Cristianismo y Filosofía: Un Viaje por sus Doctrinas y Figuras Clave

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El Cristianismo y la Filosofía: Un Recorrido Histórico y Doctrinal

Orígenes y Expansión del Cristianismo

Jesús de Nazaret influyó profundamente en la zona de Occidente. Este personaje histórico, cuyos seguidores son los cristianos, es considerado Dios por ellos, mientras que para los judíos es un profeta.

La expansión del cristianismo fue impulsada significativamente por figuras como Pablo de Tarso, quien, tras una conversión, pasó de perseguidor a principal apóstol. Sin embargo, los cristianos también enfrentaron persecuciones por parte del Imperio Romano.

Cristianismo e Imperio Romano: Una Relación Compleja

La relación entre el cristianismo y el Imperio Romano no fue de amistad ni de enemistad constante, sino muy particular. Inicialmente, los cristianos fueron vistos con recelo, especialmente cuando se negaron a servir en las filas imperiales o a rendir culto al emperador, lo que los convirtió en objetores y, consecuentemente, en perseguidos.

Un punto de inflexión fue el Edicto de Milán, promulgado por el emperador Constantino en el año 313 d.C., que permitió el culto a los cristianos, otorgándoles libertad religiosa.

Posteriormente, en el año 380 d.C., bajo el emperador Teodosio I, el cristianismo fue elevado a religión oficial del Imperio, lo que llevó a la persecución de los politeístas y a una creciente influencia de la Iglesia en asuntos de Estado.

La Iglesia, desde sus inicios, demostró tener intereses políticos, buscando consolidar su poder e influencia en la sociedad.

Fundamentos del Monoteísmo Judeocristiano

El monoteísmo judeocristiano presenta una concepción de Dios con atributos específicos:

  • Ser Primero y Todopoderoso (omnipotente)
  • Omnisciente (lo sabe todo)
  • Bueno
  • Creador ex nihilo (creador de la nada)
  • Omnipresente (Dios es todo y está presente en todas partes)
  • Personal

Además, introduce conceptos teológicos clave:

  • Tiempo Lineal: Con un único sentido, a diferencia de las concepciones cíclicas.
  • Pecado: La capacidad de obrar bien o mal. Se considera bueno a quien actúa de manera correcta y con voluntad, manteniendo la libertad para elegir entre el bien y el mal.
  • Gracia Divina: La salvación es un don inmerecido de la gracia divina. Quien se salva es un "agraciado" porque ha sido elegido por Dios.

Los Padres de la Iglesia y la Razón Sometida a la Fe

Durante la época de los Padres de la Iglesia, el cristianismo comenzó a consolidarse doctrinalmente. Se postuló que la salvación se alcanzaba únicamente a través de la Fe, considerándola la única verdad. La Fe se definía como aquello establecido en los textos sagrados antiguos y sostenido por las personalidades de la Iglesia.

Concilios, Ortodoxia y Herejía

Los Concilios son reuniones eclesiásticas, a menudo presididas por el Papa, para abordar cuestiones doctrinales y disciplinares. Destacan:

  • El Concilio de Nicea (325 d.C.), donde se formuló el dogma de la Trinidad.
  • El Concilio Vaticano II (1962-1965), un evento clave en la historia moderna de la Iglesia Católica.

Conceptos fundamentales en la teología cristiana son:

  • Ortodoxia: Del griego orthos ('correcto') y doxa ('opinión' o 'creencia'). Se refiere a la doctrina considerada correcta y oficial por la Iglesia. Bertrand Russell la describió, en un contexto crítico, como "la tumba de la inteligencia".
  • Herejía: Cualquier creencia o doctrina que se desvía de la ortodoxia establecida.

Agustín de Hipona: Pensamiento y Legado

La Fe sobre la Razón en San Agustín

San Agustín de Hipona, inicialmente adherente al maniqueísmo (una doctrina dualista que postula una lucha entre el bien y el mal), se convirtió en una de las figuras más influyentes del cristianismo. Su famosa frase "crede ut intelligas" (cree para entender) resume su postura: "Solo pueden razonar aquellos que tienen Fe".

Según esta perspectiva, la Fe es preeminente. Si algo está en la Biblia, es cierto; si la contradice, no lo es; y si no aparece en ella, no es necesario. Por lo tanto, solo los creyentes pueden alcanzar la verdadera comprensión de las verdades divinas.

Dogmas y Controversias Agustinianas

La Trinidad

El dogma de la Trinidad establece que Dios es uno en esencia, pero existe como tres personas distintas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Fue formalizado como dogma en el Concilio de Nicea.

El Pecado Original y la Gracia Divina

La doctrina del Pecado Original postula que todos nacemos en un estado de pecado, heredado de Adán. La Gracia Divina, un don inmerecido de Dios, es necesaria para la salvación, ya que el ser humano, por sí mismo, no puede alcanzarla.

Agustín combatió el Pelagianismo, una herejía condenada tras un concilio, que negaba la existencia del pecado original y la necesidad de la gracia, afirmando que el ser humano puede alcanzar la salvación por sus propios méritos y libre albedrío.

El Libre Albedrío y la Naturaleza del Mal

  • Libre Albedrío: La libertad humana de elección, fundamental para la moralidad.
  • Pecado: Para Agustín, el pecado no es inherente al cuerpo, sino el resultado de la voluntad humana que se desvía del bien. Aunque el Pecado Original afecta a la naturaleza humana, la libertad de elección persiste.
  • Lucha contra el Maniqueísmo: Agustín refutó la visión maniquea de una lucha dualista entre un principio del bien (Dios) y un principio del mal (el demonio). Para el cristianismo, si solo existe Dios como ser supremo, el mal no es una entidad coeterna, sino una privación o ausencia de bien. Agustín distingue entre:
    • Mal Físico: Considerado como la ausencia de un bien debido (ej. enfermedad, ceguera), y por lo tanto, no una entidad en sí misma.
    • Mal Moral: Resultado de la libertad humana y la mala elección (el pecado), y por lo tanto, sí existe como una realidad de la voluntad.

La Iglesia y el Estado: La Doctrina de las Dos Ciudades

San Agustín, en su monumental obra La Ciudad de Dios (De Civitate Dei), realiza un profundo estudio de la historia de la humanidad, interpretándola como una lucha constante entre dos "ciudades":

  • La Ciudad de Dios: Representada por la Iglesia y los que viven según la voluntad divina, buscando la paz celestial.
  • La Ciudad Terrenal: Representada por los estados y los que viven según los deseos mundanos, buscando la paz terrenal.

Agustín postula que, al final de los tiempos, la Ciudad de Dios prevalecerá, marcando el triunfo de lo espiritual sobre lo material.

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