El derecho a la libertad de expresión, el voto a los 16 y la gestación subrogada: debates actuales
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El Derecho a la Libertad de Expresión en Tiempos de Crisis
Desde que la crisis económica y financiera golpeó a Europa, la pérdida de puestos de trabajo y las medidas de austeridad han llevado a miles de personas a salir a la calle a protestar. Sin embargo, el uso excesivo de la fuerza por parte de la policía y los planes para reforzar una legislación represiva son una clara señal de la determinación de los gobiernos para sofocar las protestas, poniendo en duda el derecho a la libertad de expresión.
Diversos sectores defienden esta opinión, acusando a las autoridades administrativas de actuaciones opresivas y de limitar la libertad de expresión, un hecho innecesario que vulnera uno de los derechos universales fundamentales.
A través del poder de la libertad de opinión y expresión, la gente puede manifestar su disconformidad con las leyes de los gobiernos y contrarrestar la soberanía de los poderes estatales, lo cual ayuda a mejorar la vida social de la ciudadanía.
Repasando los acontecimientos históricos, nos damos cuenta de que casi todos los logros de justicia social, como el derecho al voto de la mujer, la redacción de derechos universales o la igualdad de todas las personas, se han obtenido mediante las protestas y las concentraciones pacíficas.
Es importante tener en cuenta que puede haber personas que abusen de una excesiva libertad de expresión, causando daño a terceros y utilizando la violencia como medio de protesta. No obstante, esta situación se da con muy poca frecuencia y la mayoría de la ciudadanía española se opone a ella.
Según un estudio realizado por la Universidad de Valencia, un 72% de la población española percibe que su libertad de expresión ha disminuido en los últimos años y un 65% opina que ésta es necesaria para ejercer una democracia justa.
En definitiva, las personas debemos expresar nuestras opiniones sin miedo a ser condenados. El derecho a la libertad de expresión es primordial, siempre y cuando las reivindicaciones sean pacíficas.
El Voto a los 16 Años: ¿Madurez Suficiente?
A partir de los 16 años, las personas pueden casarse, trabajar o pagar impuestos. No obstante, no pueden decidir en la elección del gobierno, que aplica políticas que les afectan directamente.
Muchos sectores apoyan la idea de que los adolescentes de 16 años están lo suficientemente preparados intelectualmente para poder ejercer el derecho al voto. Afirman que a partir de los 16 años ya se tienen suficientes conocimientos básicos y cognitivos para poder elegir una opción política.
El hecho de poder trabajar y pagar impuestos ya supone un grado de independencia económica y social que proporciona a la persona un grado de responsabilidad suficiente como para decidir sobre sus futuros gobernantes. Además, a los 16 años una persona ya puede, por ejemplo, tener licencia de caza y, hasta hace poco, abortar sin el consentimiento de los padres. Sin embargo, esta madurez solo está reconocida en ciertos ámbitos, pero no en el derecho al voto.
Los jóvenes de hoy en día son mucho más activos que antes, debido a su gran acceso a la educación y su amplia presencia en las redes sociales. Si además de estas situaciones le sumamos el derecho a ejercer el voto, los adolescentes se sentirían mucho más interesados por la política.
Algunas personas consideran que los jóvenes están demasiado influenciados por los padres y su entorno, lo que los hace más vulnerables. Sin embargo, los adolescentes de hoy en día, que han sufrido la crisis económica, tienen mucha más conciencia política y son suficientemente maduros en ese sentido.
En definitiva, el voto es una parte importante de nuestra vida política y, actualmente, los jóvenes están preparados para decidir sobre su futuro. Si esto sucediera, serviría para armonizar la legislación sobre la adolescencia.
La Gestación Subrogada: ¿Un Derecho o una Mercantilización?
Por diferentes razones, muchas parejas no pueden tener hijos biológicos. A través de la gestación subrogada, una técnica de reproducción asistida en la que una mujer acepta que se le transfiera a su útero un embrión previamente engendrado, pueden ser padres sin tener que recurrir a otros métodos.
Muchos sectores defienden este método, considerando que la mujer gestante decide adoptar esta técnica voluntariamente y la pareja espera poder tener hijos. Todos los participantes se benefician: la pareja puede lograr acceder a la paternidad y la gestante puede satisfacer sus deseos de ayuda, además de obtener un beneficio económico.
Esta técnica se lleva desarrollando en muchos países desde hace más de 30 años, sin que haya provocado ningún problema específico ni ningún rechazo por parte de la población. Según diversos datos, un 87% de la población española está a favor de la gestación subrogada.
Algunas personas se oponen a este procedimiento ya que opinan que es un desprecio hacia la mujer al producirse un mercado con ella. No obstante, la gestante presta su cuerpo durante nueve meses y, al igual que asume unos riesgos, tiene unos cuidados especiales, una dedicación y está sometida a controles mensuales, por lo que no se puede considerar una mercantilización.
Del mismo modo que donamos órganos, se puede ayudar a una persona a poder tener hijos sin riesgo alguno.
En definitiva, la gestación subrogada es una práctica basada en la decisión libre de adultos que ejercen sus derechos, sin perjudicarse ni perjudicar a terceros, y que está siendo reconocida cada vez en más países, incluyendo nuestro entorno más cercano.