Decadencia Occidental: Crítica de Nietzsche a la Razón y la Dialéctica
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La Desconfianza de Nietzsche hacia la Dialéctica
Los grandes filósofos de Occidente, como Sócrates y Platón, habían proclamado a la razón como el instrumento para alcanzar la verdad. Derivado de este uso de la razón, y como medio para hallar esa verdad, surgió la dialéctica. Pero este pensamiento, que se mantuvo a lo largo de la historia de Occidente, provocará para el autor alemán un proceso de decadencia. Ahora bien, ¿por qué Nietzsche desconfía de la dialéctica? ¿Por qué la ha usado Occidente? ¿Qué debe haber en lugar de la dialéctica? A continuación, responderé a estas preguntas y a algunas más que surgirán en el desarrollo de esta redacción.
A la primera pregunta se podría responder diciendo que la dialéctica, al tratarse del arte de discutir puramente con razones, huye de lo sensible, lo menosprecia, cuando para Nietzsche lo sensible está por encima de lo supuestamente alcanzable mediante razones. Los sentidos están por encima de la razón. Esto se puede comprobar en el texto cuando se dice: “Las cosas susceptibles de demostración son las de menos valor”. Como vemos, para Nietzsche las cosas que necesitan de unos razonamientos están subordinadas a aquellas que captas de forma intuitiva con los sentidos y, por ello, no necesitan demostración. Como vemos, el autor alemán rompe con esa fe que se había tenido en la razón como medio para alcanzar la verdad a lo largo de toda la historia.
Cabe destacar que Nietzsche se posiciona a favor de Heráclito, es decir, cree en el devenir, en el continuo cambio por el cual las cosas no pueden llegar a conocerse, ya que no hay “Ser”, no hay una “cosa”, sino multitud de cosas que cambian en cada momento y también cambian según la persona que las observe.
El Miedo como Origen del Uso de la Razón
Pero como enunciábamos en la segunda pregunta planteada en la introducción, si la razón no me dice la verdad, ¿por qué usamos la dialéctica que se basa en razonamientos? Este uso de la razón y de la dialéctica se deben al miedo. Sí, temor al devenir, al cambio, a no poder conocer la verdad. Miedo a no admitir que no existe la verdad como valor absoluto, tan solo interpretaciones de la misma, ninguna falsa, ya que no hay verdad. Como decíamos antes, este miedo provocó una deshistorización, por parte de los “filósofos momia”, de la realidad. Se creó un ultramundo, llamado “mundo verdadero”, en el cual las cosas podían ser aprehensibles. Además, el devenir se enunció como pura apariencia. Se subordinaron los sentidos a la razón.
Por si fuera poco, estos enfermos que llevaban una vida descendente impusieron una moral de esclavos, como el cristianismo, por miedo a los señores capaces de crear sus propios valores y sin miedo al devenir. Como vemos, el miedo es el verdadero origen de ese uso de la razón y la moral hasta ahora enseñada. Así que, por miedo, “con Sócrates el gusto griego se corrompe a favor de la dialéctica”. Además, como se puede apreciar en el texto, con esta dialéctica “la plebe prepondera”, es decir, se ha llevado a cabo una transmutación de los valores. Mediante el método genealógico, Nietzsche se dio cuenta de que el paso del mito al logos realmente fue un paso del mito a otro mito, el de la razón, el del “mundo verdadero”. Asimismo, los débiles resentidos “organizaron un motín” y los valores de los señores pasaron a estar por debajo de los de los esclavos, produciéndose así dicha transmutación de los valores, “un gusto más noble es vencido”.
De esta forma, se establecía una jerarquía no por la fuerza vital de cada uno, no por la voluntad de poder, sino por su capacidad de razonar, por su dialéctica. La creación de este mundo que se ha mantenido a lo largo de la historia, la fe ciega en la razón, así como esa moral de esclavos impuesta por la transmutación de los valores, son para el autor alemán síntomas de decadencia de una sociedad cercana al nihilismo pasivo (camello), donde ya nada importa. Se ha descubierto la gran mentira de Occidente. Al ser la razón inútil y tan solo un instrumento de la voluntad de poder, la dialéctica también será inútil.
El Superhombre como Solución a la Decadencia
Pero Nietzsche no se conforma y propone la creación de espíritus libres. Hay que pasar a un nihilismo activo, actuar como el león que destruye todo. Ya nos hemos dado cuenta del error en el que vivíamos, ahora debemos acabar con la razón y con el arte dialéctico derivado de ella, que se han demostrado como síntomas de una decadencia forjada a lo largo de la historia de Occidente. Pero el león nombrado anteriormente es incapaz de crear unos nuevos valores. Ahora que Dios ha muerto, ahora que ya hemos derrumbado todos los antiguos ídolos, hay que crear unos nuevos valores y para eso debe llegar el Übermensch (superhombre), que construirá sus nuevos valores, sin prejuicios y con libertad.
Aunque la llegada de este superhombre nos deja algunos interrogantes: ¿Es una metáfora más de Nietzsche? ¿Es una profecía que se cumplirá algún día? ¿Podrían convivir más de un superhombre?
Conclusión: La Necesidad de una Vida Estética
Solo el superhombre podría evitar esta decadencia. Muerto Dios, le queda al hombre rehacerse a sí mismo alejado de toda razón y apoyándose únicamente en su fuerza moral, pero eso pasa por la transmutación de todos los valores. Ahora bien, ¿está la humanidad preparada para semejante cambio? No sabemos si Nietzsche confiaba en ello. Lo que es seguro es que nuestro autor estaba horrorizado por una humanidad gregaria. Quizá pueda ser posible para algunos convertir su vida en una obra de arte. En esto consistirá para él convertirse en superhombre, un superhombre capaz de vivir según unos valores propios, no impuestos por nadie.
Nietzsche y el Gregarismo en la Actualidad
Desde el punto de vista del gregarismo, se podrían distinguir dos tipos de personas: los que siguen a los demás, los que forman parte del rebaño, y los que actúan de forma diferente, de forma independiente. El autor alemán se quedará con los segundos, ya que son más parecidos al superhombre. Son creativos, espontáneos, libres, es decir, características de una voluntad de poder fuerte. Al ser independientes, tendrán la posibilidad de hacer de su vida una obra de arte.
Por otra parte, a los primeros, a los gregarios, se les podría identificar en la actualidad con los seguidores de equipos de fútbol o de macrofestivales musicales. Estos aficionados y fans siguen a un futbolista o persona que, a su vez, es seguida por un gran número de personas, es decir, no son originales. Son uno más de la masa y, lo peor, es que les da igual, no les importa, se sienten a gusto en la masa. Además, muchos se compran camisetas con el nombre de su futbolista o cantante favorito, convirtiéndolos así en ídolos y modelos a seguir, eliminando así toda posibilidad de crear, solo copian, imitan, no inventan. En este grupo también se podrían incluir a los mansos cristianos, generosos y humildes que encuentran en el rebaño su fuerza.
En conclusión, lo importante es llevar una vida diferente, alejarse de la masa, de la muchedumbre. Nietzsche era un esteta, y para él hay que llevar una vida estética, diferente, ser ante todo y sobre todo original y alejarse así del gregarismo en el que ha caído Occidente.