Cultivando Vínculos: El Poder de la Confianza en las Relaciones

Enviado por Programa Chuletas y clasificado en Psicología y Sociología

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Sembremos confianza en nuestras relaciones

¿Qué entendemos por confianza?

¿Qué nos genera desconfianza en la vida cotidiana?

¿Qué actitudes nos ayudarían a sembrar confianza en nuestras relaciones?

¿Qué relación identificamos entre el signo de las manos entrelazadas y el tema que vamos a tratar?

Mateo 6, 25-34

¿De qué cosas andamos preocupados diariamente?

Ante las incertidumbres y desconfianzas que pueden surgir en nuestras vidas, ¿qué pide buscar primero el texto bíblico que acabamos de escuchar?

El relato bíblico nos invita a confiar en Dios, ¿Confiamos plenamente en Él? ¿Confiamos en los demás? ¿Somos personas de confianza para los demás?

La confianza es una palabra que viene del latín con-fidentia y significa: firme esperanza que se tiene de algo o de alguien, absoluta convicción.

La confianza es la tranquila y valiente seguridad de quien espera sin vacilar y, por tanto, se relaciona también con la esperanza, tal como lo deja ver el salmista cuando dice: “Alzo mis ojos a los montes, ¿de dónde vendrá mi auxilio?

La confianza se relaciona, entonces, con un sentimiento que pone sus miras en una acción futura, sobre la cual no se tiene una seguridad total pero que, sin embargo, se apoya en la certeza de que no hay nada imposible para Dios (Lucas 1, 37).

Hoy más que nunca, a causa de tantos cambios y realidades sociales que se transforman vertiginosamente y que nos sumergen en la incertidumbre, en el miedo y la duda, la confianza es una pieza fundamental para caminar en la vida, porque nos hace creer en lo que somos y en lo que hacemos.

La confianza es un valor extraordinario que necesita ser fortalecido y transmitido a los demás, para que otras personas lo puedan desarrollar en sus proyectos de vida: en la familia, el trabajo, el colegio o la universidad, y en la sociedad en general.

Confianza en nuestras relaciones Para nadie es un secreto que nuestro país ha estado marcado por un clima de desconfianza, ya sea por engaños en las familias, fraudes en los negocios, corrupción en todos los niveles sociales, económicos y políticos, falsedad en las promesas de los dirigentes y mentiras de todo tipo.

Por eso, cuando afirmamos que somos sembradores de confianza en nuestras relaciones, estamos diciendo que no solo la confianza es sinónimo de esperanza, fe, seguridad, certeza, sino también que nos posibilita abrir espacios para aprender a perdonar, a sanar las heridas, a buscar incesantemente la paz entre todos, a construir verdaderos vínculos de fraternidad, a reconocer que el otro es un don para mi Entender que la confianza está vinculada al perdón hace posible derrumbar las barreras que nos separan, los enfrentamientos que nos dividen, y nos ayuda a superar los hechos que nos han dañado como sociedad colombiana, desde hace muchos años.

Dejar caer el rencor, la rabia, la violencia y la venganza son Pero esta confianza asociada al perdón proviene de Dios mismo, porque Él, a pesar de nuestras infidelidades, ha permanecido fiel y nos ha ofrecido su misericordia, nos ha perdonado y nos invita a perdonar.

Por tanto, aunque el discípulo misionero viva la experiencia de la sequedad espiritual, la tristeza, el desaliento, que pueden llevarlo a cuestionarse: “¿para qué orar?, – comprende que es necesario luchar con humildad, confianza y perseverancia, si se quiere vencer estos obstáculos” De la misma forma, para generar confianza en nuestras relaciones reconciliadas, tenemos que aprender a fomentar la sinceridad, a decir, la verdad;

Cuando entendemos que la verdad y el perdón son los ejes que restauran la confianza, hacemos posible el surgimiento de nuevas comunicaciones con los otros, porque precisamente se convierte en el elemento fundamental que da sentido a las relaciones, las sostiene y genera seguridad.

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