Desarrollo Físico, Psicomotor y Cerebral en la Niñez Temprana: Autocontrol y Habilidades Motoras

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Desarrollo Físico, Psicomotor y Cerebral en la Niñez Temprana

Desarrollo Físico y Psicomotor en la Niñez Temprana: Desarrollo del Autocontrol

Control de esfínteres

El control de esfínteres es un importante logro del autocontrol en el niño. Entre los 18 meses y los 3 años aprenden progresivamente a controlar sus emisiones. Existen diferencias muy notables en cuanto al momento del logro debidas al ritmo personal de maduración fisiológica y al modo en que los padres abordan este entrenamiento. No es aconsejable comenzar demasiado pronto ni utilizar prácticas demasiado estrictas ni punitivas, ya que genera una situación de estrés familiar y un clima de presión emocional.

Habilidades motoras

Entre los 2 y 3 años, el niño tiene un control bastante bueno de brazos y manos, y tiene lugar la potenciación de piernas y pies. El niño va teniendo más potencia, pero ha de mejorar la precisión de sus movimientos y control de habilidades. La motricidad fina lleva cierto adelanto sobre la gruesa. A los 3 años, la destreza en el trazado se limita a la realización de líneas verticales y círculos. En poco tiempo se inicia el dibujo de la figura humana, la habilidad de recortar o ensartar piezas en un hilo. Hacia los 4-5 años ya pueden trazar letras.

Desarrollo Cerebral

El proceso de mielinización neuronal está prácticamente concluido. A medida que aumenta, los pensamientos se siguen uno al otro rápidamente. Es esencial para la comunicación rápida y compleja. La evolución en esta etapa se centra en la integración de la actividad cortical y en la maduración del lóbulo frontal, responsable de la regulación y planificación de la conducta.

Establecimiento de la preferencia lateral

El cuerpo funcionalmente es asimétrico, los dos hemicuerpos no se utilizan igualmente, lo que hace que no lleguen a alcanzar la misma habilidad.

Dominancia o lateralidad

La dominancia o lateralidad refleja la mayor capacidad de una parte del cerebro para poner en práctica acciones motoras complejas (hemisferio cerebral dominante). En los diestros, el control de la mano derecha está en el hemisferio izquierdo; en los zurdos, se comparte entre ambos hemisferios. Esto, unido a las presiones sociales, hace que muchos zurdos sean ambidiestros. Esta lateralidad puede ser homogénea (brazo, pie y ojo derecho o izquierdo) o cruzada (brazo y pie derecho, pero ojo izquierdo, por ejemplo). La lateralidad tiene que ver con la organización cerebral. La definición de la lateralidad se produce entre los 3 y los 6 años. En caso de que pareciera dar igual, ya que el niño tiene buenas posibilidades con uno u otro lado, lo más aconsejable sería lateralizar hacia la derecha.

Especialización de los Hemisferios Cerebrales

La mitad izquierda, además de controlar la parte derecha del cuerpo, contiene las áreas dedicadas al razonamiento lógico, el análisis detallado y el lenguaje. La mitad derecha controla el lado izquierdo del cuerpo y los impulsos creativos y emocionales. Por lo tanto, el lado izquierdo capta los detalles y el derecho la imagen corporal.

Conexión de los hemisferios cerebrales

Una parte específica del encéfalo que crece y se mieliniza rápidamente durante la niñez temprana es el cuerpo calloso (banda de fibras nerviosas que conecta los lados izquierdo y derecho). Su función es mantener la coordinación entre los hemisferios. Como resultado, la comunicación entre los dos hemisferios cerebrales se vuelve mucho más eficiente y permite a los niños realizar acciones en las que intervienen ambas mitades del cerebro o del cuerpo.

Consecuencias del daño cerebral o de extirpaciones de tumores cerebrales

Los niños pequeños tienen mejor capacidad que los adultos para recuperarse de un daño cerebral, excepto cuando el daño se produce en la corteza prefrontal.

Plasticidad del cerebro

La plasticidad del cerebro es la habilidad de otras partes del cerebro para realizar funciones de regiones dañadas. Durante los primeros años, el cerebro es más plástico.

Planificación y análisis

La corteza prefrontal o lóbulo frontal es el área que subyace a la cognición de orden superior, e incluye la planificación y las formas complejas de conducta dirigida hacia objetivos. Es la última parte del cerebro que alcanza la madurez y es fundamental para los seres humanos. Se dice que es el área ejecutiva del encéfalo, ya que el resto de regiones del cerebro son reguladas por las decisiones prefrontales.

Beneficios de la maduración de la corteza prefrontal de los 2 a los 6 años

El sueño se toma más regular, las emociones tienen más matices, ceden los berrinches y es menos frecuente el llanto y la risa incontrolable.

La atención

Una función importante de la corteza prefrontal es regular la atención. Los adelantos en el desarrollo de la corteza prefrontal ocurren a la edad de 3-4 años, lo que hace más probable el control de los impulsos y es más posible la educación formal. Durante la niñez temprana, la maduración encefálica temprana y la regulación emocional hacen que el niño sea más capaz de pensar antes de actuar e interrumpir una actividad para realizar otra.

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