Criterios de Verdad y Actitudes Filosóficas
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Criterios de Verdad
1.1. Lo verdadero y lo falso
La verdad se basa en el criterio de autoridad. Se aceptan como verdaderas aquellas creencias que han perdurado por tradición y se han transmitido de generación en generación. La verdad no admite críticas ni cuestionamientos racionales.
La filosofía, en cambio, se caracteriza por utilizar la razón y ha tratado de encontrar otras formas de aproximarse a la verdad. El término griego que traducimos por verdad, desvalidamiento, proviene de verum, "exacto".
1.2. La verdad como correspondencia
En la historia se han propuesto diferentes procedimientos para averiguar lo que es falso o verdadero. A estos procedimientos los llamamos criterios de verdad. Un ejemplo es el criterio de verdad que ofrece Aristóteles en su Metafísica. El criterio de verdad que propone el filósofo coincide con la opinión de muchas personas. Aristóteles define el criterio de la verdad como correspondencia.
El criterio de verdad como correspondencia sostiene que una afirmación es verdadera cuando lo que dice se corresponde con la realidad. El criterio de la verdad como correspondencia fue adoptado por los filósofos medievales. La definición de la verdad basada en este criterio se hizo famosa: "la verdad es la adecuación entre el entendimiento y las cosas".
1.3. El criterio de la evidencia
Descartes desconfiaba del criterio de verdad como correspondencia. Aspiraba a alcanzar una certeza absoluta. Eso le llevó a aplicar un método radical, la duda metódica, que consistía en poner en cuestión todo aquello de lo que no estuviera completamente seguro.
La duda metódica condujo a Descartes a dudar de la existencia real de lo que le rodeaba. Para estar completamente seguro, lo mejor sería buscar una verdad absolutamente cierta, algo para lo cual no era suficiente el criterio de verdad como correspondencia.
Para Descartes, el criterio de la verdad adecuado es el de evidencia. Pensaba que la verdad debe ser evidente e indudable. Algo es verdadero cuando lo captamos mediante la intuición intelectual. La intuición nos permite alcanzar ciertas verdades fundamentales de forma distinta y clara. Esta primera verdad indudable es el célebre cogito cartesiano: "pienso, luego existo".
El criterio de la verdad como evidencia afirma que algo es verdadero cuando resulta absolutamente imposible dudar de ello.
1.4. La verdad como coherencia
En matemáticas se emplea un criterio de verdad diferente: el de la coherencia. Una afirmación es verdadera cuando no es contradictoria y cuando puede encajar con el resto de afirmaciones que consideramos válidas.
El criterio de la verdad como coherencia defiende que una afirmación es verdadera cuando no es contradictoria y cuando encaja con otras verdades. También ha sido adoptada más allá de las matemáticas por algunos filósofos. Hegel creía que la realidad consistía en una totalidad compleja en continuo desarrollo. Para Hegel, nuestras afirmaciones se refieren a aspectos concretos de esta totalidad dinámica. Por eso, lo que decimos será válido si resulta coherente.
1.5. La verdad pragmática
A finales del siglo XIX surgió una corriente filosófica denominada pragmatismo. Para los filósofos pragmatistas, el criterio de verdad es la utilidad. Para saber si algo es verdadero, debemos fijarnos en sus consecuencias prácticas.
La palabra pragmatismo proviene del término griego pragma, que significa hecho o acción. El criterio pragmático de verdad atiende a las consecuencias prácticas que tiene aceptar una afirmación como cierta.
1.6. La verdad como consenso
El fundamento para afirmar que algo es verdadero está en el acuerdo resultante de un proceso de diálogo desarrollado en condiciones adecuadas. Lo que los científicos consideran verdadero es aquello sobre lo cual han logrado ponerse de acuerdo mediante el diálogo y el consenso.
Según la teoría consensual de la verdad, lo que consideramos verdadero es el producto de un acuerdo obtenido tras un proceso de diálogo. Solo en esta comunidad ideal de diálogo se dan las condiciones para que todos los interlocutores puedan ponerse de acuerdo en una posición común y alcanzar el consenso.
Actitudes Filosóficas ante la Verdad
2.1. Dogmatismo y escepticismo
El dogmatismo cree que es posible conocer la verdad con total seguridad. Un dogma es un principio firme y cierto sobre el que se puede construir un conocimiento. Los partidarios del dogmatismo afirman que hay algunos principios que podemos alcanzar con total seguridad. Algunos filósofos dogmáticos son Descartes, Leibniz o Wolff.
El escepticismo es una posición filosófica que niega la posibilidad de conocer la verdad. La verdad absoluta es algo inalcanzable. Lo máximo que podemos conocer son afirmaciones probables, pero nunca podemos tener la verdad completa. Los filósofos escépticos más conocidos son Gorgias, Pirrón de Elis, Sexto Empírico, Montaigne o David Hume.
Como los escépticos niegan la posibilidad de alcanzar la verdad, se ven obligados a reconocer las inevitables limitaciones del conocimiento humano. Si no existe ninguna manera de alcanzar la verdad absoluta, lo más prudente será adoptar una actitud tolerante y abierta ante las ideas ajenas.
De acuerdo con los escépticos, todos podemos equivocarnos porque todas las cosas son inciertas. Deberíamos desconfiar de quienes están demasiado seguros de sus afirmaciones, puesto que pueden estar equivocados. Conviene tomar nuestras creencias con cierta distancia, ya que pueden ser erróneas.
2.2. Relativismo y subjetivismo
Ante esta situación, resulta muy difícil tratar de encontrar una verdad única y común para todos, ya que en cada lugar es diferente. Llamamos relativismo a la teoría según la cual no existe ninguna verdad universal y absoluta.
Los defensores del relativismo creen que lo que consideramos verdadero o falso es relativo, depende del punto de vista. No podemos afirmar que haya una única verdad para todo el mundo. Según los relativistas, cada cual tiene su propia verdad, que es tan válida como la de cualquier otro.
Protágoras es uno de los primeros relativistas. Creía que las propiedades que atribuimos a las cosas no están en ellas mismas, sino que son producto de nuestra valoración. Protágoras decía que el hombre es la medida de todas las cosas.
Los relativistas suelen considerar que la interpretación de la verdad es personal, por lo tanto, resulta imposible encontrar verdades eternas y universales.
El subjetivismo afirma que lo que a una persona le parece verdadero o falso depende únicamente de factores individuales. El subjetivismo suele estar ligado al relativismo.
El escepticismo considera que la mejor actitud ante el conocimiento es la duda, ya que nunca podemos estar seguros de haber alcanzado la verdad. Para un escéptico, lo más recomendable es suspender el juicio.
El relativismo considera que la verdad depende del momento y del lugar. Los sofistas defendieron el relativismo en la antigua Grecia. Esta teoría ha sido criticada en muchas ocasiones. Muchos filósofos consideran que las posiciones relativistas son peligrosas.
2.3. ¿Todas las opiniones son válidas?
El problema del relativismo en su aspecto moral resulta muy relevante actualmente. En la actualidad, la difusión de la información nos permite conocer cómo las personas viven y actúan en cualquier rincón de la tierra.
Para un relativista coherente, los pueblos que discriminan a las mujeres están convencidos de que su actuación es correcta. Ellos tienen su verdad. Es importante aprender a respetar las opiniones de los demás, pero existe un límite que no resulta tolerable en ningún caso.
Para muchos pensadores, el marco de lo que podemos aceptar moralmente está definido por el respeto a los derechos humanos.
2.4. El perspectivismo
De acuerdo con el perspectivismo, la verdad solo se puede captar desde un punto de vista determinado. La verdad presenta un aspecto variable según las personas. Esto no quiere decir que la verdad no exista ni que cada uno tenga la suya.
Para un filósofo perspectivista, si existe una verdad, solo puede contemplarse desde una perspectiva concreta. El filósofo Ortega y Gasset defendía que solo es posible captar la realidad desde nuestra peculiar circunstancia. Este término se refería al punto de vista desde el que contemplamos la verdad.