Densidad de Población en España: Distribución, Causas y Evolución Demográfica

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Distribución de la Densidad de Población en España

Provincias con Mayor Densidad de Población

Las provincias que cuentan con una población mayor a 200 habitantes por km2 son:

  • Pontevedra
  • Vizcaya
  • Guipúzcoa
  • Barcelona
  • Madrid
  • Islas Baleares
  • Valencia
  • Alicante
  • Málaga
  • Las Palmas de Gran Canaria
  • Santa Cruz de Tenerife

Análisis del Reparto de Densidades en España

El análisis del reparto de densidades en España revela las siguientes conclusiones:

  • Existe una gran diferencia entre las zonas interiores, poco pobladas, y las costeras que presentan, en general, mayor densidad.
  • Las mayores densidades se encuentran, de manera general, en la periferia costera, en ambos archipiélagos y en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. Hay que exceptuar algunos casos como el de Lugo.
  • Las zonas con menor densidad son las interiores, particularmente la submeseta norte, especialmente Castilla y León, aunque también Castilla-La Mancha y las provincias de Aragón al margen de la depresión del Ebro y Extremadura.
  • Las provincias interiores fronterizas (con Portugal y Francia) tienen baja densidad.
  • La mitad norte interior ofrece densidades más bajas que la mitad sur.
  • En el interior hay que exceptuar el caso de Madrid y algunas capitales de CC.AA. como Valladolid o Zaragoza.

Causas de las Mayores Densidades en las Provincias Periféricas de Costa

Las mayores densidades en las provincias periféricas de costa pueden atribuirse a varios factores:

  • Razones físicas: Tienen un relieve poco accidentado y unas condiciones climáticas muy suaves.
  • Conexiones y comercio: Son zonas bien comunicadas, que han aprovechado el transporte marítimo como el gran medio para el intercambio de mercancías, lo que favorece su actividad comercial.
  • Agricultura intensiva: En algunas zonas costeras mediterráneas (Cataluña, Comunidad Valenciana, Murcia y Andalucía), las buenas condiciones climáticas han impulsado una agricultura intensiva de alto valor (sector frutícola catalán, huertas de Valencia y Murcia, cultivos bajo plástico en el levante almeriense…) que ha atraído importantes flujos de inmigrantes.
  • Desarrollo turístico y construcción: El auge del turismo y la construcción, que se asienta sobre todo en el litoral mediterráneo y las islas, genera actividad económica y empleo, y atrae población inmigrante.
  • Industria: La industria se asentó desde el principio preferentemente en la costa (Cataluña, País Vasco, Asturias, Málaga…), donde todavía hoy se ubica buena parte de la misma, y atrae y fija población.

Excepciones y Consideraciones Adicionales

Algunas provincias de la periferia costera presentan escasa densidad de población, caso de Lugo, Asturias, Castellón, Huelva, Almería o Granada. Esto se debe a que son provincias con escaso desarrollo costero (Lugo), con problemas de comunicaciones (Huelva, Almería), con zonas interiores débilmente pobladas (Huelva, Castellón o Granada) y muy afectadas por la emigración interior y exterior y/o el envejecimiento (Asturias).

Determinadas decisiones políticas del franquismo, privilegiando industrialmente unas zonas de España sobre otras, también han contribuido al actual diseño de la distribución de la población.

La excepción de Madrid se explica por su capitalidad y centralidad, sobre todo en unos momentos donde se hizo una política fuertemente centralista, bien visible en el trazado radial de las comunicaciones. Es una zona con gran importancia del sector industrial y de servicios.

Evolución de la Población Española en el Siglo XX

Tendencias Demográficas

Entre 1900 y 1920, la natalidad descendió debido al control voluntario de nacimientos y las secuelas de la Gran Guerra, pero en los años 20 se recuperó por la prosperidad económica. De 1930 a 1956, la natalidad volvió a caer por la crisis de 1929 y la inestabilidad política, mientras que entre 1957 y 1965 se vivió un "baby boom" posbélico. Sin embargo, entre 1965 y 1975, la natalidad volvió a descender por cambios sociales. Durante la transición demográfica, la mortalidad general disminuyó, excepto durante la gripe de 1918 y la Guerra Civil, gracias a avances médicos y mejoras en la higiene. La mortalidad infantil también decreció y la esperanza de vida aumentó.

Desde 1975, el régimen demográfico muestra bajas tasas de natalidad y mortalidad. Entre 1975 y 1998, la natalidad cayó drásticamente, alcanzando en 1998 un mínimo de 1,15 hijos por mujer. La situación económica y cambios socioculturales retrasaron los matrimonios y redujeron la fecundidad. A partir de 1998, la natalidad osciló debido a la inmigración. La mortalidad actual es baja, pero ha aumentado ligeramente por el envejecimiento de la población, y la esperanza de vida es mayor entre las mujeres y sectores más cualificados.

Análisis de la Pirámide de Población (2011)

La gripe de 1918 afectó gravemente a la natalidad y mortalidad infantil, disminuyendo la franja de edad actual de 90-94 años. La Guerra Civil generó una "generación hueca" (edades 75-80) debido a los niños no nacidos o muertos en la contienda, mientras que los hombres jóvenes, en edad militar, sufrieron más muertes que las mujeres. Durante la autarquía franquista (1939-1957), la natalidad creció lentamente por el bloqueo internacional, pero se aceleró en la etapa desarrollista (1957-1975) con el "baby boom", impulsado por políticas natalistas y la mentalidad religiosa, aunque moderado por la emigración de jóvenes. Tras la muerte de Franco (1975), el cambio de régimen trajo una mayor permisividad con anticonceptivos, aborto y nuevas formas familiares, iniciando un control de la natalidad, consolidado con la entrada en la Unión Europea y la crisis de 1973. Hacia finales del siglo XX, las comunidades autónomas promovieron políticas natalistas debido al bajo índice de fecundidad (1,2 hijos por mujer). Sin embargo, la llegada masiva de inmigrantes, especialmente jóvenes (15-44 años), rejuveneció la población y aumentó la natalidad, gracias a la mentalidad natalista de sus países de origen, marcando un periodo de crecimiento.

Migraciones Interiores en España

Evolución Histórica

Las migraciones en España han sido tradicionalmente estacionales y temporales, enfocándose en trabajos agrícolas o en ciudades durante las temporadas de inactividad agrícola. En la segunda mitad del siglo XIX y la primera mitad del XX, se produjeron movimientos masivos del campo a la ciudad, impulsados por la industrialización y las obras públicas, especialmente bajo la dictadura de Primo de Rivera. La crisis de 1929 frenó este éxodo, aunque la proclamación de la Segunda República lo relanzó. La Guerra Civil generó un éxodo forzado, mientras que el régimen franquista, en su etapa autárquica, limitó los movimientos poblacionales. En la segunda mitad del siglo XX, el desarrollismo reabrió el desplazamiento hacia áreas industrializadas y zonas turísticas, especialmente en la costa mediterránea. Sin embargo, la crisis económica y política de 1973-1975 paralizó las migraciones y provocó el regreso de emigrantes. Con la llegada de la democracia y la incorporación de España a la UE en 1986, los desplazamientos se volvieron más locales, con un enfoque en el desarrollo rural.

Tendencias Actuales

En la actualidad, aunque las migraciones clásicas han disminuido, persisten desplazamientos en busca de trabajo, principalmente hacia el arco mediterráneo y el corredor del Ebro, junto con movimientos intraurbanos y de trabajadores cualificados. Además, el retorno rural ha aumentado debido a políticas de jubilación anticipada.

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