Crítica de Nietzsche a la Moral y Religión: El Eterno Retorno y la Voluntad de Poder

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El Problema de Dios en Nietzsche

En su obra El Anticristo, Nietzsche expone el progresivo abandono de la religión desde la Ilustración (Kant), culminando en la "muerte de Dios": "Dios ha muerto, nosotros lo hemos matado". Con esto, Nietzsche se refiere a la muerte de todo lo suprasensible, incluyendo al Dios cristiano y las Ideas platónicas.

Para Nietzsche, este proceso se inicia en el Renacimiento, continúa con Descartes y culmina con la Ilustración y Kant. La afirmación de un orden moral del mundo que dirige la historia implica, según Nietzsche, la existencia de alguien externo al mundo que guía a los hombres.

El judaísmo, según Nietzsche, introduce una inversión de valores originada en el resentimiento, siendo los sacerdotes judíos sus artífices. El resentimiento, para Nietzsche, consiste en culpar a otros (los que tienen y pueden) por lo que nos falta o nos sucede. Los religiosos, incapaces de soportar la fuerza y la realidad de la vida, inventan otro mundo. En lugar de voluntad de poder y vida, muestran voluntad de nada (nihilismo, decadencia) e intentan contagiar a otros.

El cristianismo, según Nietzsche, ha inventado un mundo irreal y celestial que implica una desvalorización del mundo terrenal:

  • Supone el extravío de los instintos, llevando a la invención de otro mundo y al desprecio de este.
  • Es el enemigo mortal del Superhombre.
  • Con el concepto de pecado, aniquila las formas y valores más nobles de la vida, pervirtiéndola en su raíz.

Esta crítica tiene precedentes en la filosofía de la Ilustración. El cristianismo es interpretado como una "moral vulgar" opuesta a los valores de la verdadera virtud. Esta vulgaridad, según Nietzsche, no proviene del hombre sino de Dios, quien ha sido el gran obstáculo contra la vida. Por lo tanto, es necesario acabar con él.

Sin embargo, liberarse de Dios no es suficiente; también hay que liberarse de otros pesos como el Estado y la nueva ciencia.

Nietzsche observa que las religiones utilizan el miedo para imponerse. Por ello, es necesario acabar con todas ellas. Tras la muerte de Dios, Nietzsche propone una nueva perspectiva: el eterno retorno de lo mismo.

Al no haber Dios, no hay creación. El mundo, por lo tanto, debe ser eterno. Siendo el mundo finito, llegará un momento en que hayamos pasado por todos los estados posibles. A partir de aquí, todo se repetirá infinitas veces (influencia del presocrático Heráclito).

La máxima de Nietzsche es: "Vive del modo que desees volver a vivir, pues tú vivirás otra vez".

De aquí surge otro concepto nietzscheano: el amor fati. El Superhombre, destino final del hombre, asume el eterno retorno en toda su potencia y esplendor, afirmando y amando la vida eternamente.

El Problema de la Moral en Nietzsche

Este problema se aborda en obras como La Genealogía de la moral. Nietzsche critica la moral platónico-cristiana, un modelo antinatural que va en contra de la vida y que ha sido asimilado por Occidente.

Este problema se relaciona con los dualismos ontológico y antropológico, que implican:

  1. La minusvaloración de este mundo.
  2. La represión de la vida: instintos y pasiones.

Para imponer estas pautas, las morales platónico-cristianas atemorizan a las personas con normas, premios y castigos.

Nietzsche considera que esta moral lleva a la decadencia y al nihilismo, sometiendo al hombre dionisíaco (guiado por impulsos vitales, libertad e instintos) en favor del apolíneo (moderado, seguidor de normas).

Nietzsche distingue entre:

A) La moral de los esclavos

Es la moral criticada por Nietzsche, la de los débiles que no pueden aferrarse a la inmensidad de la vida. Creada por judíos y cristianos (los primeros cristianos eran esclavos romanos), quienes, resentidos por no encontrar lo que esperan en esta vida, inventan el más allá. Esta moral explota el instinto de rebaño y resalta el mundo inteligible en detrimento del sensible, llevando al nihilismo.

El nihilismo es la ausencia, la decadencia, la aniquilación de la voluntad. El cristianismo, con su obsesión por valores contrarios a la vida, es en gran medida culpable de esto. Dos ejemplos son:

  1. El interés por el prójimo, amándolo más que a uno mismo.
  2. La compasión, noción fundamental para los cristianos, que se basa en la empatía para compartir el sufrimiento ajeno. El problema, según Nietzsche, es que sufrir por los demás debilita y uniformiza, impactando negativamente en el hombre.

Esta moral de esclavos se opone al vitalismo, la realización de los instintos, la libertad y el egoísmo.

B) La moral de los señores

Es la moral propuesta por Nietzsche, la de los fuertes que aceptan la vida en su realidad y no siguen normas ajenas. Es la moral de los espíritus que aman el placer, el poder y la grandeza, guiándose por los instintos en lugar de la razón.

Nietzsche busca recuperar la moral pagana griega anterior a Sócrates y Platón, la moral del Superhombre (transmutación de los valores).

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