Desarrollo de Hábitos en Niños: Programación, Fases y Evaluación Efectiva
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Programación para la Adquisición de Hábitos
La adquisición de un hábito es un aprendizaje a largo plazo; por ello, debe plantearse de forma sistemática, teniendo en cuenta cada objetivo en todo momento. Se debe recordar que un hábito no está adquirido cuando el niño es capaz de realizar solo la actividad, sino que es cuando reconoce las situaciones en las que lo tiene que realizar y lo hace sin que se le incite u obligue.
En toda programación se han de marcar unos objetivos, lo que supone escoger la conducta que se quiera convertir en hábito, lo cual estará en función del nivel de crecimiento y de desarrollo del niño.
Se han de seleccionar los contenidos, así como los aspectos conceptuales, procedimentales y actitudes, valores... que tienen relación con el hábito y su adquisición.
Ciclos de Aprendizaje de Hábitos
Primer ciclo
Una de las técnicas más utilizadas en este periodo es el modelo basado en el aprendizaje observacional de Bandura, que consiste en observar una conducta para después imitarla. La acción del modelo por parte del adulto solo es necesaria en los dos o tres primeros intentos; a partir de entonces, se limitará a acompañar, guiar y apoyar al niño.
Segundo ciclo
Se comparte la adquisición de hábitos con el comienzo del aprendizaje de contenidos. En esta etapa se evaluará el grado de adquisición de cada uno de los hábitos en cada momento, es decir, los niveles o acciones que se realizan con autonomía.
Fases del Aprendizaje de un Hábito
Preparación
Analizar todos los aspectos que tienen que ver y posibilitan el aprendizaje.
Aprendizaje
Fase en la que se enseña, se muestra el hábito para provocar una reacción de imitación. Deben observarse las dificultades que hay en la ejecución y ofrecer guía o apoyo. Es importante motivarlos para que continúen poniendo en práctica lo que han aprendido.
Automatización
Supone la aceptación de la normativa implícita en el hábito: ejecución y mejora. Se han de poner normas, valorar la ejecución, exigir autonomía, analizar dificultades y motivar la continuación de la adquisición.
Consolidación
Aplicación autónoma del hábito cada vez que la situación lo requiera. El educador se ha de mostrar coherente y estable; ha de evitar los refuerzos externos.
Temporalización en la Programación de un Hábito
Es importante elegir un espacio temporal adecuado para su adquisición y también establecer un horario diario, semanal y mensual sobre la realización de los hábitos, teniendo en cuenta:
- Que hay que alternar periodos de vigilia con periodos de sueño, y periodos de actividad con descanso.
- La alternancia de actividades de adquisición de hábitos con juego y trabajo lúdico.
- Deberán realizarse cada día de manera estable y pautada.
- Se han de planificar actividades de forma aislada.
- No se han de convertir los hábitos en actividades mecánicas.
- Las horas y el tiempo que se dedica al asunto.
- Respetar el tiempo que necesita cada niño. Las franjas horarias dedicadas a los hábitos son mayores en el primer ciclo que en el segundo.
- Que son actividades que permitan satisfacer necesidades básicas y que hay que planteárselas de forma individual, respetando los ritmos, sentimientos y emociones.
Evaluación de Hábitos
Uno de los instrumentos más utilizados en la evaluación de los hábitos es la pauta de observación. Este instrumento puede realizarse individualmente o en grupo, en función del aprendizaje que se va a evaluar. En todo caso, si se realiza una pauta de observación de grupo y se observa que un niño presenta más dificultades, se puede pasar a una evaluación individualizada.
Todo instrumento de evaluación ha de recoger qué se está evaluando, cuándo se ha llevado a cabo y sobre quién se ha llevado a cabo. En este sentido, se ha de evaluar cada vez que se lleva a cabo el hábito y las personas evaluadas han de conocer cuál ha sido el resultado de su evaluación.