Crisis Monárquica de 1808 y Formación de Juntas de Gobierno en Hispanoamérica

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La Crisis Monárquica de 1808 y el Inicio de la Independencia

La Invasión Francesa y el Levantamiento Popular

El año 1808 marcó un giro inesperado en la historia de los pueblos hispanos. La invasión francesa en la península ibérica y la prisión del rey legítimo, Fernando VII, provocaron el instantáneo alzamiento del pueblo español. Juntas de resistencia surgieron en todos los lugares con el fin de coordinar sus esfuerzos en una Junta Central, que se constituyó en Aranjuez y tuvo que trasladarse a Sevilla debido a los avances de Napoleón. Paradójicamente, la filosofía de Carlos III y Carlos IV se transformó en el sustento de los derechos al trono de España de su descendiente, Fernando VII. La comunidad, al recoger el poder, creó de inmediato las autoridades que ejercerían el mando en nombre del rey cautivo y le conservarían la corona.

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Fidelidad al Rey y Reivindicación de Derechos Políticos

La mayor parte de los burócratas eran leales vasallos de Fernando VII, aunque no faltaban algunos que se preocupaban más por la suerte de su prebenda que por la restauración del rey legítimo, y de buena gana hubieran reconocido al usurpador victorioso a cambio de afianzar su estabilidad económica. La medida exacta del doctrinarismo dominante entre los criollos la víspera de la instalación de la Junta de Gobierno se resume en: la indiscutida fidelidad al monarca, la reivindicación de los derechos políticos de la comunidad frente al absolutismo y la conciencia de que las Indias no eran colonias, sino provincias unidas a España en la persona del monarca común. Precisamente, la lealtad al Rey era lo que movía a muchos criollos a desear desligarse por entero de España, antes que sufrir con ella el completo dominio del invasor francés.

El Catecismo Político Cristiano y la Soberanía Popular

Una de las consecuencias más importantes del origen popular inmediato de la soberanía, y sobre la que José Amor de la Patria pone especial acento en su obra "Catecismo Político Cristiano", es que, producida la muerte o cautiverio del rey y de toda su familia, “la autoridad vuelve al pueblo de donde salió… y el pueblo es el único que tiene autoridad para nombrar o instituir un nuevo rey, o para darse la forma de gobierno que mejor le acomode a su prosperidad”. La Junta Suprema tiene autoridad para mandar en España porque está fundada en la voluntad popular, pero otra cosa es que pretenda extender su jurisdicción a América. “Los habitantes y provincias de América solo han jurado fidelidad a los reyes de España y solo eran vasallos y dependientes de los mismos reyes, como lo eran y han sido los habitantes y provincias de la península”. Esto fue empujando las cosas a un punto culminante: el derecho de los criollos de formar también sus Juntas provinciales, convocando un Cabildo abierto para elegir una Junta de Gobierno que asumiera el mando mientras el rey se encontrase cautivo.

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El Cabildo Abierto y la Formación de la Primera Junta de Gobierno

La lucha entre el bando reformista, encabezado por el Cabildo, y el núcleo absolutista, que dirigía la Audiencia, alcanzó en septiembre un punto culminante. Don Agustín de Eyzaguirre propuso, como medio para concluir con el estado de agitación en que vivía la ciudad, el inmediato nombramiento de una Junta de Gobierno. Como se esperaba, el 18 de septiembre se convocó un Cabildo Abierto y en él, el Gobernador interino, Conde de la Conquista, hizo dejación del mando. La Junta de Gobierno, generada a raíz del Cabildo abierto del 18 de septiembre y que tuvo por presidente al mismo Gobernador interino, Conde de la Conquista, consagró el triunfo y el renacimiento de la doctrina tradicional de la participación del pueblo en la génesis del poder, frente a la postura absolutista de raíz francesa imperante desde hacía un siglo. Igualmente, significó el afianzamiento de la antigua concepción patrimonial de la monarquía sobre la idea unitaria y nacional que sostuvieron los Borbones y procuraron mantener la Junta Central y el Consejo de Regencia.

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