Desamortización en España: Impacto y Consecuencias en la Propiedad
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La desamortización de los bienes de la Iglesia se llevó a cabo en dos etapas consecutivas:
- Los bienes del clero regular fueron nacionalizados y su venta ordenada en 1836, por decreto emitido por el primer ministro Juan Álvarez Mendizábal en virtud del poder que en él habían delegado las cortes unas semanas antes.
La desamortización de 1836 es pieza maestra del programa de Mendizábal para financiar la guerra contra el partido carlista entonces en su apogeo, para sanear la hacienda y para crear, en palabras de Mendizábal, una "copiosa familia de propietarios materialmente interesada en el triunfo de la causa liberal".
Durante el quinquenio que siguió al decreto de Mendizábal se vendió por valor aproximado de 1.700 millones de reales. El número de hectáreas es desconocido.
Segunda Fase de la Desamortización
En 1841, siendo regente el General Espartero, se dio una nueva norma fundamental dentro de la legislación desamortizadora: la ley de 2 de septiembre de 1841, por la que se incluían dentro de los bienes nacionales los del clero secular. Estos bienes eran, por supuesto, los de la Iglesia española, excluidas las órdenes monásticas, que ya habían sido afectadas por la política de Mendizábal. En consecuencia, hasta 1844 se procedió rápidamente a la venta del patrimonio que había sido de la Iglesia, tanto regular como secular. La vuelta del partido moderado al poder en 1844 hizo que las ventas quedaran prácticamente suspendidas hasta la Ley Madoz. El total de lo vendido de 1836 a 1844 ascendió a unos 3447 millones de reales, equivalente a unas tres quintas partes de los bienes de la Iglesia en 1836.
La Ley Madoz y la Desamortización General
La llamada Ley Madoz o de desamortización general de 1 de mayo de 1855, fue la que presidió la última y más importante etapa de esta gran operación liquidadora. Se hablaba de desamortización general porque se trataba ahora no ya sólo de los bienes de la Iglesia, sino de todos los amortizados, es decir, de los pertenecientes al estado y a los municipios también. Se trataba, en definitiva, de vender en pública subasta todos aquellos bienes raíces que no pertenecieran a individuos privados.
Impacto en la Estructura de la Propiedad
¿Cómo afectó la desamortización a la estructura de la propiedad? La opinión más extendida entre los estudiosos es que la desamortización acentuó la estructura latifundista de la propiedad agraria española. Los compradores de las tierras desamortizadas fueron, en general, gentes ricas o al menos de posición desahogada: aristócratas, militares, funcionarios, clérigos propietarios rurales, comerciantes y hombres de negocios.
Distribución de la Propiedad
En cuanto a cómo afectó la desamortización a la distribución de la propiedad, el trabajo más sólido sobre el tema es el de Herr. Este autor considera que la desamortización no introdujo una modificación fundamental en la estructura de la propiedad o, en otras palabras, que la propiedad cambió de manos pero en general ni se concentró ni se dispersó significativamente.
Aumento de la Superficie Cultivada
Para Herr, lo más destacable de la desamortización fue que puso en cultivo grandes extensiones de tierras hasta entonces poco, mal, o nada explotadas. Y este aumento de la superficie cultivada era necesario para alimentar a una población en lento pero continuo crecimiento desde principios del siglo XVIII.