Desamortización de madoz
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LA DESAMORTIZACIÓN DE MADOZ
El 1 de mayo de 1855, Pascual Madoz, sacó a la luz su Ley de Desamortización General, llamada así porque se ponían en venta todos los bienes de propiedad colectiva: los bienes de propios, es decir, los que no habían sido vendidos en la etapa anterior y los de los pueblos, que proporcionaban una renta al Concejo. Pero los comunes no proporcionaban renta y eran utilizados por los vecinos del lugar. Esta desamortización se prolongó hasta 1924.
El procedimiento utilizado fue una copia del de Mendizábal, pero con dos diferencias. La primera era el destino del dinero, que fue dedicado a la industrialización del país, más concretamente, a la expansión del ferrocarril. La otra diferencia estaba en la propiedad de dicho dinero: el Estado no era el propietario, sino los ayuntamientos. En este proceso la burguesía adinerada fue la gran beneficiaria otra vez, aunque hubo mayor participación de pequeños propietarios de los pueblos.
En conclusión, los liberales no alcanzaron los objetivos que se habían propuesto. Apenas cambió en España la situación desequilibrada entre el centro y sur respecto al norte y noroeste de la península. Porque los liberales no plantearon las desamortizaciones como una reforma agraria.
Hubo una gran aceptación de las corrientes socialistas, sobre todo del libertario o anarquismo, entre los agricultores españoles. El campo se convertirá desde finales del siglo XIX y principios del XX en uno de los principales escenarios de agitación y conflictividad social.
DEFINICIÓN DESAMORTIZACIÓN: Acción jurídica y legal que hace posible la venta de bienes pertenecientes a manos muertas o entidades que no los pueden vender como iglesia, corona, nobleza.
LA GLORIOSA
El 19 de Septiembre de 1868 la armada española, atracada en Cádiz y dirigida por Topete, se sublevó contra la reina y emitió contra ella un manifiesto que llegó a todo el país. El ejército español se bajó al sur a luchar contra los sublevados, quienes fueron ganadores, se produce la división del gobierno y no tiene ejército, Isabel II se marcha al exilio, a París donde muere.
LA DÉCADA ABSOLUTISTA U OMINOSA (1823-1833)
Llamada así por los liberales, y se caracteriza por el retorno del absolutismo, la represión y el terror, la inoperancia económica y las presiones de los ultrarreaccionarios.
Tras la caída, Fernando VII publicó un decreto por el que quedó anulada toda la legislación del Trienio, al tiempo que se restablecían todas las instituciones y autoridades del absolutismo. También se reanudó la represión. Todos los oficiales que habían ocupado puestos importantes durante el Trienio fueron juzgados, más de un centenar ejecutados (entre ellos Rafael de Riego) y muchos encarcelados.
Se emprendió una caza que condenó a muerte y a la cárcel a miles de personas. Muchos pudieron escapar a tiempo rumbo al exilio. Uno y otro vieron expropiados sus bienes. Se restableció una rígida censura para evitar que pudieran difundirse o publicarse opiniones liberales.
También se creó el Voluntariado realista, formado por partidarios del absolutismo más rígido, que sustituyó a la Milicia Nacional y actúo aplicando la represión por su cuenta. Y hasta 1825 la represión fue durísima.
La vuelta al absolutismo no fue idéntica a la de 1814. Había que introducir cambios si se quería mantener el Antiguo Régimen. Se empezó por crear un Consejo de Ministros en noviembre de 1823. Fernando VII intentó mantenerse alejado de los absolutistas más radicales, contando incluso con algunos ministros reformistas.
Esta tímida moderación provocó la aparición de los llamados realistas, partidarios del absolutismo más cerril, criticaban el talante del rey, a su juicio demasiado blando, y el hecho de que mantuviera en altos cargos a ministros sospechosos de moderantismo.
En 1827 los realistas organizaron una insurrección. Los sublevados que reclamaban abiertamente que el trono pasara a don Carlos, fueron vencidos y Fernando VII ordenó ejecutar a sus dirigentes.
El país continuó sumido en el caos económico, pero solo la industria textil catalana apuntó un ligero crecimiento. Pero a partir de 1830 se volvieron a producir conspiraciones liberales.
Se desencadenó la crisis sucesoria, ya que con sus tres anteriores esposas no había tenido descendencia, pero se casó con su sobrina María Cristina de Borbón y esta se quedo embarazada. Fernando VII para asegurarse la descendencia, en 1830, eliminó la Ley Sálica y restablecía la línea sucesoria de las Partidas, favorable a la sucesión femenina. El conflicto quedó abierto cuando en octubre nació la princesa Isabel.
El 29 de septiembre de 1833 moría Fernando VII, y se iniciaba así el reinado de Isabel ll mediante la regencia de su madre, María Cristina de Borbón.