Las Desamortizaciones del Siglo XIX en España: Causas, Desarrollo y Consecuencias

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Las transformaciones económicas del siglo XIX: las desamortizaciones

Introducción

Los principios del liberalismo conllevaban el mantenimiento por parte del Estado de instituciones educativas y asistenciales que habían sido atendidas por la Iglesia anteriormente. Estos principios tendrán como consecuencia que los distintos gobiernos busquen distintos recursos. Se pondrán en marcha dos procesos desamortizadores, siguiendo los proyectos del siglo XVIII y principios del XIX. El patrimonio amortizado fueron los bienes que no estaban incluidos en el mercado libre, que no se podían comprar ni vender por estar en régimen de manos muertas. La desamortización fue la acción legal encaminada a liberar e introducir en el mercado las propiedades acumuladas de las manos muertas.

Desarrollo

España era un país agrario con una distribución de la propiedad de la tierra muy desigual. Tenía sus orígenes en la Edad Media y se consolidó a lo largo de la Edad Moderna. Con la revolución liberal se va a implantar la propiedad privada de la tierra. Las medidas adoptadas por el Estado liberal fueron: las desamortizaciones, la supresión de los mayorazgos y la abolición de los señoríos. Con la desamortización el Estado permitía la expropiación de las tierras y las ponía a la venta en subasta pública. La desamortización se concibió como una operación destinada a allegar fondos a la hacienda y reducir la carga de la deuda pública. Los precedentes de los grandes procesos de desamortización son: la desamortización de Godoy (1798) consensuada con la Santa Sede; las Cortes de Cádiz que hicieron un decreto desamortización para los bienes de las comunidades religiosas de menos de 12 miembros; y la última realizada durante el Trienio Liberal, que provocó la disolución de las comunidades religiosas de menos de 24 miembros.

a. La Desamortización eclesiástica de Mendizábal

En 1836 se propuso mejorar la hacienda y liquidar la deuda pública. Se centra en la propiedad de la Iglesia. En 1835 se planteó el decreto de exclaustración: que supuso la expulsión de miembros de las comunidades religiosas de sus conventos, por lo que se disolvieron todas las órdenes religiosas menos aquellas dedicadas a la enseñanza. El Estado confiscó sus bienes y pasaron a ser propiedad del Estado. La necesidad de obtener dinero para financiar la guerra carlista propició la venta de los mismos por debajo de su precio real. Los objetivos de la desamortización de Mendizábal fueron obtener dinero en efectivo para mantener la guerra carlista, reducir la deuda del Estado, crear una base social implicada en el liberalismo que se sostuviera al régimen liberal isabelino, estimular la economía…

Consecuencias:
  • Políticas: se reforzó el liberalismo isabelino con el apoyo de una burguesía adinerada.
  • Económicas: no se obtuvo tanto dinero como se esperaba, no se modernizó la agricultura, siguió siendo tradicional y explotada por jornaleros sin tierra.
  • Sociales: la gente adinerada pudo adquirir tierras en zonas como Andalucía o Extremadura, en cambio, los campesinos no pudieron participar acceder a las compras y vieron empeorar su situación porque los nuevos dueños de las tierras les subían los precios. A la larga emigraron a las ciudades.
  • Urbanísticas: todas las ciudades se transformaron por el impacto de los procesos desamortizadores.
  • Oposición: Flórez Estrada argumenta que la venta masiva de tierras iba a suponer una caída de los precios. La alternativa que propuso Estrada fueron los arrendamientos enfitéuticos, una fórmula que supone liberalizar solamente la explotación de tierras amortizadas, un proceso rápido y así se evitarían los grandes latifundios.

b. La desamortización de Madoz

Pascual Madoz fue ministro de Hacienda durante el Bienio Progresista de Isabel II. La desamortización que llevó a cabo afectó a los bienes eclesiásticos que quedaron sin desamortizar durante el periodo de Mendizábal y a los bienes civiles propios: tierras que el Ayuntamiento arrendaba a campesinos, y los comunes: tierras de uso común a todos los campesinos del municipio. El modo de pago se hacía en metálico y en un total de 15 plazos. Los objetivos fueron: estimular la economía, aumentar la producción y obtener recursos para la hacienda de cara a la construcción del ferrocarril tras la aprobación de la ley de ferrocarriles, un proyecto para la formación de un mercado de ámbito nacional, la entrada de capital extranjero y la consolidación de una industrialización moderna. No solucionó la deuda, acabó arruinando los ayuntamientos y tampoco consiguió corregir las desigualdades sociales.

Conclusión

El fracaso del proceso desamortizador no mejoró la producción agraria y esperó el desarrollo de la industria española. Tampoco sirvió para que las tierras se repartieran entre los menos favorecidos porque no se intentó hacer ninguna reforma agraria y una agricultura orientada al mercado. Entorpeció la modernización económica y social del país, y acabó provocando un gran impacto negativo en los campesinos.

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