Desarrollo de la Fe y Potencial Religioso en Niños de 6 a 12 Años

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El Potencial Religioso en la Infancia Escolar (6-12 años)

La Naturaleza de la Fe Infantil

El potencial religioso de los niños entre 6 y 12 años hace referencia a la presencia de necesidades espirituales connaturales que los orientan a acoger el anuncio de la fe como una respuesta sentida en armonía consigo mismos y sus propias aspiraciones. Para los niños, Dios no es un concepto teológico, sino una presencia que brinda seguridad y confianza.

Características del Desarrollo Espiritual (6 a 12 años)

Al trabajar con niños de 6 a 12 años, entramos en un mundo diferente al de los más pequeños, más parecido al de los adultos. Esta es una edad en la que la presencia de Dios se puede percibir claramente en la respuesta de gozo y meditación ante el anuncio. Observar a los niños concentrados, independientes del adulto y abiertos a un verdadero diálogo interior es una prueba de la existencia de Dios. Experimentan una felicidad intensa y recogida, que los pone en paz y tiende a difundirse.

En los niños después de los 6 años existen capacidades y exigencias religiosas tan importantes y esenciales como en los pequeños, con una potencialidad igualmente fuerte, que se expresa a través de las nuevas capacidades propias de la edad. El niño, a partir de los 6 años, también tiene la capacidad de expresar el misterio en su esencialidad y de moverse en ese mundo con espontaneidad y facilidad. Los niños entre 6 y 12 años están dentro de la etapa escolar y tienen la necesidad de conocer a Dios como continuidad.

La Etapa de los 6 Años: Equilibrio y Pensamiento Concreto

A los 6 años, el niño se encuentra en una etapa crucial para su evolución y formación religiosa, ya que es una etapa de tranquilidad y equilibrio. Se caracteriza por el pensamiento lógico concreto, lo que conlleva una capacidad progresiva de comprensión, reflexión, sistematización, síntesis y análisis. Es, por tanto, una buena etapa para el aprendizaje, en la que debe darse gran importancia a la actividad como necesidad psicológica y cauce fundamental de adquisición de conocimiento.

Influencia Socio-Afectiva y Escolar

Desde el punto de vista afectivo-intelectual, el egocentrismo va amainando y, si la educación religiosa es adecuada, se va superando la religiosidad animista y mágica.

Además, la escuela, al ser un lugar de socialización, permite al alumno identificarse con modelos adultos, descubrir el valor del grupo, reconocer sus responsabilidades y deberes morales, etc. Por ello, es un ámbito fundamental en la educación religiosa.

La Imagen de Dios: La Fase Atributiva (8-10 años)

A partir de los 8-10 años, el alumno entrará en una fase atributiva, en la que la imagen de Dios se fundamenta en atributos. Estos se clasifican en tres categorías:

  • Objetivos: Grandeza, Omnipotencia, Omnisciencia.
  • Afectivos: Potencia, Fuerza, Belleza, Santidad, Pureza.
  • Subjetivos: Bondad, Amor, Justicia.

En esta etapa se le da mucho valor al grupo y al líder, y Dios es visto y admirado desde esta perspectiva. Además, en esta fase se recibe catequesis, por lo que una buena coordinación entre escuela y parroquia será de gran trascendencia.

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