La Desamortización en España: Impacto y Consecuencias de Mendizábal y Madoz en el Siglo XIX
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Ya en 1798, el ministro Godoy había planteado una primera desamortización que afectaba a bienes de instituciones religiosas de tipo hospitalario y asistencial. Posteriormente, las Cortes de Cádiz también abordaron el asunto de las desamortizaciones, lo cual no se llevó a cabo debido al retorno de Fernando VII y con él, del absolutismo. Hubo que esperar a 1836, durante la minoría de edad de Isabel II, para encontrar las primeras leyes con una repercusión notable: la conocida como Desamortización de Mendizábal.
Desamortización de Mendizábal (1836)
Juan Álvarez de Mendizábal, ya sea presidiendo el Consejo de Ministros o posteriormente desde el cargo de ministro de Hacienda, inició la desamortización de los bienes y tierras eclesiásticas en 1836, tras suprimir las órdenes religiosas (clero regular). También desamortizó tierras del clero secular y de algunos municipios. La desamortización consistió básicamente en la expropiación de los bienes desamortizados o baldíos (no explotados), su nacionalización y posterior venta en subasta al mejor postor.
Objetivos de la Desamortización de Mendizábal
La desamortización tuvo tres objetivos principales:
- Objetivo financiero: Buscar ingresos para pagar la abultada deuda pública del Estado.
- Objetivo político: Ampliar la base social del liberalismo con los compradores de bienes desamortizados, creando así una clase afín al régimen.
- Objetivo social: Crear una clase media agraria de campesinos propietarios, aunque este fue el menos logrado.
Resultados de la Desamortización de Mendizábal
Los resultados no fueron tan positivos como se podría haber esperado:
- Problema de la deuda pública: No solucionó el grave problema de la deuda pública del Estado.
- Impacto político y social:
- En el terreno político, el liberalismo ganó adeptos, pero también se creó un muro infranqueable que duró largo tiempo entre el liberalismo y la opinión pública católica.
- En el terreno social, la mayor parte de los bienes desamortizados fueron comprados por nobles y burgueses urbanos adinerados, lo que no contribuyó a la creación de una clase media agraria.
- Desigualdad social: La desamortización no sirvió para mitigar la desigualdad social, e incluso la acentuó en algunos casos.
La Iglesia, sin embargo, vio desmanteladas las bases económicas de su poder. Para evitar conflictos mayores, a cambio de la expropiación, el Estado se comprometió a subvencionar económicamente al clero. El primer ejemplo presupuestario fue la Dotación de Culto y Clero de 1841, concretándose esta medida definitivamente en el Concordato con la Santa Sede de 1851 durante la década de gobiernos moderados de Narváez y Murillo.
Desamortización de Madoz (1855)
La última gran desamortización se inició en 1855 mediante una ley elaborada por Pascual Madoz y firmada el 1 de mayo de ese mismo año. Afectó esencialmente a las tierras de los municipios y supuso la liquidación definitiva de la propiedad amortizada en España. Esta venta afectó a propiedades pertenecientes al Estado, la Iglesia, órdenes militares, cofradías, obras pías, bienes propios y comunes de los ayuntamientos, así como a instituciones de beneficencia e instrucción pública, siempre que se tratara de bienes que estuvieran en régimen de manos muertas. La gran variedad de origen de las tierras sacadas a la venta hizo que se la conociera como la “Desamortización General”.
Resultados de la Desamortización de Madoz
Sus resultados tampoco fueron muy positivos:
- Ayuntamientos: Arruinó a muchos ayuntamientos, que, entre otras cosas, estaban a cargo de la instrucción pública y servicios básicos.
- Deuda pública: No solucionó el problema de la deuda pública del Estado.
- Vecinos más pobres: Perjudicó gravemente a los vecinos más pobres, quienes perdieron el acceso a los bienes comunales de los que dependían para su subsistencia.