Crisis y Transformación: España en el Siglo XIX (1808-1833)

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1. La Crisis de la Monarquía Absoluta

El Reinado de Carlos IV y la Influencia Francesa

La crisis de la monarquía absoluta española a comienzos del siglo XIX marca la transición entre la Edad Moderna y la Contemporánea. Durante el reinado de Carlos IV, la Revolución Francesa (1789) desestabilizó las monarquías europeas. España se unió a una coalición contra Francia, pero fracasó. Manuel Godoy, figura influyente en la corte, firmó el Tratado de San Ildefonso (1796), restableciendo la alianza con Francia. Se impulsaron reformas, como la desamortización de Godoy, pero la guerra contra Gran Bretaña, tras la alianza con Francia, culminó en la derrota de Trafalgar (1805). Napoleón impuso el bloqueo continental, y la negativa de Portugal llevó al Tratado de Fontainebleu (1807), permitiendo el paso de tropas francesas por España. Esto generó malestar y oposición a Godoy.

El Motín de Aranjuez y las Abdicaciones de Bayona

En la corte, se formó el partido fernandino, liderado por el futuro Fernando VII, quien conspiró contra Godoy. El malestar popular creció por la presencia de tropas francesas. En 1808, la ocupación de puntos estratégicos por Francia y el temor a la huida de la familia real española generaron el Motín de Aranjuez. Carlos IV abdicó a favor de Fernando VII. Sin embargo, Napoleón los coaccionó para abdicar en Bayona, donde Fernando VII devolvió la corona a su padre, quien a su vez cedió sus derechos a Napoleón. Este nombró a su hermano, José Bonaparte, como José I de España.

La Guerra de la Independencia y la Formación de Juntas

José I intentó implementar reformas liberales, pero en mayo de 1808, un levantamiento en Madrid contra la ocupación francesa desencadenó la Guerra de la Independencia. Se formaron juntas de defensa que se unieron en una Junta Suprema, desconociendo a José I y apoyando a Fernando VII. Esta situación llevó a la convocatoria de las Cortes de Cádiz (1810). España se dividió entre el área controlada por los franceses y la controlada por las juntas y las Cortes. La guerra, con tintes de guerra civil e internacional, contó con la intervención de Gran Bretaña. Finalmente, Napoleón, con planes de invadir Rusia, firmó el Tratado de Valençay (1813), devolviendo el trono a Fernando VII a cambio de la paz. Fernando VII restauró la monarquía absoluta, generando malestar entre los liberais.

2. Las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812

Contexto y Desarrollo de las Cortes

Las Cortes de Cádiz (1810) fueron un evento crucial en la política española. Convocadas por el Consejo de Regencia durante la Guerra de la Independencia, estas cortes, dominadas por diputados burgueses, impulsaron ideas liberales. Siguiendo el modelo francés, proclamaron la soberanía nacional e iniciaron un proceso constituyente. Se llevaron a cabo reformas como la abolición de los señoríos jurisdiccionales, la libertad de imprenta, la abolición de la Inquisición y una reforma territorial.

La Constitución de 1812 "La Pep")

La Constitución de 1812, conocida como "La Pepa", proclamó la soberanía nacional y la creación jurídica de la nación española. Estableció un Estado centralista, reconoció el catolicismo como religión oficial y dividió los poderes en: ejecutivo (rey), legislativo (cortes) y judicial (tribunales). Se reconocieron derechos como la libertad de opinión, imprenta, igualdad jurídica y propiedad privada. Aunque moderada en algunos aspectos, representó la primera constitución contemporánea de España.

Limitada Aplicación e Influencia Futura

La Constitución de 1812 y la legislación de Cádiz tuvieron poca aplicación inmediata debido a la guerra. En 1814, Fernando VII, tras el Tratado de Valençay, restauró el absolutismo, derogando la Constitución. Sin embargo, la ideología liberal se difundió, y las Cortes y la Constitución sirvieron como referencia para futuras reivindicaciones.

3. La Restauración de Fernando VII y el Absolutismo

Etapas del Reinado

El reinado de Fernando VII (1814-1833) se divide en tres periodos: a) Sexenio Absolutista (1814-1820); b) Trienio Liberal (1820-1823); c) Década Ominosa (1823-1833).

Sexenio Absolutista (1814-1820)

Fernando VII restauró el absolutismo tras su regreso, apoyado por el "Manifiesto de los Persas". El contexto, sin embargo, había cambiado: América estaba en proceso de independencia y la oposición liberal crecía, con pronunciamientos militares como el de Juan Díaz Porlier (1815) y la formación de organizaciones secretas (masones, carbonarios).

Trienio Liberal (1820-1823)

El pronunciamiento de Rafael de Riego (1820) obligó a Fernando VII a jurar la Constitución, iniciando el Trienio Liberal. Se restablecieron las leyes de Cádiz, se suprimieron conventos, se limitó el diezmo y se abolió la Inquisición. La inestabilidad política, la división entre liberales moderados y exaltados, y la intervención de la Santa Alianza (Congreso de Verona) llevaron a la invasión de los "Cien Mil Hijos de San Luis" en 1823, poniendo fin al Trienio Liberal.

Década Ominosa (1823-1833)

Fernando VII derogó nuevamente la Constitución, iniciando la Década Ominosa. Se reprimió al liberalismo, pero con algunas moderaciones (no se restauró la Inquisición). La pérdida de América agravó la crisis financiera. En 1829, Fernando VII se casó con María Cristina, y con la Pragmática Sanción abolió la Ley Sálica, declarando heredera a su hija Isabel (futura Isabel II). Esto generó el conflicto sucesorio con su hermano Carlos María Isidro, quien aspiraba al trono, dando origen al Carlismo. La muerte de Fernando VII en 1833 desencadenó la guerra civil entre carlistas e isabelinos.

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