Desarrollo Industrial en España: Factores, Regiones y Evolución

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La Industrialización en España: Un Análisis de su Desarrollo

Condicionantes Negativos de la Industrialización Española

España llevó a cabo su industrialización con retraso respecto a los países de su entorno. Aunque las cifras referidas al siglo XIX ofrecen un crecimiento industrial medio en el contexto europeo, lo cierto es que las tentativas de industrialización anteriores a 1850 fueron infructuosas. Para explicar el retraso de la industrialización española, se pueden identificar una serie de factores:

  • Demográficos: Las cifras de población española estaban lejos de ofrecer el incremento demográfico imprescindible para garantizar el crecimiento de la demanda.
  • Económicos: La ausencia de una burguesía emprendedora y de los capitales precisos para acometer las inversiones provocaron que la industrialización se sostuviera mediante la iniciativa del estado y las inversiones extranjeras.
  • Técnicos: En España, la extracción de carbón era muy costosa. La falta de innovaciones autóctonas generó una profunda dependencia de los técnicos extranjeros.

La Industrialización en Cataluña

Cataluña se convirtió en la principal región fabril española. El despegue se dio gracias a las mejoras agrarias, el incremento en la demanda interior y a la expansión del comercio con la América española, que propiciaron la primera expansión industrial. Así comenzó la constitución de un tejido productivo cimentado en la fuerza del vapor en la fábrica y en la expansión de una burguesía industrial.

El proceso tuvo su origen en el sector textil basado en el algodón, que llegó a ser símbolo de la pujanza industrial catalana. La industria algodonera fue posible por la aplicación de una legislación proteccionista que preservaba la producción catalana de la competencia británica. Este proteccionismo tuvo como consecuencia que la burguesía catalana estrechara su alianza con los moderados, proclives a este tipo de políticas arancelarias.

Entre 1835 y 1831 se produjo el despegue algodonero catalán, con un aumento de importaciones de algodón y una mejor instalación mecánica. Al amparo del auge algodonero, Cataluña atrajo industrias textiles históricamente implantadas en otras regiones. Al margen del sector textil, la industrialización catalana fue de menor intensidad, aunque acabó por consolidar una industria metalúrgica y mecánica que daba servicio a la producción textil y que alcanzó su máxima expresión a final de siglo.

La Industria Siderúrgica en España

La evolución de la industria siderúrgica puso de manifiesto las insuficiencias energéticas españolas y las dificultades para la aplicación de las innovaciones tecnológicas procedentes del exterior. Tres focos se desarrollaron sucesivamente a lo largo del siglo XIX, en los cuales se apreciaron las dificultades originadas por la escasez y la mala calidad del carbón asturiano:

  • Andalucía: Fue la región pionera en la apertura de altos hornos. Los capitales del puerto de Málaga, la riqueza mineral y el carbón vegetal fueron los ingredientes de una tentativa llevada a cabo entre 1830 y 1874.
  • Asturias: La sustituyó desde 1850, aprovechando los yacimientos hulleros de la cuenca de Nalón.
  • El País Vasco: Inició su despegue industrial en el último tercio del siglo XIX. En este proceso tuvo vital importancia la colaboración establecida entre la región y Gran Bretaña. El intercambio de hierro por coque británico fue esencial para la industrialización vasca. En 1902, para proteger los intereses del sector, se fundó Altos Hornos de Vizcaya.

Otras Iniciativas Industriales

Solo Cataluña, País Vasco y Asturias respondían plenamente a la revolución industrial. En el resto de España, los antiguos talleres artesanales convivían con fábricas más modernas. La industrialización alcanzó a otras zonas y actividades:

  • Regiones como La Mancha o Andalucía desarrollaron una creciente industria agroalimentaria, sobre todo la harinera.
  • En Valencia, el desarrollo de una agricultura para la exportación fue un estímulo para el desarrollo industrial.
  • En Aragón, la decadencia del textil tradicional fue compensada con el desarrollo de la industria harinera.
  • En Madrid, se apreciaba cierto dinamismo industrial con dos sectores punta: el tipográfico y editorial. También evolucionó el gran taller. El desarrollo del ferrocarril permitió la aparición de una industria de maquinaria.

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