David Hume: Empirismo y Escepticismo sobre la Sustancia, el Yo y Dios

Enviado por Chuletator online y clasificado en Filosofía y ética

Escrito el en español con un tamaño de 4,05 KB

La Crítica de Hume a la Sustancia

La sustancia es un concepto básico del racionalismo. Hume, coherente con el principio de la experiencia, llega a la negación del conocimiento de la sustancia. Cuando nosotros decimos ver un objeto, estrictamente solo disponemos de una serie de impresiones a las que corresponden distintas ideas simples que, asociadas en nuestra imaginación por semejanza y contigüidad de manera estable, producen en nosotros la idea compleja de ese objeto. Pero más allá de ello no captamos ninguna entidad que, en lenguaje aristotélico, constituya su soporte y les dé unidad. Aunque nosotros le demos un nombre a esa supuesta sustancia, no podemos afirmar que exista una realidad referente a ella. Con la palabra "mesa" solo hacemos referencia a un conjunto de ideas. Pero no existe ninguna realidad más allá de esos elementos. Es decir, la sustancia, o cualquier ejemplo de ella, son conceptos abstractos, productos de la imaginación, sin base empírica.

El Yo y la Identidad Personal en Hume

Crítica del Yo como realidad. Descartes había llegado a la existencia del Yo a través de la sola razón. No obstante, Hume considera que la existencia de un Yo es una afirmación sin fundamento en la experiencia. Puedo ser consciente de que veo, siento, imagino, y necesito suponer que hay alguien, un sujeto que ve, siente o imagina. Ahora bien, no es menos cierto que del Yo no poseo ninguna impresión, por lo que no puedo, estrictamente, afirmar su existencia. Es la imaginación, basándose en la memoria que poseemos de la contigüidad y continuidad de las vivencias o impresiones de la reflexión, la que construye el concepto (idea) de existencia del Yo como realidad estable. La afirmación de la existencia del Yo por parte de Descartes se fundamentaba en la unión de la conciencia (impresión) de estar pensando con el Yo (idea) que piensa: si se piensa, alguien (un sujeto) debe estar pensando; esta era la evidencia básica de toda su metafísica. Hume acepta que existe la impresión de estar pensando, pero no del sujeto que piensa (causa del pensar). El Yo no es un dato fenoménico, solo un producto de la razón (imaginación).

La Realidad Exterior a la Mente: Una Cuestión de Creencia

Nos parece lógico suponer que si tenemos la idea de río y que si tal idea nos viene de una impresión, es decir, de un dato de experiencia, los ríos deben existir; de lo contrario, ¿de dónde nos vendría esa experiencia? Ahora bien, Hume vuelve a ser radical: lo único que puede afirmar es que tiene ese dato de experiencia, no que existan las realidades que serían la causa de su impresión y de su idea. Cree que debe existir; justamente es eso: una creencia.

La Crítica de Hume a la Existencia de Dios

Suele utilizarse el principio de causalidad para fundamentar la afirmación de que Dios existe. Ahora bien, parece claro que de Dios no poseemos impresión alguna, por lo que Dios no puede ser conocido. Decir que Dios es causa primera o última de las cosas, resulta de nuestra imaginación cuando busca un fundamento al conjunto de todas las cosas que llamamos Mundo. Por lo tanto, Hume rechaza cualquier razonamiento que establezca la existencia de Dios.

Entradas relacionadas: