El Declive de los Habsburgo y la Política Religiosa de los Reyes Católicos

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El Declive de la Hegemonía Hispánica en el Siglo XVII

El siglo XVII registró la pérdida progresiva de la hegemonía política de la monarquía hispánica. Este declive coincidió con la decadencia económica de Castilla y con una grave crisis social y política.

La Guerra de los Treinta Años (1618-1648)

La Guerra de los Treinta Años (1618-1648) fue un conflicto religioso, al enfrentar a protestantes y católicos, pero también significó la purga política contra el dominio en Europa de los Habsburgo. Se inició con la rebelión protestante de Bohemia. España acudió en auxilio del imperio y los protestantes fueron apoyados por las Provincias Unidas del norte, Dinamarca, Suecia y Francia. Muy pronto se sucedieron las derrotas de los tercios españoles.

La Paz de Westfalia (1648) y la Independencia de Holanda

Los contendientes pactaron la Paz de Westfalia (1648), donde se aceptó el principio de que los intereses de los estados y su propia religión prevalecieran sobre el imperio romano-germánico. En 1650, España reconoció la independencia del territorio norte de los Países Bajos, que pasó a llamarse Provincias Unidas de Holanda, gobernadas por Orange.

La Paz de los Pirineos y la Pérdida de Hegemonía

La guerra con Francia continuó y no acabaría hasta la Paz de los Pirineos, en la que la monarquía española cedió territorios que tenía al norte de los Pirineos, haciéndose patente la hegemonía francesa en Europa y el declive de la hispánica. La guerra consumió enormes recursos y a Castilla. El Conde Duque de Olivares pretendió centralizar y fortalecer la monarquía aún más, pero sus exigencias provocaron el levantamiento de Cataluña y de Portugal. Portugal finalmente consiguió la independencia de la corona española.

Cuando Olivares abrió un frente contra los franceses en los Pirineos, se sublevó Cataluña y fueron apoyados por los franceses. Al final, Cataluña se rindió ante el ejército real, pero la crisis española se agravó aún más y se perdió la hegemonía europea. Hubo un importante descenso demográfico y económico, ya no eran rentables las riquezas que provenían de América.

Política Religiosa de los Reyes Católicos

La monarquía de los Reyes Católicos presentaba un gran pluralismo religioso en el que cristianos, judíos y musulmanes convivían con dificultad, en los límites del enfrentamiento. Los monarcas encontraron en la imposición de la fe católica el mecanismo para integrar y unificar a la totalidad de los habitantes de sus reinos.

El Tribunal de la Santa Inquisición

El instrumento central de la ortodoxia católica fue el Tribunal de la Santa Inquisición, creado para reprimir la herejía, la superstición y la brujería. La Inquisición no había actuado en Castilla y se encontraba en retroceso en Europa y en la Corona de Aragón, donde sí se había implantado. Los Reyes Católicos la reforzaron y la convirtieron en un instrumento de control ideológico y de unidad religiosa, al encargarle la persecución de cualquier sospechoso de herejía y de los conversos.

Expulsión de los Judíos y Conquista de Granada

Una de las primeras decisiones reales en la defensa de la unidad religiosa fue la expulsión de los judíos (1492) que no aceptaron convertirse al catolicismo, y tuvieron que abandonar la península. Los Reyes Católicos también plantearon la conquista de Granada como una guerra contra infieles, por ello, aunque inicialmente se garantizó a los musulmanes (mudéjares) el mantenimiento de sus costumbres, propiedades, leyes y religión, en 1499, Cisneros impulsó los bautismos obligatorios, y los musulmanes que no lo hiciesen serían exiliados.

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