David Hume: Filosofía Empirista, Escepticismo y Crítica a la Causalidad
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David Hume (1711-1776): Un Empirista Escocés
David Hume (1711-1776) fue un filósofo escocés que destacó dentro del empirismo, corriente filosófica que sostiene que el conocimiento proviene exclusivamente de la experiencia. Su obra más importante es el Tratado de la Naturaleza Humana, en la que desarrolla su teoría del conocimiento, la moral y la religión. También escribió otros ensayos sobre política y religión, como Investigación sobre el entendimiento humano y Diálogos sobre la religión natural.
Teoría del Conocimiento de Hume
Hume afirma que todo el conocimiento proviene de las percepciones, que se dividen en impresiones (más vivas e inmediatas) e ideas (copias debilitadas de las impresiones). Rechaza la existencia de ideas innatas y establece que el pensamiento humano sigue tres leyes de asociación de ideas: semejanza, contigüidad en el tiempo y espacio, y causalidad.
Una de sus mayores aportaciones es la crítica al principio de causalidad, sosteniendo que no podemos afirmar que un evento cause otro con certeza, sino que simplemente observamos la repetición de un fenómeno tras otro. La idea de causa-efecto es solo un hábito mental, no una verdad universal.
También critica la idea de sustancia, argumentando que no podemos percibir un "yo" permanente, sino solo una sucesión de percepciones cambiantes. Lo mismo aplica a la noción de Dios y del mundo exterior: no podemos demostrar su existencia porque no tenemos impresiones directas de ellos.
Crítica a la Metafísica y el Escepticismo Humeano
Hume rechaza la metafísica tradicional porque se basa en conceptos como "sustancia" o "causalidad", que no pueden ser probados mediante la experiencia. Su postura es escéptica: no podemos tener certezas absolutas sobre el mundo, solo conocimientos probables basados en la costumbre.
Ética y Moral Según Hume
En su Investigación sobre los principios de la moral, Hume desarrolla una teoría moral basada en los sentimientos. Según él, la razón no puede determinar lo que es bueno o malo, ya que solo analiza hechos, pero no prescribe normas de conducta. Son los sentimientos los que nos llevan a aprobar o rechazar acciones. Su teoría es emotivista, ya que sostiene que la moral surge de emociones como la simpatía y el placer, no de la razón.
También rechaza el libre albedrío, afirmando que nuestras acciones están determinadas por causas previas y el hábito. Sin embargo, considera que este determinismo no es absoluto, ya que las acciones humanas siguen ciertas regularidades, pero no son totalmente predecibles.
Religión y Crítica a la Existencia de Dios
Hume sostiene que la religión surge del miedo y la esperanza de los seres humanos, y que su forma primitiva fue el politeísmo, evolucionando luego al monoteísmo. En su Historia natural de la religión y Diálogos sobre la religión natural, critica las pruebas tradicionales de la existencia de Dios:
- La prueba ontológica (basada en la idea de Dios como ser perfecto) no es válida, porque la existencia no es una propiedad lógica.
- La prueba cosmológica (Dios como causa del universo) falla porque la causalidad es solo un hábito mental.
- La prueba del diseño (el universo es como una máquina creada por un diseñador inteligente) no es concluyente, ya que solo podríamos inferir un Dios imperfecto y finito, no el Dios omnipotente del teísmo.
Hume se inclina hacia el agnosticismo, sosteniendo que el conocimiento sobre Dios está más allá de nuestras capacidades. También argumenta que la existencia del mal en el mundo es incompatible con un Dios omnipotente y bondadoso.
Política y Sociedad en la Filosofía de Hume
Hume rechaza la idea del contrato social de Hobbes, Locke y Rousseau, ya que no hay pruebas históricas de que los seres humanos hayan creado la sociedad a través de un pacto. En cambio, sostiene que la sociedad surge de un acuerdo implícito basado en la utilidad: los seres humanos reconocen que vivir en comunidad les proporciona seguridad y beneficios.
En cuanto al gobierno, defiende el liberalismo político, proponiendo la división de poderes (legislativo, ejecutivo y judicial) y la limitación del poder de los gobernantes. Sostiene que los ciudadanos obedecen a los gobiernos mientras estos sean útiles, pero tienen derecho a rebelarse si el gobierno se vuelve opresivo.