías racionales sobre el hombre tienen máxima expresión en la época del positivismo, y se refieren a la actitud o modo de pensar que se atiene a lo positivo o cualidad que, según los positivistas, poseen únicamente aquellos hechos que pueden captarse directamente por los sentidos y someterse a verificación empírica. Este tipo de teorías no admiten otra realidad que los hechos ni otro tipo de investigación que no sean las relaciones existentes entre los hechos.

3. Ley de los Tres Estados de Comte

Según Auguste Comte (filósofo francés), los conocimientos pasan por tres estados teóricos distintos, tanto en el individuo como en la especie humana. La ley de los tres estados, fundamento de la filosofía positiva, es a la vez una teoría del conocimiento y una filosofía de la historia. Estos tres estados son:

• Teológico
• Metafísico
• Positivo

4. Concepto Humanista del Hombre

El concepto humanista del hombre se basa en que el hombre rige su propio destino en un grado muy alto y su potencial no se puede subestimar. Este modelo ofrece muchas esperanzas.

Es bien sabido que el hombre es capaz de adaptarse a las condiciones de vida que se le presenten; ya sea en el ámbito personal o laboral somos capaces de encontrar la forma de vivir y convivir para así evitar situaciones incómodas que puedan causar problemas posteriores. También somos capaces de hacer tal cosa independientemente, somos capaces de comprender a otro y a uno mismo, maximizando nuestro potencial y afirmar que existimos por una gran causa.

5. Comparativa de la Teoría X y la Teoría Y

Teoría X (Tradicional)

• Las personas sienten un desagrado hacia el trabajo y lo evitarán siempre que les sea posible, son haraganes y prefieren no hacer nada.
• Para lograr que trabajen es necesario utilizar coerción y amenazas de castigo, trabajan por recompensas económicas y por razones de estatus.
• Al individuo le desagrada realmente el trabajo, la fuerza que mantiene a las personas productivas en su tarea es el temor de que las despidan o bajen de categoría.
• La persona media abriga pocas ambiciones y busca, sobre todo, la seguridad; depende de los líderes.
• Las personas esperan ser dirigidas desde arriba y no quieren pensar por su cuenta.
• Las personas necesitan que les digan las cosas, que les muestren y que les adiestren en los métodos apropiados para el trabajo.
• Las personas necesitan supervisores que las vigilen estrechamente y puedan así alabar el trabajo bien hecho y evitar errores.
• Las personas se preocupan poco por lo que no se refiere a sus intereses materiales inmediatos.
• Las personas necesitan instrucciones específicas acerca de lo que hacen y cómo han de hacerlo, las cuestiones de política general no son suyas.
• Las personas aprecian que las traten con cortesía.
• Las personas están naturalmente separadas en categorías; las exigencias del trabajo son muy diferentes a sus actividades libres.
• Les gusta a este tipo de personas hacer las cosas como las aprendieron y no estar cambiando.

Teoría Y (Emergente)

• El gasto de esfuerzo físico y mental en el trabajo es tan natural como el juego o el descanso. La persona se activa y disfruta del trabajo.
• Las personas buscan trascender a través de su trabajo, sienten orgullo por su desempeño, goce en el proceso, sensación de contribuir, placer en la asociación, estímulos de retos nuevos, etc. Dirigen su esfuerzo hacia los objetivos organizacionales.
• La dedicación a los objetivos es una función de las recompensas asociadas con los logros, las personas son productivas en sus tareas que se enfocan en alcanzar metas personales y sociales.
• El ser humano promedio, bajo condiciones adecuadas, no solo ha de aceptar responsabilidades, sino buscarlas. Las personas maduras desean su independencia, la autorrealización y la responsabilidad.
• Las personas próximas a la situación ven y sienten lo que es necesario y son capaces de autodirigirse.
• Las personas que comprenden y se interesan por su trabajo, pueden idear y mejorar sus propios métodos para hacerlo mejor.
• Las personas necesitan de la sensación de que se les respeta por ser capaces de asumir responsabilidades y de corregirse a sí mismas.
• Las personas procuran dar sentido a su vida identificándose con países, comunidades, sindicatos, compañías o causas.
• Las personas requieren comprensión creciente, necesitan captar el significado de las actividades a las que se dedican y tienen deseos de conocimientos tan vastos como el universo.
• Las personas exigen y están ansiosas de ser tratadas con absoluto respeto.
• Las personas tienden a la integración, así el trabajo y la diversión se complementan: “La única razón que puede dar la persona sensata para preferir el ocio al trabajo es la mejor calidad que puede ofrecer durante su tiempo libre”.
• Las personas se aburren de lo rutinario, prefieren experimentar cosas nuevas, les gusta la creatividad.

6. Expectativas de Esfuerzo y Desempeño

Las expectativas de cada individuo sobre las dificultades y esfuerzos que implica un trabajo influyen en su decisión de continuar o no. Aunque esto suena muy fácil, también debe verse las posibilidades de hacerlo y con qué se cuenta para ello. Así, cuando se da la opción, la persona tiene la posibilidad de seleccionar el grado de desempeño que desea efectuar.

Cada uno de nosotros piensa y actúa de manera distinta. Cada uno se fija una meta y, aunque puede en ocasiones ser la misma, la forma de llegar a ella siempre será distinta. Asimismo, el resultado que se obtenga será diferente; todo depende del comportamiento que cada uno tenga, positivo o negativo. De ellas depende el desempeño que se vaya teniendo. Se van formando puntos de vista y expectativas, se ven las posibilidades con las que se cuenta, y estas determinarán si se continúa en el proceso de lograr el objetivo o no.

7. Etapas del Ciclo de Vida según Erik Erikson

Erik Erikson propuso una teoría del desarrollo psicosocial que abarca ocho etapas a lo largo de la vida. A continuación, se describen al menos tres de ellas:

1. Primera Infancia: Confianza vs. Desconfianza (0-1 año): Abarca desde el nacimiento hasta la pubertad, aproximadamente hasta los 12 años. Esta etapa también se conoce como fase oral-sensorial. La primera “tarea” del niño consiste en desarrollar “la piedra angular de una personalidad sana”: un sentimiento básico de confianza en sí mismo y en su entorno. Esto procede de un sentimiento de bondad interior derivado de “la regulación mutua de sus capacidades receptivas y de las técnicas maternales de protección”, una actitud de interés y cuidado que hace a la madre digna de confianza y llena de sacrificio para la incipiente sensibilidad del pequeño. Existe el peligro, especialmente en la segunda mitad del primer año, de que la discontinuidad en ese cuidado pueda incrementar el sentido natural de abandono que el niño experimenta al ir separándose gradualmente de la madre hasta convertirlo en un sentimiento de desconfianza que pueda durar a lo largo de la vida.
2. Niñez Temprana: Autonomía vs. Vergüenza y Duda (2-3 años): Corresponde a la etapa muscular. Cuando el desarrollo muscular llega a cierta madurez, el niño hace experiencias manuales de tomar y dejar objetos que ya ve como algo ajeno a sí mismo, y empieza a dar un valor enorme a su voluntad autónoma. El problema aquí es un sentido profundo de vergüenza y duda si se le priva de la oportunidad de desarrollar su voluntad en el aprendizaje de sus “deberes” y, por tanto, aprende a esperar una derrota de cualquier actividad en que su voluntad tenga que competir con la de los que son mayores y más fuertes.
3. Edad Lúdica: Iniciativa vs. Culpa (4-6 años): Se le conoce como etapa locomotor-genital. En esta etapa la imaginación del niño se enriquece en gran manera gracias a su creciente habilidad para moverse libremente y para comunicarse. Es una edad de actividad, de ávida curiosidad y de exhaustiva fantasía que desembocan en sentimientos de culpabilidad y ansiedad. Es también la etapa del establecimiento de la conciencia. Si esta tendencia a sentirse culpable es “sobrecargada por adultos demasiado suspicaces”, el niño puede desarrollar una convicción profunda de que es esencialmente malo, con la consiguiente represión de iniciativas o con la transformación de su moralismo en espíritu de venganza.
4. Edad Escolar: Laboriosidad vs. Inferioridad (7-15 años): El largo periodo de latencia sexual, antes de la pubertad, es la edad en la que el niño quiere aprender a hacer cosas en colaboración con otros. Al aprender a recibir instrucciones y a ganar la aprobación de los adultos por las “cosas” que él produce, el niño comienza a experimentar la satisfacción en el trabajo. El riesgo de este periodo es el desarrollo de un sentimiento de inferioridad cuando los esfuerzos del niño no son reconocidos ni apreciados.
5. Adolescencia: Identidad vs. Confusión de Identidad (16-19 años): Es la etapa de la pubertad y de la adolescencia. La revolución psicológica que surge en la pubertad (crecimiento físico rápido y madurez sexual) impulsa al joven a cuestionar “todas las similitudes y continuidades en las que se había apoyado anteriormente” y a “volver a emprender muchas de las batallas del pasado”. La tarea a realizar en cada etapa del desarrollo consiste en integrar las identificaciones de la infancia “con los impulsos básicos biológicos, los dotes naturales y las oportunidades que ofrecen los distintos roles sociales”. El peligro es la difusión de la identidad, temporalmente mediante en este periodo de crisis física y biológica, puede tener como consecuencia una incapacidad permanente para “sostenerse por sí mismo”, o bien, debido a la tendencia de la juventud a entregarse plenamente a lo que hace, llegar a la fijación de una identidad negativa en un intento de liberarse por llegar a hacer lo que los padres, la clase o la comunidad no quieren que sea.
6. Juventud: Intimidad vs. Aislamiento: Solamente cuando un joven comienza a sentirse más seguro de sí mismo es capaz de experimentar su propia intimidad (de su vida interior) y la intimidad con otros, ya sea en la amistad o en las relaciones mutuas amorosas-sexuales con el miembro opuesto. Una persona que no puede entrar plenamente en una relación íntima por temor a perder su identidad, puede desarrollar un profundo sentimiento de aislamiento.
7. Edad Adulta: Generatividad vs. Estancamiento: De lo más íntimo de la edad adulta brota la generatividad, el interés de la persona madura por establecer y guiar a una nueva generación. La carencia de esta cualidad puede tener como resultado la autoabsorción y frecuentemente un sentimiento de esterilidad y empobrecimiento personal.
8. Madurez y Senectud: Integridad vs. Desesperación: La persona que ha conseguido una intimidad satisfactoria con otros seres humanos y ha sabido aceptar tanto los triunfos como las desilusiones de sus actividades generativas como padre o como colaborador, llega al fin de la vida con una integridad de su ego, una aceptación de su propia responsabilidad por lo que su vida es y ha sido en el lugar que ha ocupado a lo largo de la historia. Sin esta “acumulada integridad del ego” solo existe la desesperación que ordinariamente se hace patente a través de las demostraciones de disgusto.