Los Decretos de Nueva Planta y el Pensamiento Ilustrado en España

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Los Decretos de Nueva Planta y sus Efectos

Los Decretos de Nueva Planta fueron impuestos por Felipe V de Borbón tras su victoria en la Guerra de Sucesión (1714). Consistían en la abolición de los derechos forales de la Corona de Aragón y de las unidades que la conformaban (Cataluña, Aragón, Valencia y Baleares), imponiendo las leyes e instituciones de Castilla. El objetivo era centralizar y fortalecer el poder de la monarquía absoluta (siguiendo el modelo de Luis XIV), logrando lo que en su día pretendiera, sin éxito, el Conde Duque de Olivares con la Unión de Armas.

A pesar de lo acordado en el “Tratado de Utrecht" de no tomar represalias con los territorios que apoyaron a los Austrias, Felipe V, con la introducción de los Decretos de Nueva Planta, impone un modelo centralista. Decreta la desaparición de los reinos como tales y de los virreyes. Los reinos se compartimentan en provincias, a la cabeza de las cuales hay un gobernador y un capitán general. Decreta la anulación de las Cortes de cada reino, el uso exclusivo del castellano como lengua administrativa y la desaparición de todos los fueros y costumbres. El modelo de territorio es centralista, con la capital en Madrid, divide el territorio en provincias con cortes únicas castellanas. Elimina todos los elementos intermediarios, unifica todo el territorio y aplica una uniformidad institucional. No aplica esto a las provincias vascas y navarras por su colaboración en el conflicto de sucesión. El nuevo monarca castigaba la falta de lealdade de los territorios que juraron fidelidad a Felipe V en el inicio de su reinado.

Consecuencias Políticas

Políticamente, la desaparición de los privilegios forales de los territorios de la antigua Corona de Aragón (Valencia y Aragón en 1707, Cataluña en 1715) pone fin al modelo pactista de relación entre el monarca y esos territorios que durara desde la llegada del Estado Moderno. Ahora pasan a ser gobernadas por las leyes castellanas, proclives al gobierno real. Antes, el elemento común a la pluralidad de territorios era el rey; ahora el monarca pretendía crear un Estado-nación con instituciones comunes a todos los territorios y donde el rey se podía imponer sobre las instituciones propias de ese mismo reino. Solo permanecen las Cortes de Castilla, e incluso estas están limitadas a actos protocolarios.

Organización Territorial

La centralización también tuvo su reflejo en la organización territorial, que se militarizó con la creación de provincias gobernadas por capitanes generales que sustituían a los virreyes y que tendrán la jefatura militar de su provincia y funciones administrativas y judiciales. También aparecen los intendentes, funcionarios administrativos, judiciales y de hacienda, que supervisarán los poderes locales y que eran nombrados por el monarca o por el secretario de Estado. En la administración municipal se extendió la figura del corregidor.

Reforma del Estado

La reforma del modelo de Estado concluye con la acumulación de los poderes en la figura del rey y con la introducción del sistema de secretarías, a la cabeza de la cual estaba la Secretaría de Despacho, dirigida por funcionarios escogidos en función de su preparación y no por privilegios, a los que puede cesar cuando quiera. Esta se subdivide en las secretarías de Guerra, Marina, Indias, Justicia y Estado, y Hacienda. El único Consejo que mantiene su independencia es el de Castilla, que pasa a ser el centro del gobierno interior de España.

Las Ideas Fundamentales del Pensamiento Ilustrado

La Ilustración, como movimiento intelectual, filosófico, político y cultural, nace en Francia y difunde rápidamente sus ideas por Europa. Su característica fundamental es el racionalismo: defiende el uso de la razón para indagar en los fenómenos naturales y, a partir del estudio científico de la realidad, elaborar leyes científicas sometidas a comprobación. El resultado de esta progresiva liberación de los dogmas de fe, que no tienen nada que ver con el pensamiento científico, es el nacimiento de las diferentes disciplinas científicas. El avance en los saberes debería conducir a un continuo progreso y proporcionar los recursos necesarios para que las sociedades estuvieran en un estado de felicidad.

La razón y la naturaleza son los ejes fundamentales de este pensamiento. Los análisis y los métodos de estudio de la Ilustración son llevados a las cuestiones sociales y políticas y debían conducir a una crítica del Antiguo Régimen y a un deseo de reforma de la sociedad, de la economía y de la política. Se pone de relieve que todo ser humano tiene derechos inherentes al hecho de ser persona, por lo que se cuestiona la sociedad estamental, que está basada en el privilegio y en la diferencia de derechos. Ahora se defiende la libertad y la igualdad jurídica. Ya que los individuos nacemos con derechos, el Estado no los concede y debe defenderlos y acrecentarlos. También se pone en cuestión el absolutismo monárquico. Aparecen conceptos como soberanía nacional o división de poderes que van a destruir el Antiguo Régimen. El ansia de libertad lleva a defender la libertad de mercado y de producción y critica el intervencionismo del Estado.

Difusión de la Ilustración en España

El tradicionalismo presente en las universidades y en las instituciones educativas hizo que las ideas ilustradas se difundieran en España a través de nuevas canales como las tertulias, las academias y los salones. El principal medio de difusión fueron las Sociedades Económicas de Amigos del País. Estas instituciones buscaron el desarrollo de las comarcas en las que se asentaban, aplicando nuevos conocimientos a la economía y promoviendo la educación y la cultura. A pesar de que se constituyeron multitud de Sociedades en España, solo tuvieron modestos logros, pero su presencia en muchas ciudades sirvió para crear revoluciones sociales.

La propagación de las ideas ilustradas en España se vio facilitada también por el desarrollo de la prensa. Los "papeles periódicos" eran publicaciones privadas.

El Reformismo Ilustrado en España

El reformismo ilustrado español del siglo XVIII, que encontró el apoyo de Carlos III, consistió en un programa de reformas políticas, económicas, sociales y culturales que pretendieron sacar a España de su atraso sin cambiar las estructuras heredadas del Antiguo Régimen. Estas reformas fueron rechazadas por los sectores privilegiados, ya que amenazaban su preponderancia social. Tampoco fueron apoyadas por las masas populares debido a su analfabetismo y a la influencia del pensamiento tradicional procedente de los púlpitos de las iglesias.

Límites del Despotismo Ilustrado

El despotismo ilustrado, modelo político del absolutismo que incorpora ideas de la Ilustración, también estuvo muy limitado, ya que cuando las reformas pretendían cambiar los puntos vitales de la sociedad estamental y las estructuras económicas, los proyectos se paralizaban porque los privilegiados se oponían. Los gobiernos reformistas no cambiaron el régimen social de la propiedad de la tierra, ni solucionaron la miseria de los grupos sociales más desfavorecidos, ni el atraso científico-técnico.

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