Cuidados de Enfermería Postoperatorios: Guía Completa

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Valoración e Intervenciones de Enfermería en el Postoperatorio

ValoraciónIntervenciones de Enfermería

Función Respiratoria

  • No colocar la almohada mientras el paciente esté inconsciente.
  • Posición lateral de seguridad si no existe contraindicación.
  • Comprobación de la recuperación de los reflejos de deglución y tusígeno.

Estado Cardiovascular

  • Determinación de las constantes vitales.
  • Observación de la piel.
  • Abrigar al paciente ante escalofríos o hipotermia.

Estado Neurológico

  • Observación del estado general y del nivel de conciencia.
  • Recuperación de reflejos.
  • Recuperación de las funciones sensitivas y motoras.
  • Aparición del dolor.

Equilibrio Hidroelectrolítico

  • Registro de ingresos y pérdidas.
  • Control de diuresis.

Aparato Digestivo

  • Vómitos: posición lateral y aspiración, si se precisa.

Apósitos y Equipos

  • Observación de la inserción de sondas, catéter y drenajes.
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Cuidados Postoperatorios Específicos

Estado Respiratorio

  • Valoración regular de la frecuencia respiratoria.
  • Ejercicios respiratorios. Espirómetro de incentivo.
  • Deambulación precoz y cambios posturales.
  • Estimulación de la ingestión de líquidos, para fluidificar las secreciones.
  • Aspiración, si es necesario.

Estado Cardiovascular

  • Movilización y deambulación precoz.
  • Valoración regular de las constantes vitales.

Ingestión y Excreción de Líquidos

  • Dar pequeños sorbos de agua o mojar los labios si lo permite la orden médica.
  • Administrar las soluciones intravenosas prescritas.
  • Realización del balance de líquidos.

Nutrición

  • Administrar la dieta prescrita probando tolerancia.
  • Estimular al paciente para que coma.
  • Vigilancia y cuidados específicos ante alimentación enteral o parenteral.

Eliminación Fecal

  • Estimular la movilización y la deambulación precoz.
  • Administración de enema o supositorio (si está prescrito).

Protección de Piel y Cuidado de las Heridas Quirúrgicas

  • Aseo del paciente.
  • Arreglo adecuado de la cama.
  • Prevención de úlceras por presión.
  • Observación de las técnicas antisépticas.
  • Cuidados específicos de la higiene.

Tratamiento del Dolor

  • Administración de analgésicos.

Restablecimiento de la Movilidad

  • Movilización y ambulación precoces y progresivas, según pauta del facultativo.


Otras Vías de Administración de Medicamentos

Vía Intradérmica

La punción se realiza en la dermis, estirando la piel, de la siguiente manera: con la aguja montada en la jeringa, se introduce unos 3 mm, formando un ángulo de unos 15º (casi paralelo a la piel), y con el bisel hacia arriba.

Vía Subcutánea

La punción se realiza en el tejido celular subcutáneo:

  • Tomando, con los dedos índice y pulgar, un amplio pliegue de la piel del paciente.
  • Se introduce la aguja montada en la jeringa, con el bisel hacia arriba y formando un ángulo de 45º.
  • Se inyecta el medicamento empujando el émbolo de forma lenta y continua.

Vía Intramuscular

El medicamento se inyecta directamente en el tejido muscular. La punción se realiza:

  • Colocando la aguja perpendicular a la piel, formando un ángulo de 90º; puede hacerse con la aguja desmontada o montada. Se utilizan agujas largas y de mayor calibre.
  • Se inyecta el medicamento lentamente, para favorecer su distribución.
  • Las zonas de elección son: la región glútea, es la más utilizada (cuadrante superior externo de la nalga, sobre los glúteos, para no lesionar el nervio ciático); el muslo (cara anterolateral), y el brazo (cara externa).
  • Es una vía de absorción muy rápida por estar muy vascularizada.

Vía Intraarterial

Se realiza puncionando directamente una arteria, como la radial, la cubital o la femoral. Se utiliza para la administración de medicamentos, determinación de gases o administración de sustancias radiopacas. Se utiliza para la administración directa de medicamentos, o para perfundir volúmenes de soluciones (de duración variable o continua); y además, para la extracción de muestras de sangre mediante la punción directa de una vena. Los fármacos administrados por esta vía se introducen directamente en el interior de los vasos sanguíneos; por lo que no tienen que absorberse y ejercen su acción de manera casi inmediata.


Terapia Intravenosa Mediante Perfusión

Soluciones para Perfusión y Zonas de Punción

Soluciones para Perfusión

  • Soluciones electrolíticas: aportan agua y electrolitos, como los sueros fisiológicos, salinos, bicarbonatados, glucosados, etc.
  • Soluciones nutritivas y energéticas: aportan glúcidos, lípidos o proteínas y aminoácidos.
  • Soluciones de carácter mixto (electrolíticas y energéticas).
  • Soluciones medicamentosas: suelen administrarse junto con sueros.
  • Soluciones o líquidos de sustitución: plasma, sangre completa, etc.

Zonas de Punción Venosa

  • La flexura del codo: vena basílica y cubital.
  • Antebrazo y dorso de la mano.
  • Para tratamientos de larga duración: vena yugular externa y subclavia.

Aunque el procedimiento lo realiza la enfermera, el auxiliar debe colaborar en todo el proceso, así como en la vigilancia del paciente.

Control de la Velocidad de Perfusión

  • En la administración de medicamentos por vía intravenosa, mediante perfusión, es necesario calcular la velocidad a la que debe administrarse el medicamento, para que se perfunda durante el tiempo prescrito.
  • El ritmo de flujo puede expresarse en gotas por minuto cuando no se dispone de bomba de perfusión.
  • Se determina teniendo en cuenta que 1 ml equivale aproximadamente a 20 gotas del sistema de macrogoteo y 60 del sistema de microgoteo.


Cuidados de un Paciente con Sistema de Perfusión

El equipo de enfermería vigila todos y cada uno de los aspectos relacionados con el sistema de perfusión, así como las posibles reacciones del paciente, como flebitis, extravasación, obstrucción del sistema, etc.

Habrá que controlarlo, por tanto de forma general:

  • El nivel de solución en el interior del frasco o bolsa, para evitar que el aire entre en el sistema de perfusión.
  • El cuentagotas se llenará, aproximadamente, hasta las tres cuartas partes, para evitar que se formen burbujas.
  • El ritmo del flujo, equipo y sistema de perfusión.
  • La fijación de la aguja y su conexión con el sistema de perfusión.
  • Colocación y aspecto del brazo del paciente.
  • La aparición de síntomas locales: dolor, inflamación, edema, etc.
  • La aparición de síntomas generales: escalofríos, disnea, vómitos, cianosis, fiebre, reacciones alérgicas, alteraciones de la tensión, etc.

En todos estos casos debe comunicarse al equipo de enfermería, para retirar la perfusión y realizar la intervención adecuada.

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