David Hume: Empirismo, Causalidad y los Límites del Conocimiento Humano
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El Empirismo de Hume y la Idea de Causa
Al clasificar los **elementos del conocimiento** en **impresiones** e **ideas**, Hume estaba sentando las bases del **empirismo más radical**. Las consecuencias que de este planteamiento se derivan son más radicales que las de Berkeley, y mucho más radicales que las de Locke. Con este planteamiento, se introduce un **criterio tajante** para decidir acerca de la **verdad de nuestras ideas**. ¿Queremos saber si una idea cualquiera es verdadera? Muy sencillo: comprobemos si tal idea procede de alguna **impresión**. Si podemos señalar la impresión correspondiente, estaremos ante una **idea verdadera**; en caso contrario, estaremos ante una **ficción**. El **límite de nuestros conocimientos** son, pues, las **impresiones**.
La Idea de Causa y el Conocimiento de Hechos
Apliquemos este criterio al **conocimiento factual de hechos**. Aplicando este criterio en sentido estricto, nuestro conocimiento de los hechos queda limitado a nuestras **impresiones actuales** y a nuestros **recuerdos actuales de impresiones pasadas**, pero no puede haber conocimiento de hechos futuros, ya que no poseemos impresión alguna de lo que sucederá en el futuro.
Ahora bien, es incuestionable que en nuestra vida contamos constantemente con que en el futuro se producirán ciertos hechos: vemos caer la lluvia a través de la ventana y tomamos precauciones, contando con que la lluvia mojará cuanto encuentre a su paso. Sin embargo, solamente tenemos la impresión de la lluvia cayendo. ¿Cómo podemos estar seguros de que posteriormente tendremos la impresión de los objetos mojados y del agua caliente?
Hume observó que en todos estos casos, nuestra certeza acerca de lo que acontecerá en el futuro se basa en una **inferencia causal**: estamos seguros de que las cosas bajo la lluvia se mojarán (en vez de ponerse azules, por ejemplo) basándonos en que el agua y el fuego producen sendos efectos. La lluvia es **causa**, el fuego es **causa** y sus efectos respectivos son el mojarse y calentarse de cuanto caiga bajo su acción.
Causalidad y "Conexión Necesaria"
La **idea de causa** es la base de todas nuestras inferencias acerca de hechos de los que no tenemos una impresión actual. Hume observa que esta relación se concibe normalmente como una **conexión necesaria** entre la causa y el efecto, entre el fuego y el calor: el fuego calienta necesariamente y, por tanto, siempre que arrimemos agua al fuego, aquella se calentará necesariamente.
Crítica de la Idea de Conexión Necesaria
No seamos tan precipitadamente optimistas y apliquemos el criterio arriba expuesto a esta idea de causa. Una **idea verdadera** es aquella que corresponde a una **impresión**. Pues bien, ¿tenemos una impresión que corresponda a esta idea de **conexión necesaria** entre dos fenómenos? No, contesta Hume. Hemos observado a menudo el fuego y hemos observado que a continuación aumenta la temperatura de los objetos situados junto a él, pero nunca hemos observado que entre ambos hechos exista una **conexión necesaria**. Lo único que hemos observado es que entre ambos hechos se ha dado una **sucesión constante** en el pasado, que siempre sucedió lo segundo tras lo primero. Que además de esta sucesión constante exista una conexión necesaria entre ambos hechos es una **suposición incomprobable**.
Y como nuestro conocimiento acerca de los hechos futuros solamente tendría justificación si entre lo que llamamos causa y lo que llamamos efecto existe una conexión necesaria, resulta que, propiamente hablando, no sabemos que el agua vaya a calentarse; simplemente **creemos** que el agua se calentará. Que nuestro pretendido conocimiento de los hechos futuros por **inferencia causal** no sea en rigor conocimiento, sino **suposición** y **creencia**, no significa que no estemos absolutamente ciertos acerca de los mismos: todos tenemos **certeza absoluta** de que el agua de nuestro ejemplo se va a calentar. Esta certeza proviene, según Hume, de la **costumbre**.