Cultura y Socialización: La Construcción Social de Actitudes
Enviado por Chuletator online y clasificado en Psicología y Sociología
Escrito el en español con un tamaño de 7,36 KB
Cultura y Socialización
1. Cultura y Socialización
Según la definición clásica de Tylor, cultura es el conocimiento, las creencias, el arte, la moral, el derecho, las costumbres y cualesquiera otros hábitos y capacidades adquiridas por el hombre.
A la cultura la caracteriza su carácter artificial, todo aquello que, al contrario que la naturaleza, los hombres construyen. Cultura es mundo humano, no solo en el sentido de que en él viven los hombres, sino en el de que lo han hecho los hombres.
La cultura siempre aparece en un contexto social, podemos definirla también como las creaciones humanas que una sociedad asume como propias, por eso el proceso de adquisición de la cultura se llama socialización.
La socialización es el amplio proceso de transmisión de valores morales, normas de conducta, ideas, creencias, hábitos y aprendizajes que lleva a cabo la sociedad con respecto a los individuos. La socialización comienza desde el nacimiento; el niño recién nacido viene provisto de unos mecanismos innatos de respuesta para adaptarse a la nueva situación, pero pronto necesita adquirir algunos hábitos de conducta que hagan viable la satisfacción de sus necesidades primarias. Gracias a este proceso, el niño se va adaptando a la vida social e interioriza normas que forjarán su personalidad. El carácter de cada persona viene determinado por la manera en que se ha socializado a lo largo de su vida, porque este proceso nunca acaba.
2. La Construcción Social de Actitudes
2.1. ¿Qué es una actitud?
Es la toma de posición de un sujeto frente a una realidad, situándose a favor o en contra de ella. Charles Morris, psicólogo, define la actitud como organización relativamente estable de creencias, sentimientos y tendencias de conducta dirigidas hacia algo o alguien. Puntos a destacar:
- La actitud es una organización.
- Esta organización debe ser relativamente estable.
- La actitud aparece formada por componentes de tres clases: creencias, sentimientos y tendencias de conducta. Primero, uno evalúa una realidad; después, uno se siente de una forma en relación con dicha realidad; y, finalmente, uno tiende a hacer algo.
2.2. La medida de las actitudes
Podemos conocer las actitudes de las personas ante ciertos hechos preguntándoselo, es una forma que se utiliza, como en las encuestas, pero la experiencia nos ha demostrado que no son muy fiables porque las personas suelen contestar lo que creen que el entrevistador espera que contesten.
Se han ideado sistemas para forzar a las personas a contestar con sinceridad, como por ejemplo con el falso polígrafo. Cuando el sujeto comprueba que no ha podido mentir una vez, tendrá que contestar con mayor sinceridad al resto de preguntas.
Las escalas más utilizadas para la medición de actitudes son la de Likert y Osgood.
Aparte de las encuestas, existen otros procedimientos de medida de actitudes, como la observación directa de la conducta. Stanley Milgram ideó un curioso método para medir el apoyo o rechazo provocado por ciertas instituciones en un vecindario: dejar en distintos lugares transitados cierto número de "cartas extraviadas" dirigidas a esas instituciones y contar después cuántas de esas cartas eran devueltas a sus supuestos destinatarios.
El método más refinado y preciso para medir las actitudes es la electromiografía facial, basada en la simple constatación de que una reacción positiva va acompañada de un aumento de actividad de los músculos cigomáticos. En caso de reacción negativa, los músculos que se activan son los orbiculares. Así, es posible detectar siempre el tipo de reacción del sujeto ante el estímulo que se le presenta.
2.3. Pies en la puerta y traiciones autoasumidas
Si tuvieses un negocio y quieres ganar clientes, puedes hacerlo con ofertas irresistibles. Si se consigue que alguien compre algo, es fácil que vuelva a comprar y así puede llegar a convertirse en uno de nuestros clientes fijos.
El fenómeno del pie en la puerta consiste en que una persona que accede a una pequeña petición tiende a aceptar después otras más importantes.
El psicólogo Peter Herman realizó un experimento sobre los efectos del seguimiento de dietas que demostraba que, cuando la persona se salta la dieta, se vuelve por un tiempo más proclive a los excesos gastronómicos que los que no siguen ningún tipo de dieta.
Experimento que importa:
A mediados de los años 70, el profesor Herman pidió a sus alumnas que participaran en un experimento sobre el sentido del gusto. Primero, hizo una encuesta para determinar qué alumnas ponían restricciones a su alimentación o seguían alguna dieta. Después, dividió a las alumnas en dos grupos: a las del primero les suministró un batido y les pidió que se lo bebieran, y a las del segundo no les dio nada. Por último, pidió a todas las alumnas que trataran de averiguar el sabor de un helado, pudiendo comer la cantidad necesaria que creyeran para estar seguras. El resultado fue que, entre las alumnas que controlaban su alimentación, las que no habían tomado el batido solo probaron una o dos cucharadas, pero las que sí lo habían hecho tomaron una cantidad mucho mayor. Al fin y al cabo, si ya se habían saltado la dieta una vez, ¿por qué no iban a hacerlo dos? ¡Qué importa!
2.4. Factores que favorecen el cambio de actitud
Según Festinger, una de las motivaciones humanas básicas es la reducción de la disonancia cognitiva. Si hay conflicto entre pensamiento y acción, modificaremos uno de los dos elementos para eliminar el conflicto. Por ejemplo, un alumno que copia en un examen probablemente cambiará su actitud anterior contraria a este tipo de trampas, o si no, reformulará su percepción del hecho disonante. Generalizando esto, podemos concluir que el procedimiento más eficaz para cambiar una actitud es lograr que la persona se comporte ya de acuerdo con la actitud que supuestamente todavía no tiene.
Experimento de Mills:
Consistió en que a una clase de alumnos de primero de secundaria se les pasó un cuestionario sobre su valoración de la mentira. Poco después, estos mismos alumnos tuvieron que hacer un examen muy difícil en el que, aparentemente, era muy fácil copiar. Por último, pocos días más tarde, volvieron a realizar el mismo cuestionario, y los alumnos que habían copiado se habían vuelto más tolerantes con la mentira, y los que no lo habían hecho eran todavía más intolerantes. Las valoraciones y juicios morales se limitan a justificar por qué hacemos lo que hacemos.
Factores para persuadir a los demás de la conveniencia de cambiar sus conductas, según Elliot Aronson:
- La fuente del mensaje: las personas de mayor credibilidad son las más parecidas a los receptores.
- La forma del mensaje: tiene que ser claro y apelar moderadamente a la sensibilidad.
- Los receptores del mensaje: tienen que sentirse tratados como personas capaces de pensar por sí mismas y sacar sus conclusiones. Debe suscitarse en ellos un compromiso real con la causa.