Desarrollo del Lenguaje en la Infancia: Claves para su Evolución

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Competencia Lingüística y Comunicativa

Cuando los niños aprenden a hablar, no solo adquieren palabras, sino que también desarrollan dos competencias fundamentales:

  1. Competencia lingüística: el dominio del sistema gramatical de su lengua (cómo está estructurada).
  2. Competencia comunicativa: la habilidad para usar ese sistema correctamente según las situaciones de comunicación.

El Sistema Formal del Lenguaje

El lenguaje se compone de varios subsistemas:

  • Fonológico: sonidos de la lengua y sus combinaciones.
  • Morfológico y sintáctico: formación de palabras y reglas para combinarlas en oraciones.
  • Semántico: significado de las palabras y conceptos, que también involucra memoria, percepción y pensamiento.

Por ejemplo, con solo 22 sonidos (fonemas) los niños pueden aprender a formar miles de palabras y oraciones mediante reglas gramaticales.

El sistema de la lengua está formado por:

  • Sonidos: Los niños aprenden a distinguir sonidos como /p/ o /m/ y combinarlos para formar palabras.
  • Reglas gramaticales: También entienden cómo unir palabras para formar frases y oraciones (por ejemplo, "Yo juego" en lugar de "Juego yo").
  • Significados: Aprenden el significado de las palabras y cómo usarlas para expresar ideas más complejas, relacionando conceptos con su entorno.

Adquisición de la Fonología

La adquisición de la fonología en los niños no ocurre de forma instantánea ni perfecta desde el inicio. Es un proceso gradual donde los niños aprenden a diferenciar y producir los sonidos de su lengua mientras desarrollan representaciones mentales más precisas de las palabras.

Adquisición de la Morfosintaxis

El proceso de adquisición de la morfosintaxis en los niños se da en varias etapas. Estas reflejan cómo, poco a poco, se apropian de las reglas gramaticales de su lengua materna, desde emisiones simples de una palabra hasta construcciones complejas.

La Ronda de Intercambio en el Nivel Inicial

La ronda de intercambio es una actividad frecuente en el nivel inicial, donde los niños tienen la oportunidad de hablar sobre experiencias personales dentro de un formato escolar. Si bien busca fomentar la comunicación oral, se cuestiona su efectividad como espacio de intercambio genuino. En la ronda de intercambio, no siempre hay un verdadero intercambio. Esto se debe a que, aunque los niños tienen espacio para hablar, la dinámica suele centrarse en un solo niño mientras los demás escuchan, lo que no necesariamente fomenta el diálogo o la interacción activa entre todos. Además, el docente a menudo guía o valida el significado del relato, limitando la construcción colectiva del discurso. Para que haya intercambio real, sería necesario promover una participación más activa, espontánea y bidireccional entre los niños.

Construcción del Significado del Texto Oral

En la construcción del significado del texto oral durante la ronda de intercambio, la dinámica escolar suele estar dominada por el docente, quien organiza los relatos de los niños bajo una estructura discursiva típica: iniciación–respuesta–evaluación. En esta estructura:

  1. El docente introduce el tema e invita a un niño a hablar.
  2. El niño responde narrando una experiencia.
  3. El docente comenta o evalúa el relato antes de pasar a otro participante.

Diversidad Lingüística en el Aula

En las salas de nivel inicial, es común encontrar diversidad lingüística debido a las diferentes procedencias de los niños, lo que se traduce en variedades dialectales. Es esencial valorar estas diferencias y promover el respeto hacia todas las variedades lingüísticas, ya que son parte de la identidad cultural de los niños. El objetivo no es eliminar la lengua materna de cada niño, sino ofrecer oportunidades para que se apropien de variedades lingüísticas formales, adaptándose a diferentes contextos comunicativos. Esto incluye enseñar a los niños a ajustar su lenguaje según el interlocutor o la situación, desarrollando habilidades de adecuación (uso apropiado del lenguaje según el contexto) y eficacia (lograr los objetivos comunicativos).

Hablar y Escuchar en Situaciones Interpersonales

Las situaciones espontáneas de interacción en el jardín de infantes son fundamentales para desarrollar las habilidades de hablar y escuchar en los niños. En estas situaciones, los niños suelen expresarse a través de gestos, emociones, relatos o re-narraciones, pero pueden omitir información esencial para que otros comprendan su mensaje. El docente desempeña un papel clave, estimulando el uso del lenguaje, ayudando a los niños a organizar sus ideas y haciéndolas comprensibles para sus compañeros. Esto implica intervenir con preguntas que aclaren o amplíen la información. Estas intervenciones no buscan corregir, sino fomentar la reflexión y la comunicación efectiva en el grupo.

Hablar y Escuchar en Contextos de Enseñanza

Hablar y escuchar son fundamentales en contextos de enseñanza, especialmente cuando los temas son comunes a todos los niños, lo que facilita la comprensión y el intercambio de ideas. Estas actividades suelen enmarcarse en secuencias didácticas significativas, como preparar una visita educativa, investigar sobre ciencias naturales o resolver problemas de matemática. El lenguaje oral cumple un papel esencial en estas dinámicas, pues permite planificar, describir, argumentar, confrontar ideas y llegar a acuerdos. Los niños aprenden que sus relatos deben ser informativos, inteligibles y respetar los turnos para garantizar la comprensión de sus interlocutores. El rol del docente es clave: debe generar un clima de confianza y seguridad, mostrando interés genuino por lo que los niños expresan, y modelar con sus propias acciones la importancia de escuchar y hablar. Este ambiente escolar, centrado en el lenguaje oral, fomenta la curiosidad y el uso significativo de la lengua, enriqueciendo la comunicación y los aprendizajes de los niños.

Evolución del Lenguaje Oral

Definición del Lenguaje

El lenguaje es la capacidad humana de expresar pensamientos y comunicarse mediante un sistema de signos vocales y, ocasionalmente, gráficos.

Funciones del Lenguaje

  1. Comunicación
    • Principal función: intercambio de información.
    • Aunque existen otros sistemas como la mímica o las posturas, el lenguaje oral es predominante.
  2. Representación
    • Consiste en sustituir objetos o ideas por palabras, diferenciando el lenguaje humano del de los animales.
  3. Organización de acciones
    • Etapas:
    • A) El lenguaje adulto orienta las acciones del niño (tono, ritmo, intensidad).
    • B) A los 3 años, el niño utiliza el lenguaje para regularse, hablando para sí mismo.
    • C) Posteriormente, la acción se vuelve autónoma y el lenguaje se interioriza.
  4. Regulación y estructuración
    • Influye en la formación de la personalidad y el comportamiento social.
    • Permite al niño asumir normas sociales y hábitos a través de consignas verbales.
  5. Identificación social
    • El idioma y sus variantes (acento, vocabulario, giros) identifican al individuo con un grupo social.
  6. Otras funciones
    • Instrumental: usar el lenguaje para cumplir fines.
    • Relato: narrar historias o eventos.
    • Poética: crear expresiones artísticas.

Mecanismos de Adquisición del Lenguaje

  1. Maduración neurológica y fisiológica:
    • Función respiratoria: capacidad de respirar adecuadamente.
    • Función auditiva: audición y discriminación de sonidos.
    • Función fonadora: emisión de sonidos, comenzando con el llanto.
    • Función articulatoria: producción de sonidos, reforzada por aprobación y repetición de los más parecidos al idioma materno.
  2. Estimulación exterior:
    • El lenguaje surge de los intercambios naturales entre el niño y su entorno, sin necesidad de enseñanza sistemática.
    • Características del lenguaje adulto al interactuar con niños:
    • Habla más pausada, con tono agudo y pronunciación cuidada.
    • Enunciados cortos, simples y repetitivos.
    • Referencias frecuentes al contexto, uso de objetos concretos, gestos y mímica.
    • El niño aprende primero las palabras que resuelven sus necesidades inmediatas, y el adulto interpreta sus intentos de comunicación.
  3. Conjugación de ambos factores:
    • La maduración del niño y un entorno con estímulos auditivos adecuados son esenciales para el desarrollo del lenguaje.

Etapa Prelingüística (Primer Año)

Durante el primer año de vida, los bebés desarrollan habilidades comunicativas esenciales para el lenguaje. Desde el nacimiento, responden a estímulos del entorno gracias a mecanismos genéticos, mostrando sensibilidad al sonido de la voz humana, especialmente la materna. El llanto es su primera forma de comunicación, acompañado de la imitación neonatal, que incluye gestos, movimientos y expresiones faciales como la sonrisa.

El llanto es su primera señal comunicativa, indicando necesidades o emociones (frío, hambre, angustia).

A través de la imitación neonatal, los bebés muestran actividades:

  • Visuales (seguimiento de miradas).
  • Motoras (movimientos de brazos, piernas, gestos faciales).
  • Mímicas (expresiones y sonrisas).

A partir de los dos meses, los bebés comienzan a emitir arrullos (sonidos vocálicos), y hacia los seis meses aparecen los balbuceos, combinaciones de vocales y consonantes que no tienen significado, pero son fundamentales para practicar la articulación. Este proceso se refuerza al escuchar las propias vocalizaciones, intensificando su intención comunicativa y dando lugar a la ecolalia, donde imitan entonaciones adultas. La interacción con adultos es clave para el desarrollo del lenguaje. A través de actividades como la atención conjunta (focalizar en un objeto), la acción conjunta (interacción mutua con objetos) y las interacciones sociales (saludos y rituales), los bebés desarrollan intenciones comunicativas. Estas se evidencian hacia el año con comportamientos como alternar miradas entre objetos y adultos, intensificar señales y modificar acciones para alcanzar sus objetivos.

Etapa Lingüística: Segundo Año - Del Gesto a la Palabra

Durante el segundo año de vida, el niño transita de la comprensión pasiva al uso activo del lenguaje, marcando un paso firme e irreversible en su desarrollo comunicativo. Inicialmente, las primeras expresiones con sentido son monosílabos, que evolucionan a palabras-sílaba o holofrases, donde una sola palabra expresa una intención completa (pedir, rechazar, etc.). Estas expresiones dependen del contexto y son reforzadas por los adultos, lo que motiva al niño a repetirlas. Hacia los 18 meses, surge la etapa de las dos palabras o del habla telegráfica, caracterizada por combinaciones de palabras que siguen una "gramática infantil" diferente a la de los adultos. Estas combinaciones, aunque simples, no son imitaciones ni aleatorias, sino originales, y suelen incluir nombres, verbos y adjetivos en estructuras básicas como:

  • Nombre + Nombre
  • Nombre + Verbo
  • Verbo + Nombre
  • Nombre + Adjetivo

Desarrollo a Partir de los 2 Años

A partir de los 2 años, el desarrollo del lenguaje se acelera significativamente. Durante el tercer y cuarto año, el vocabulario crece de unas pocas palabras a varios cientos, las frases se hacen más largas y complejas, y aparecen elementos como preposiciones, género, número y artículos. Hacia los 3 años, los niños adquieren reglas de sintaxis, enlazan palabras en oraciones y conectan estas entre sí. También surgen hiperregulaciones, errores gramaticales que aplican reglas aprendidas de forma general, pero que desaparecen con la exposición a modelos correctos. Después de los 5 años, los aspectos básicos del lenguaje ya están consolidados, aunque el desarrollo continúa durante toda la vida. La escuela, los amigos, los medios y la lectura amplían el vocabulario y refinan las habilidades lingüísticas. El aprendizaje de lectura y escritura introduce nuevos lenguajes (matemáticos, lógicos, etc.), enriqueciendo la comunicación. Es esencial hablar con los niños, fomentar su expresión y adaptar las actividades a su ritmo individual de desarrollo.

Prácticas del Lenguaje Vinculadas con Hablar y Escuchar

Cuando los niños ingresan al jardín, enfrentan un espacio diferente al familiar, donde deben aprender a comunicarse en un ámbito público. En casa, el lenguaje está muy contextualizado y suelen ser entendidos sin hablar con claridad, pero en el jardín necesitan adaptarse para ser comprendidos por personas fuera de su entorno cercano. Este proceso implica pasar de una comunicación basada en gestos y sobreentendidos a un lenguaje más adecuado a situaciones y contextos escolares. En el jardín, los niños aprenden a interpretar formas de comunicación propias del ámbito escolar, como comprender que el docente puede referirse a todo el grupo o utilizar expresiones no literales. Estas experiencias les permiten descubrir que el lenguaje tiene matices según el contexto.

Durante la jornada escolar, los niños participan en diversas prácticas del lenguaje, como pedir, preguntar, opinar, relatar o escuchar. Estas interacciones les enseñan a hablar de manera adecuada al contexto y a desarrollar una escucha activa y crítica, donde interpretar lo que otros dicen requiere un proceso cognitivo de construcción de significado.

Contenidos

  • Solicitar la atención del adulto ante una necesidad o problema empleando el lenguaje oral por sobre el gestual.
  • Pedir a un adulto o a los pares un objeto.
  • Pedir al adulto que lo ayude ante una situación conflictiva.
  • Pedir al docente un cuento, poesía, canción que prefiera.
  • Interpretar el planteo de un juego o de una actividad.
  • Preguntar sobre algún aspecto de la actividad planteada que no se haya comprendido.
  • Solicitar ayuda a los compañeros o al docente para realizar la actividad propuesta.
  • Responder a una pregunta de un par o de un adulto.
  • Relatar un suceso de su vida a quienes no lo compartieron.
  • Relatar lo que se ha observado o escuchado.
  • Escuchar a los compañeros y a los adultos por períodos cada vez más largos.
  • Relacionar lo que se escucha con las propias experiencias.
  • Conversar sobre distintos temas o sobre experiencias compartidas por el grupo.
  • Manifestar sensaciones y sentimientos.

Orientaciones Didácticas

Las orientaciones didácticas destacan la importancia de fomentar el habla y la escucha en el jardín de infantes a través de situaciones espontáneas y planificadas. Estas interacciones orales permiten a los niños expresar sus ideas, desarrollar su lenguaje y aprender a comunicarse de manera adecuada en diferentes contextos. El docente desempeña un rol clave al estimular los intercambios lingüísticos, atender las necesidades de los niños y ayudarlos a organizar sus discursos para que sean comunicables, sin imponer correcciones. Además, debe crear un ambiente de confianza y escucha activa, respetando los turnos de habla y considerando la diversidad lingüística de los niños, incluyendo aquellos cuya lengua materna no es el español. Actividades como rondas de intercambio, relatos personales, entrevistas y debates sobre temas compartidos fomentan habilidades lingüísticas como la informatividad, la inteligibilidad y la organización del discurso. Estas actividades también ayudan a los niños a reflexionar sobre cómo estructurar sus mensajes según los destinatarios y el contexto. La interacción con textos literarios e informativos enriquece el lenguaje oral, aportando nuevas expresiones y ampliando el vocabulario. Por ello, es esencial que el docente muestre interés genuino, actúe como modelo lingüístico y propicie un clima favorable para la comunicación, asegurando que los niños tengan oportunidades reales de hablar y escuchar, lo cual es fundamental para el desarrollo de sus competencias comunicativas.

Adquisición de la Fonología

Evolución del Habla Infantil

Inicialmente, los niños producen palabras de forma inestable (ej., un mismo niño puede decir "pato", "bato" o "wato" al referirse a "pato"). Estas variaciones se deben a limitaciones en su capacidad para articular y percibir sonidos, pero también reflejan su esfuerzo por aproximarse al modelo adulto.

Formación de Representaciones Internas

Antes de hablar, los niños desarrollan representaciones internas de las palabras (imágenes mentales de cómo deberían sonar). Al principio, estas representaciones son incompletas o imprecisas, como decir "tuna" por "aceituna" o "bolo" por "globo".

Errores Comunes en la Etapa de Desarrollo

  • Omisiones: los niños dejan fuera sonidos o sílabas difíciles.
  • Sustituciones: reemplazan sonidos complejos por otros más fáciles.
  • Cambios de orden: invierten sonidos en una palabra.

Progresión Gradual

Con la práctica y exposición al habla adulta, las representaciones internas y la pronunciación se vuelven más precisas. La velocidad de este desarrollo varía entre niños: algunos dominan todos los sonidos a los 2 años, mientras que otros tardan hasta los 4 años o más para pronunciar correctamente sonidos como la R.

Importancia del Sistema Fonológico

Este sistema ayuda a los niños a reconocer palabras específicas y a producirlas cuando las necesitan. También sienta la base para aprender a leer y escribir, ya que permite desarrollar la conciencia fonológica (habilidad para manipular y reconocer los sonidos de las palabras).

Adquisición de la Morfosintaxis

  1. Emisiones de una sola palabra (frases holofrásticas): Aparecen en los primeros años de vida.
  2. Orden léxico: Respetan el orden de palabras y morfemas de los adultos desde etapas tempranas.
  3. Desarrollo de clases gramaticales:
    • a) Artículos: Emergen cuando el niño comienza a combinar más de dos palabras.
    • Primero adquiridos: el, la, un, una.
    • Casos de omisión y falta de concordancia hasta los 3 años.
    • b) Sustantivos: Son la primera categoría gramatical que dominan. Inicialmente concretos (nombres de personas, animales, objetos). A los 2 años, comienzan a distinguir género y número.
    • c) Diminutivos: Usados con claridad desde los 2:6 años.
    • d) Adjetivos: Aparecen alrededor de los 22 meses en frases de dos palabras.
    • Incluyen: posesivos "mi mamá", demostrativos "esta escalera", y formas superlativas "habitaciones grandísimas".
    • Concordancia de género y número se consolida entre los 2 y 3 años.
    • e) Pronombres: Entre 22-25 meses, aparecen formas personales. Interrogativos tempranos:
  4. Desarrollo verbal: Imperativo y presente: Usados desde el período holofrástico (1:8 años).
  5. Infinitivo: Aparece cerca de los 22 meses.
  6. Pasado: Inicialmente con matices indefinidos.
  7. A los 2 años ya dominan las conjugaciones de -ar, -er, -ir.
  8. Otros elementos gramaticales:
  9. Adverbios: Aparecen alrededor de los 17 meses.
  10. Conjunciones y subordinadas: Emergen cerca de los 2:6 años con el uso de "que".

Síntesis del Desarrollo Morfosintáctico

A los 5 años, los niños suelen dominar la gramática oracional (estructura correcta de frases). Sin embargo, la gramática discursiva (capacidad de unir ideas en un texto cohesivo) se sigue desarrollando y varía según el niño.

Importancia del Lenguaje en los Primeros Años de Vida

El texto destaca la importancia del lenguaje en los primeros años de vida y su relación con el desarrollo del pensamiento, especialmente a través de las teorías de Bruner, Rogoff y Nelson, inspiradas en Vygotsky. Estas teorías sostienen que el desarrollo del lenguaje y el desarrollo cognitivo están profundamente conectados y se influyen mutuamente. Es decir, el lenguaje no solo refleja el pensamiento, sino que también lo impulsa, ayudando a los niños a avanzar en habilidades como la memoria, la comprensión social, la formación de conceptos y la creación de narrativas.

Bruner resalta que el aprendizaje ocurre en un contexto social. A través de la interacción con los adultos, los niños adquieren un marco cultural que les permite interpretar sus experiencias. En este diálogo adulto-niño, el lenguaje funciona como un "andamiaje", es decir, un soporte que guía y fortalece su desarrollo.

Rogoff enfatiza que el aprendizaje del niño está influenciado por las actividades y herramientas de su cultura. Estas herramientas, propias de cada comunidad, no solo permiten resolver problemas, sino también desarrollan nuevas habilidades cognitivas.

Nelson aporta que el lenguaje es un medio para organizar el pensamiento y construir significados en función del entorno cultural y social del niño. Además, considera que las interacciones cotidianas son fundamentales para que los niños aprendan las reglas del lenguaje y su uso en diferentes contextos.

En conjunto, estas teorías subrayan que el desarrollo del lenguaje y la cognición dependen de la interacción social y las experiencias culturales. Los adultos, especialmente los docentes, juegan un papel clave al proporcionar estrategias de apoyo que permitan a los niños ampliar sus habilidades lingüísticas y cognitivas, respetando siempre su identidad cultural y lingüística.

La escuela, además, debe enseñar nuevos usos del lenguaje, como reflexionar, contar historias o resolver problemas. Para esto, las maestras juegan un papel clave, ayudando a los niños a avanzar según sus necesidades y capacidades.

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