Cristo Yacente de Gregorio Fernández: Iconografía y Contexto Barroco

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Cristo Yacente: Arte Barroco de Gregorio Fernández

Gregorio Fernández (1576-1636) / Museo Nacional de Escultura de Valladolid

Análisis Formal

Talla de madera policromada que representa a Cristo muerto. Representa su martirio y sepultura, constituyendo una creación original en su momento (siglo XVII) con repercusiones de largo alcance en la imaginería religiosa española. En España, estos materiales se van utilizando cada vez más escasamente -excepto la piedra para la escultura de exterior, por razones evidentes- en beneficio de la madera que, al policromarse, permite aumentar el dramatismo de las figuras religiosas: sonrojo, magulladuras, moratones, rojeces…

Se hace muy común el uso de ojos de cristal, pestañas y cabello de pelo natural, trocitos de vidrio para lágrimas, telas para tallas de vestir, etc. Esta imaginería viene a representar el punto culminante y la continuación de la tradicional talla de madera española. La escultura barroca, de carácter religioso, de la que este Cristo Yacente es un ejemplo claro, se centra en un dramatismo extraordinariamente acentuado.

Objetivo

Su objetivo será promover y acrecentar la religiosidad de los fieles mediante la contemplación del martirio y muerte de Jesús, del dolor de la Virgen, escenas de la vida de santos, etc., todo ello con un patetismo sin límites.

Temática

Su fondo y sus formas concitarán la rotunda identificación del pueblo, que las sentirá como algo propio a través de su exposición en iglesias y desfiles procesionales. Por otra parte, le servirán de referencia sensorial en las plastias y sermones de curas y frailes que evocaban, reiterada y morbosamente, para los fieles la tristeza de María, la muerte redentora de su Hijo, y los modelos de santos como ejemplo para imitar.

Contexto Histórico: La Contrarreforma

El contexto es el de la Contrarreforma, cuya abanderada es la Monarquía Hispánica. Vigilada con extrema prevención la mística, y extinguido todo reformismo religioso interiorista, la religiosidad solo puede manifestarse hacia el exterior, públicamente, muy cercana al espectáculo. De ahí su sentimentalismo y teatralidad. El pueblo no verá en esas imágenes una obra plástica exclusivamente sino, en cierta medida, una explicación de la divinidad.

El Encargo del Duque de Lerma

La obra fue encargada por el Duque de Lerma, valido de Felipe III, y en ella acertó a crear una de las referencias más claras de la iconografía cristiana. Variantes sobre el mismo modelo serían los Cristos Yacentes de los monasterios de la Encarnación.

Descripción de la Obra

En todos aparece el cadáver de Jesucristo recostado sobre un almohadón, con la cabeza ladeada y en el cuerpo macerado las huellas sangrantes de su Pasión. Considerado el máximo exponente de la denominada escuela vallisoletana de escultura. Esculpió tanto imágenes para procesiones (La Piedad, La Dolorosa...) como obras para retablos.

Evolución Artística de Gregorio Fernández

En sus comienzos, un cierto regusto manierista. A partir de 1612 ya es apreciable su distanciamiento del manierismo para dar paso a un mayor naturalismo. Todo ello potencia la intención dramática de sus tallas. En 1617 ejecuta una obra ya mencionada: La Piedad. Otro modelo iconográfico católico será la Inmaculada. En los años finales de su vida su barroquismo se acrecienta en gestos, expresiones y volúmenes, fijando definitivamente los cánones de una espiritualidad en cierto sentido grandilocuente y estereotipado.

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