Cronología Esencial de la Hispania Antigua
Enviado por Chuletator online y clasificado en Historia
Escrito el en español con un tamaño de 6,01 KB
Proceso de Hominización en la Península Ibérica
La Hominización es el proceso evolutivo experimentado por el ser humano a lo largo de la Prehistoria, que culminó en la aparición de nuestra especie.
Yacimiento de Atapuerca: Clave para entender la Hominización
El complejo arqueológico de Atapuerca, localizado en Burgos, es fundamental para el estudio de la evolución humana en Europa. Entre sus hallazgos más significativos destacan:
- Gran Dolina (1994): Restos del Homo antecessor, datados en aproximadamente 800.000 años de antigüedad, que representan una de las evidencias más antiguas de presencia humana en Europa.
- Sima de los Huesos: Un yacimiento excepcional de fósiles humanos, con una antigüedad de unos 300.000 años, que ha proporcionado numerosos restos de Homo heidelbergensis, considerados ancestros de los neandertales.
Pueblos Prerromanos en la Península Ibérica
Durante los siglos VIII-II a.C., la Península Ibérica estuvo habitada por diversos pueblos indígenas y colonizadores, que conformaron tres grandes conjuntos culturales:
Pueblos Indígenas
- Celtas: Pueblos de origen indoeuropeo, se localizaron principalmente en el norte y noroeste de la península. Dominaban la metalurgia del hierro y se organizaban en clanes.
- Celtíberos: Ocuparon la franja oriental de la Submeseta Norte. Eran una mezcla cultural de celtas e íberos, conocidos por su espíritu guerrero y por servir como mercenarios en la época.
- Íberos: Asentados en la costa mediterránea y el sur peninsular (incluyendo a los turdetanos). Eran pueblos con una economía agrícola desarrollada, que dejaron importantes hallazgos artísticos como la Dama de Elche.
Pueblos Colonizadores
A partir del siglo VIII a.C., la Península Ibérica fue un foco de atracción para diversas civilizaciones mediterráneas:
- Fenicios: Fueron los primeros colonizadores, procedentes del Líbano. Fundaron importantes enclaves comerciales como Gades (Cádiz), Malaca (Málaga) y Sexi (Almuñécar).
- Griegos: Entraron en la península en el siglo VIII a.C. y establecieron colonias como Empúries (Ampurias) y Rhode (Rosas), dedicadas al comercio.
- Cartagineses: Herederos del legado fenicio, aparecieron en el siglo VI a.C. y expandieron su influencia por el sur y levante peninsular, lo que les llevó a un conflicto directo con Roma.
La Conquista y Romanización de Hispania
El siglo III a.C. marcó el inicio de un periodo de conflicto entre Cartago y Roma, conocido como las Guerras Púnicas, que tendría profundas consecuencias para la Península Ibérica.
Fases de la Conquista Romana
Primera fase: Suplantación de Cartago (218-197 a.C.)
Concretamente, tras la derrota de Aníbal a manos de Escipión en la Segunda Guerra Púnica, se inició la ocupación romana por el sur y levante de la península.
Segunda fase: Organización provincial y sometimiento del interior (197-154 a.C.)
Tras la derrota cartaginesa, la presencia militar romana se hizo permanente. En 197 a.C., el Senado romano decidió dividir la península en dos provincias (Hispania Citerior e Hispania Ulterior). Así, Roma comenzó a recaudar impuestos en Hispania tras la creación de ciudades y la explotación de sus recursos.
Tercera fase: Guerras Celtíberas y Lusitanas (154-133 a.C.)
El sometimiento peninsular fue paulatino y no estuvo exento de fuertes oposiciones autóctonas, como la de los lusitanos, liderados por el caudillo Viriato, o la resistencia de Numancia por parte de los celtíberos.
Cuarta fase: Guerras Civiles Romanas (133-31 a.C.)
La península, una vez pacificada en gran medida, adquirió un protagonismo significativo en las guerras civiles que se desencadenaron en Roma, las cuales culminaron con el fin de la República y la proclamación del Imperio.
Quinta fase: Sometimiento de las montañas del norte (31-19 a.C.)
Augusto, el primer emperador de Roma, completaría la conquista de Hispania sometiendo los últimos reductos de resistencia en el norte (pueblos galaicos, cántabros y astures) en las conocidas Guerras Cántabras.
Proceso de Romanización en Hispania
La Romanización fue el proceso histórico iniciado en la Península Ibérica en el siglo II a.C. mediante el cual la población indígena asimiló progresivamente los modos de vida, la cultura y las instituciones romanas. Sus principales manifestaciones fueron:
Latinización
El latín se convirtió en la lengua principal, siendo la base de las futuras lenguas romances habladas en la península.
Cristianización
A partir del siglo I d.C., llegaron a Hispania los cultos mistéricos del Mediterráneo oriental, entre ellos el cristianismo. Para el siglo I d.C., ya consta la presencia de los primeros cristianos en la Península Ibérica, aunque su expansión fue gradual.
Invasiones Bárbaras y el Reino Visigodo
A partir del siglo II d.C., el Imperio Romano entró en una fase de decadencia, marcada por diversas circunstancias, entre ellas la creciente presión de los pueblos bárbaros en sus fronteras.
A partir del 409 d.C., tres pueblos germánicos (suevos, vándalos y alanos) irrumpieron en la Península Ibérica, desestabilizando el control romano.
El Rey Leovigildo (569-586 d.C.) fue el principal impulsor de la consolidación del Reino Visigodo en la Península Ibérica, estableciendo su capital en Toledo y logrando la unificación territorial y religiosa (aunque esta última sería completada por su hijo Recaredo).