Crisis y Transformación en España: De la Posguerra a la Segunda República (1917-1931)

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Crisis de las Democracias Liberales y Ascenso de Regímenes Autoritarios

Tras la Primera Guerra Mundial, las democracias liberales entraron en un periodo de crisis. Algunos las señalaron como culpables de la contienda, criticando la ineficacia del parlamentarismo y la inoperancia de los partidos políticos, acusados de ocuparse únicamente de sus intereses particulares.

Por el contrario, se entendía que para que el Estado fuera eficaz eran necesarios gobiernos fuertes, sustentados en un solo partido.

El Estado liberal democrático se veía atacado por dos frentes contrapuestos:

  • El socialismo, fortalecido tras defender la existencia de un Estado fuerte regido por la “Dictadura del Proletariado”.
  • El fascismo, defensor del Estado autoritario. Los fascismos cayeron en un intensificado nacionalismo. Aunque solo triunfó en Italia y en Alemania, se extendió por casi toda Europa, inspirando dictaduras.

España: Descomposición del Sistema Canovista y Agitación Social (1917-1923)

Después de los sucesos de 1917, España entró en una etapa revolucionaria en la que se produjo la descomposición del sistema canovista.

Entre 1917 y 1923 (años de gobierno de concentración) se vivieron años de intenso malestar social manifestado en huelgas. Empieza el movimiento anarcosindicalista.

Los trabajadores se unieron a los sindicatos y la CNT vivió momentos desbordantes.

Se lograron ventajas laborales como la jornada de 8 horas y los salarios fueron fijados por comisiones establecidas por empresarios y trabajadores.

La efervescencia del mundo obrero español también se debió a la influencia de la Revolución Bolchevique, triunfante en Rusia, aunque la afiliación a la Tercera Internacional promovida por los soviéticos fue rechazada tanto por la CNT, siempre contraria al marxismo, como por la UGT y el PSOE.

Como consecuencia de dicho rechazo, se intensificó la violencia, siendo Barcelona la sede central de estos acontecimientos.

Dos hechos agravaron la situación política:

  • El asesinato del jefe de gobierno Eduardo Dato.
  • El “Desastre de Annual” en la guerra de Marruecos.

Golpe de Estado de Primo de Rivera y Establecimiento de la Dictadura (1923)

Esto conmovió la opinión pública de manera que Primo de Rivera, desde Barcelona y mediante un telegrama, dio un golpe de Estado el 13 de septiembre de 1923.

Tras este golpe, Alfonso XIII encargó a Primo de Rivera formar un régimen autoritario. Para ello, el dictador suprimió el régimen parlamentario, la Constitución y disolvió las Cortes, terminando así con la Restauración.

La dictadura primorriverista no fue mal recibida. Tuvo el apoyo de la “masa neutra” cansada del caos, de la Iglesia, del Ejército, del Rey y de la burguesía por dos razones:

  • Porque la dictadura iba a frenar el movimiento obrero y a los antiguos partidos políticos.

Fases de la Dictadura de Primo de Rivera

En la evolución de la dictadura se distinguen dos fases:

Directorio Militar (1923-1925)

Caracterizada por la paz social, el orden público y una ordenación de la administración. Pero, sobre todo, por el fin de la guerra de Marruecos. Para ello contó con la ayuda de Francia, que colaboró en el desembarco de Alhucemas.

Primo de Rivera decidió perpetuar el sistema incluyendo en el gobierno algunos políticos civiles.

Directorio Civil (1925-1930)

Destaca Calvo Sotelo. La decisión de perpetuar el régimen dictatorial despertó el rechazo y las críticas de muchos, entre ellos Unamuno.

Haber ganado la guerra le sirve a Primo de Rivera para reconciliarse con los ciudadanos y con el Ejército.

Realizaciones de la Dictadura

Campo Social

La creación de los comités paritarios, que fueron un eficaz instrumento en la regularización del empleo. Contaron con el apoyo del PSOE y con la colaboración del líder socialista Largo Caballero.

Campo Económico

Para superar la crisis de la posguerra, la dictadura emprendió una política económica intervencionista, aumentando la protección arancelaria y fomentando la producción nacional.

Las industrias básicas aumentaron su protección junto con las fuentes de energía.

Se creó la CAMPSA como monopolio del petróleo. También se favoreció el incremento del turismo. Se emprendió una política de obras públicas, creando una magnífica red de carreteras, mejorando los ferrocarriles y organizando las confederaciones hidráulicas.

Esta política económica se vio favorecida por los felices años 20, pero los enormes gastos de dichos años, unidos a la Exposición Universal de Barcelona y la Iberoamericana de Sevilla, aumentaron la deuda pública.

Campo Político

Se intentó establecer un partido único de influencia fascista, la Unión Patriótica, y se elaboró una nueva Constitución. Lo que significó uno de los mayores fracasos de Primo de Rivera al no conseguirlo.

Crisis Económica y Caída de la Dictadura

“El crack de la bolsa” afectó negativamente a la economía española.

Pronto empezaron a cerrar empresas, apareció el paro y se airearon los defectos: disgustos de los catalanistas por la supresión de la Mancomunidad (un instrumento de autogobierno), antipatías de los intelectuales, descontento de los militares y reticencias de Alfonso XIII.

Pesó también el fracaso de una nueva Constitución, así como la imposibilidad de establecer un nuevo turno en el que entrara el Partido Socialista. Mientras Largo Caballero se mostraba propicio, Indalecio Prieto la rechazaba de plano.

Primo de Rivera se encontró solo ante la crisis y, desmoralizado, presentó la dimisión a Alfonso XIII el 30 de enero de 1930 y se exilió en París. Ante esta situación, el Rey encargó al viejo militar Dámaso Berenguer la formación de un nuevo gobierno, que se llamó la “dictablanda”.

Consecuencias de la Dictadura y Proclamación de la Segunda República

Con el fin de la dictadura cae la monarquía y se proclama la Segunda República.

La monarquía había quedado muy debilitada tras violar la Constitución de 1876, disolver las Cortes y no convocar nuevas elecciones. A todo ello se añadía la hostilidad manifiesta de republicanos, socialistas y gran parte de la intelectualidad, y la mayor efervescencia del movimiento obrero.

El rey solo contaba con el respaldo del Ejército.

Tras la dimisión de Primo de Rivera, Alfonso XIII encarga formar gobierno a Dámaso Berenguer (lo que se llamó la “dictablanda”) con el propósito de restablecer la normalidad constitucional sin hacer peligrar al rey. Era volver a la situación de sexenio, con los mismos problemas, pero agravados.

Berenguer gobierna por decreto y dilata la convocatoria de elecciones a Cortes constituyentes, por lo que la única salida es la implantación de un régimen republicano.

Mientras tanto, crecía la agitación estudiantil, reavivada con el triunfal regreso de Unamuno.

Los republicanos firman el 27 de agosto de 1930 el Pacto de San Sebastián para terminar con la monarquía.

Dos líneas de acción: la revolucionaria a través de la GCA y la política intenta despreciar a la monarquía.

Al mismo tiempo, se organizaba la Asociación Republicana Militar, y los intelectuales se unían en una agrupación que integraba a personas como Ortega y Gasset.

Ortega escribe en El Sol su célebre artículo “El error Berenguer”, que terminaba con la definitiva frase “la monarquía debe ser destruida”.

En el ámbito militar se prepara un pronunciamiento antimonárquico, pero fracasa por la precipitación y la falta de apoyo sindical.

El fusilamiento de los sublevados en Jaca dotó a la República de mártires. Berenguer fue considerado un déspota y se vio obligado a dimitir.

Alfonso XIII encargó formar gobierno a Juan Bautista Aznar, que organizó un gobierno de “concentración”.

Se convocan elecciones municipales para el mes de abril. El resultado dio el triunfo a los republicanos.

En Eibar y Barcelona se proclamó la República, el comité revolucionario era acatado por el general José Sanjurjo y se hacía cargo del poder. El rey, aconsejado por Romanones, cesó en sus funciones y salió hacia el exilio.

Conclusión

La originalidad del régimen primorriverista era que una dictadura pretendiera convertirse en un régimen estable y con fundamentos constitucionales.

Se manifiesta como un régimen con tendencia centralista apoyado en el Ejército, favorable a la Iglesia católica y apegado a los grandes terratenientes.

Muchos vieron la dictadura como una época de paz social, de prosperidad material y de buenas carreteras. Además, puso fin a la guerra de Marruecos, logró un equilibrio presupuestario y se planificó una reforma tributaria. Pero no consiguió detener el proceso de deterioro político y social que condujo al final de la monarquía y a la Guerra Civil.

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