Cultura de Masas en el Siglo XX: Características e Influencia de los Medios de Comunicación
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Nos vamos a centrar en la cultura de masas. Ya no vamos a hablar de teorías, sino que vamos a ver qué entendemos por cultura de masas.
Al hablar de cultura de masas, se supone una cultura popularizada, extendida a toda clase social, propia de culturas desarrolladas, opuesta a la cultura de élite, pero también se refiere a la sociedad de masas, a la cultura como tipo de sociedad. Es una cultura que está producida indistintamente y que sus mensajes y productos se difunden masiva e indiferentemente con arreglo a tecnologías que permiten una optimización de las inversiones.
Esta cultura es dominante en las sociedades capitalistas y en ella los medios de comunicación de masas (MCM) tienen un papel fundamental para establecer el sistema sociocultural. Muchos hablan de la "tercera cultura" para denominar a esta cultura de masas que surge de los medios de comunicación de masas y se sitúa al lado de la cultura clásica y de las culturas nacionales.
Transformación y Acceso a la Cultura en el Siglo XX
Hablamos de cultura de masas sobre todo en el siglo XX y nos referimos a la sociedad del siglo XX. Lo que se entiende por cultura de masas ha supuesto una transformación en la apreciación, acceso y en el contenido de las obras culturales. Habría que discutir las condiciones elitistas que hablaban de “alta cultura” y “cultura media” en tanto que se ha unificado en la cultura de masa; muchas obras, eso sí, están al margen de la difusión masiva y la “alta cultura” se resiste a la masificación: la ópera sigue sin ser masiva.
Pero, a la vez, el acceso del gran público a la literatura, la música, el teatro, viene condicionado por el trabajo de los medios de comunicación de masas, que seleccionan y publicitan las obras consideradas de más interés, estableciendo los gustos. La presión publicitaria de los medios de comunicación de masas de disfrutar de esos objetos de culto da una especie de catálogo a consumir por quien se considera medianamente culto. Marcus decía que la divulgación masiva hace que los productos culturales sean accesibles a todo el mundo, elimina los privilegios, pero también los contenidos, que se simplifican para ser accesibles a todo el mundo. Mientras que la cultura popular tradicional conviva con la alta cultura, esta situación se ha transformado. Al ser cultura, cierra el camino a formas ausentes de creación cultural; se da por cultura al sucedáneo de cultura. El juicio que podemos hacer de la cultura de masas también lo entendemos como que no somos masa y los demás sí. Puede ser que hagamos un juicio negativo de la cultura de masas, pero no por sus productos, sino por las partes de consumo que establece y por esa idea totalizadora.
Comercialización y Complejidad en la Cultura de Masas
En la misma línea estaría Habermas, que indica que hay una relación inversamente proporcional entre la comercialización con bienes culturales y su grado de complejidad. “El contacto con la cultura forma, mientras que el consumo de cultura de masas no deja huella alguna”. Cuanto más complejo es un bien, es más difícil de difundir. Hablamos de la cultura de masas como una cultura popularizada extensiva a todas las clases sociales, propias de sociedades capitalistas e industrializadas. En estas sociedades, los MCM tienen un papel determinante. Al referirnos a cultura de masas nos alejamos de la diferencia entre cultura de masas y cultura popular. Llega un momento que todas estas culturas se unen, la diferencia desaparece y se unen en la cultura de masas. Los MCM han permitido el acceso de todo el mundo a campos a los que antes no se podía acceder; pero el acceso viene mediado por el papel de los MCM, que seleccionan y publicitan las obras que consideran de más interés, estableciendo los gustos. Los MCM ejercen una presión publicitaria sobre las masas marcando qué es lo que el ciudadano debe consumir para considerarse mínimamente culto. Cuando nos referimos a cultura de masas lo solemos hacer de forma crítica, viendo la cultura como un producto. Pero la idea no es sólo por el contenido que se vende; el juicio más negativo se debe a esa vocación totalizadora de la cultura de masas y a las pautas de consumo que establece. La cultura de masas no surge de la nada, sino que hunde sus raíces en la cultura popular y la cultura de élites, siendo deudora de ambas en tanto que toma los contenidos de esas culturas para transformarlas y crear un nuevo modo de producción industrial:
- De la cultura popular, la transformación se realiza en el sentido de romper la estructura de las relaciones humanas propias de la cultura popular. Es una cultura vinculada a espacios y tiempos concretos y es un tipo de relaciones de cultura de barrio, de taberna; esto se transforma y lo toma la cultura de masas haciendo abstracción de las raíces, las desarraiga del momento y el lugar y las incorpora.
- Con respecto a la alta cultura, se apropia de argumentos y temas para vulgarizarlos.
Influencia y Críticas a la Cultura de Masas
La cultura de masas tiene una posición hegemónica y en algunos sectores sociales también es monopolística. Para importantes sectores sociales la cultura de masas es la única que funciona a la hora de condicionar la visión del mundo y de la realidad. La cultura de masas es un hábito de consumo recurrente y accesible, que no supone ningún tipo de discontinuidad con la vida cotidiana; esto no es lo propio de la alta cultura, por ejemplo. Con los MCM, las obras de arte se confunden con el entretenimiento. Pero también hay que tener en cuenta que los MCM tienen una influencia decisiva en la recepción de obras de arte no masivas, aunque las difundan a su manera descafeinada. Casi siempre se habla de cultura de masas cuestionándola. Walton va todavía más allá y dice que la cuestión esencial no es el triunfo de la cultura media por la desvalorización de la cultura minoritaria; sino el deterioro de la comunidad intelectual y cultural y, con mayor medida, el deterioro de las comunidades intermedias. Ya no hay vínculo entre individuos y sociedad que no sea la TV.
En general, las críticas a los MCM es por el tipo de cultura que fomentan, de criticar una cultura lista para el consumo y vulgarizada, pero también ambivalente. Siempre nos referimos a una cultura masiva que según los autores tienen varias características:
Características de la Cultura de Masas
- El coleccionismo: nos referimos a la idea de la “fetichización” del saber como mito del acceso al saber. La idea es que se trata de poseer la cultura, incluso materialmente. Es la idea de los fascículos: poseemos la cultura, aunque a lo mejor no leamos los fascículos. Hablamos de coleccionar, pero no de acceder al contenido. Pero esos fascículos, eso sí, permiten acceder a todo el mundo.
- Vulgarización, divulgación: hablamos de que lo que hace la cultura de masas es adoptar los contenidos a un nivel medio que elimine dificultades: hacer comprensible el lenguaje y contenidos de cualquier realidad a costa de la caricatura del pensamiento. Se produce así una cierta infantilización de las masas. Morin habla de cuatro procesos que serían:
- Simplificación de la obra original, pero no debida a la necesidad del formato, sino a la esquematización de los argumentos, personajes… que lleva al punto b.
- Maniqueísmo: se pierden los matices.
- Actualización que introduce en obras clásicas sensibilidades contemporáneas.
- Modernización que traslada a la actualidad conflictos del pasado.
- El mal gusto: en el sentido de que cuando algo nos llega por los MCM nos produce un efecto, y trata de provocárnoslo de forma artificiosa y debilitada, como a través de las risas enlatadas, que te dicen dónde te tienes que reír, reforzando estos efectos.
- Clasificación ordenada: nos referimos al modelo “enciclopedia” que cuenta las dudas e, incluso, la necesidad por conocer, pues está todo ordenado, previniendo las preguntas y dudas del sujeto medio dando respuestas cerradas. Al clasificar (libros [viajes, mujer, novela negra] o películas [clásicas, terror, drama, comedia]) eliminamos la posibilidad de interpretación personalizada. La obra no dialoga con el público, sino que está todo clasificado.
- La jerarquización: nos encontramos con que todo producto cultural aparece jerarquizado, pero no por su calidad, sino por su comercialidad y su rentabilidad. Algo es bueno si tiene éxito de público. La cuantificación del éxito es un criterio del mercado que además sirve para reforzar la homogeneidad social.
- La obsolescencia, la moda, el recambio: Esta jerarquización de la que hablábamos tiene otro efecto, que es la función comercial que crea moda. Se ponen en circulación obras, estilos, productos, que ya llevan marcado el sello de caducidad, por lo que la renovación de esos productos se produce por agotamiento simbólico (la duración de las películas en el cartel del cine, for example). Esto supone, también, crear una imagen en esos productos para hacerlo atractivo en detrimento del contenido.
- Fruición: Esta es la idea de degustación cómoda. Los productos de la cultura de masas deben ser disfrutados cómodamente y sin esfuerzo. La obra pretende simplemente ser consumida. Es un consumo pasivo; pero esa pasividad no niega la posibilidad de “internalizar” los contenidos de esos productos.
- La seducción del usuario: es la idea de la gratificación inmediata, el simulacro de novedad [Videoclips, Trailers…], seducir al usuario con elementos como el sexo o la violencia.
- La soberanía caprichosa del consumidor: son prácticas de satisfacción que hasta cierto punto se podría relacionar con la seducción. Se supone que se permite al individuo participar en el proceso de creación del producto. Por ejemplo, en las telenovelas donde el público puede elegir el final, o en los reality shows tipo GH.
- La previsibilidad o abolición de la novedad: que se basa en la repetición de clichés, donde todo es previsible. Pese a esta repetición, esto sigue siendo compatible con la renovación de formatos, siguiendo habiendo cierta renovación estática. Esta idea de repetición tiene mucho que ver con la sensación de "ya visto", pero no genera rechazo, sino que sirve para agradecer el reconocimiento (viendo una película el típico comentario de “ahora va y la mata”).
- La producción industrializada: puesto que vemos los productos como mercancías, lo importante es la rentabilidad. Esto tiene que ver con el siguiente punto:
- Serialidad: una forma de producción industrial que renuncia a las obras únicas y establece esquemas normativos y estructuras de género que se van rellenando en un número indeterminado de capítulos. Esto lo vemos en series televisivas (Los Serrano, Los Simpson, Aquí no hay quien viva…), incluso en cómics. Aquí existe una cierta dialéctica entre creación y producción industrial, pues si todos los productos fueran exactamente iguales no sería rentable; se debe huir un poco de la total previsibilidad.
- Final feliz o abolición de la tragedia: también tiene que ver con la idea de serialidad. La serialización más canónica y estándar niega un proceso del sistema creativo: la apertura de posibilidades ante la que se encuentran los personajes, incluso hasta la muerte (no existe una serie donde muera el protagonista en los primeros capítulos). El presupuesto detrás de esta idea es que el público busca mensajes que eliminen cualquier tipo de problema por la presencia de lo trágico: necesitamos un final feliz, sobre todo en productos serializados.
- Repetición de temas y argumentos: exigida por este sistema de producción industrial que pone en circulación más obras de lo que puede crear. El mercado llega a estar tan lleno que se acaba por repetir; llegamos incluso a la repetición literal de los mensajes (se reponen películas, series, artículos veraniegos sobre la dieta de la alcachofa…). Esta difusión popularizada lleva a la divulgación de conocimientos que exigen ser superficializados y etiquetados. Quizá una de las críticas más generalizadas a los MCM es que ponen en circulación estereotipos sociales que funcionan más por su verosimilitud y su éxito que por su capacidad de referirse realmente a la realidad a la que tratan. La cultura de masas tiende a la universalidad y a la medianía.
- Tensión, fragmentación, homogeneización: hablamos de que los productos de cultura de masas son universales e implican homogeneización. Esta necesidad de búsqueda de nuevos mercados para rentabilizar el producto lleva a la fragmentación: público para un tipo determinado de revistas, canales de TV…
- La cultura transversal: tiene que ver con que temas, argumentos… que se ponen en circulación traspasan los géneros y los formatos e invaden todos los mercados como moda cultural (Harry Potter tiene libros, películas, videojuegos…)
- Concepción ecléctica y poliédrica de la cultura: sincretismo. Se borran las fronteras entre géneros, temas… Antes una película de llorar era de llorar, pero ahora hay un momento para todos: fusión de estilos y géneros.