La Crisis de la Monarquía de Alfonso XIII y el Advenimiento de la Segunda República
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La Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930)
Antecedentes de la implantación del régimen
El rey Alfonso XIII participó del espíritu regeneracionista de la época, interviniendo y entrometiéndose en la política y alejándose del papel de mediador encomendado a la monarquía. El sistema bipartidista inició un proceso de deterioro por la muerte de sus líderes, las crisis de los partidos, las divisiones internas y el debilitamiento por parte de republicanos, socialistas y anarquistas. La alternancia bipartidista quedó impedida tras la muerte política de Maura.
La crisis de 1917
Tuvo su origen en la crisis de los partidos y en los efectos de la Primera Guerra Mundial en España. La neutralidad de España favoreció a los grandes negocios, pero al mismo tiempo produjo un alza considerable de los precios. Este ambiente de crispación se vio favorecido por la Revolución Rusa, que enalteció los ánimos del proletariado español.
La crisis se manifestó de dos maneras:
- La convocatoria de una Asamblea de Parlamentarios en Barcelona con la intención de elaborar una nueva constitución.
- La huelga general, convocada por los socialistas con el apoyo de los anarquistas.
El gobierno hizo fracasar la Asamblea de Parlamentarios. Desde 1918 hasta 1923, España se enfrentó a un periodo de gran inestabilidad política, marcado por la Guerra de Marruecos y las demandas sociales.
El pronunciamiento de Primo de Rivera
Dos acontecimientos ocurridos en 1921 agravaron la situación: el asesinato del presidente del gobierno, Eduardo Dato, y el Desastre de Annual, que dejó más de 8.000 muertos en el contexto de la Guerra de Marruecos. A Miguel Primo de Rivera le bastó con un telegrama para dar un golpe de Estado. El rey dio amparo legal a la dictadura y dejó en suspenso el régimen constitucional vigente desde 1876.
El Directorio Militar (1923-1925)
Una vez derrocado el gobierno, Primo de Rivera accedió al poder al frente de un Directorio Militar, compuesto por ocho generales y un almirante. No era un órgano colegiado, sino más bien un órgano asesor, dado que Primo de Rivera concentraba en su persona toda la capacidad ejecutiva y la relación con el monarca. El Directorio duró dos años, con la función de "regenerar España, destrozada por los profesionales de la política, responsables de las desdichas e inmoralidades".
Esta voluntad regeneracionista se manifestó en varios campos:
- Política anticaciquil: Se llevó a cabo una reforma de la administración local. Los gobernadores civiles fueron sustituidos por personal militar, y los ayuntamientos y diputaciones fueron disueltos por decreto, creándose en su lugar Juntas Municipales.
- Solución de los problemas de orden público: Se proclamó el estado de guerra durante dos años y se adoptaron medidas represivas contra las organizaciones obreras.
- Fomento de un nacionalismo de Estado de carácter unitario: Se mantuvo una política restrictiva en el empleo de lenguas y banderas regionales.
- Solución del problema de Marruecos: En 1924, Primo de Rivera asumió el papel de Alto Comisario en Marruecos. El líder rifeño Abd el-Krim desarrolló una estrategia que enfrentó a las unidades militares españolas y francesas. Esto provocó una alianza entre España y Francia que llevó al Desembarco de Alhucemas, con el que se derrotó a Abd el-Krim.
El Directorio Civil (1925-1930)
Resuelto el problema de orden público y solucionada con éxito la cuestión marroquí, Primo de Rivera sustituyó el Directorio Militar por un gobierno civil. Se rodeó de políticos de derechas como José Calvo Sotelo. Se afirmó la voluntad de construir un régimen inspirado en las dictaduras autoritarias de la Europa de entreguerras, como la Italia de Mussolini.
Las bases políticas del régimen
Se impulsó desde el poder la formación de un gran partido de derechas, la Unión Patriótica (1924), que nunca logró convertirse en un partido moderno y solo fue un instrumento de propaganda gubernamental. En 1926, Primo de Rivera anunció la convocatoria de una Asamblea Nacional Consultiva para elaborar una nueva constitución. De sus 400 miembros, dos tercios fueron designados por el gobierno. Elaboró un proyecto de Constitución que no llegó a promulgarse.
Nacionalismo económico
La política económica de la dictadura se benefició de la coyuntura expansiva internacional. Se caracterizó por el intervencionismo estatal y el nacionalismo económico. También creó grandes monopolios estatales. El fomento de las obras públicas aumentó el déficit presupuestario.
Política Social
La escasa conflictividad social del periodo se explica, en primer lugar, por la represión de los anarquistas y por medidas como la construcción de viviendas baratas y la creación de escuelas. En segundo lugar, influyó el nuevo modelo de relaciones laborales basadas en el sistema corporativo, creándose sindicatos verticales. La pieza clave para el éxito fue la colaboración que prestó a la dictadura la UGT.
La caída de la Dictadura (1930)
El régimen comenzó a resquebrajarse. Los intentos de dar una salida constitucional al régimen se vieron frustrados por el escaso apoyo logrado por la Asamblea Nacional Consultiva y la incapacidad del sistema.
La oposición a la dictadura
A partir de 1928 confluyeron diversas oposiciones al dictador:
- Los viejos partidos de turno deseaban retornar al régimen de la Constitución de 1876.
- En el ejército estalló el conflicto entre "africanistas" y "peninsulares".
- El nacionalismo catalán pasó al enfrentamiento directo con figuras como Francesc Macià.
- El mundo intelectual y periodístico se enfrentó al dictador con el apoyo de figuras de prestigio como Ortega y Gasset.
- El auge del republicanismo, que comenzó a identificar republicanismo con democracia.
La caída de Primo de Rivera
Se produjo en enero de 1930, cuando el dictador presentó su dimisión al rey y este la aceptó de forma inmediata. La causa aparente era que no gozaba del apoyo entusiasta de sus colegas militares. También influyeron factores económicos, como la depreciación de la peseta, y factores políticos, como la desaparición del apoyo de la derecha. A finales de 1929, el régimen se hallaba social y políticamente aislado.
La caída de la Monarquía
Alfonso XIII encargó la formación del gobierno al general Dámaso Berenguer con el fin de retornar a la normalidad constitucional. Berenguer, inseguro, gobernó por decreto, dilatando la convocatoria de elecciones a Cortes, por lo que muchos políticos empezaron a no ver otra salida que la implantación de una república.
En agosto de 1930, políticos republicanos, socialistas y catalanistas de izquierda firmaron el Pacto de San Sebastián, cuyo objetivo era proclamar la república. En ese mismo año, un grupo de intelectuales publicó el manifiesto fundacional de la Agrupación al Servicio de la República. En el ámbito militar, se preparaba una conspiración antimonárquica.
El anuncio de republicanos, socialistas y antiguos políticos dinásticos de no participar en las elecciones legislativas convocadas en febrero de 1931 provocó la dimisión de Berenguer. Le sustituyó un gobierno presidido por el almirante Aznar, que anunció la convocatoria de unas elecciones municipales para el 12 de abril de 1931. El triunfo republicano-socialista en las grandes ciudades se interpretó como un rechazo a la monarquía y dio paso a la proclamación de la república el 14 de abril de 1931.
La Segunda República Española (1931-1939)
La proclamación de la República
El día 13 de abril se sucedieron las manifestaciones en apoyo a la proclamación de la república; la bandera tricolor ondeaba en el Palacio de Telecomunicaciones de Madrid. El monarca decidió abdicar y abandonar España, mientras el ministro de Estado buscaba una salida pactada con el Comité Revolucionario. En Eibar, los concejales electos proclamaron la República. Lluís Companys proclamaba la República desde el balcón del Ayuntamiento de Barcelona. Poco después, Francesc Macià proclamaba la República Catalana dentro de la Federación Ibérica. Se constituyó un gobierno provisional donde tuvieron cabida casi todas las opciones políticas, y Niceto Alcalá-Zamora proclamó oficialmente la República el 14 de abril.
El Gobierno Provisional y las Cortes Constituyentes
Constituido el 14 de abril, Niceto Alcalá-Zamora asumió la presidencia de la República y Manuel Azaña la de gobierno. El Partido Radical estaba representado por Alejandro Lerroux y los Radical-socialistas por Marcelino Domingo. Los socialistas contaban con tres carteras: Francisco Largo Caballero, radical en el seno de su partido; Indalecio Prieto, que defendía posiciones más moderadas; y la línea intelectual representada por Fernando de los Ríos. d'Olwer representaba a un sector del catalanismo político y Santiago Casares Quiroga al republicanismo gallego. No tenían representación los comunistas, de escasa influencia política, ni la Lliga Catalana, que representaba al catalanismo más conservador, ni el Partido Nacionalista Vasco.
El gobierno provisional convocó elecciones a Cortes para el 28 de junio. Serían Cortes constituyentes, con el objetivo de elaborar una Constitución. Se configuró un gobierno de coalición que ratificó a Zamora como presidente de la república tras el fracaso de la Derecha Liberal. El cambio de régimen significó el traspaso del poder de la aristocracia terrateniente y la alta burguesía a las clases medias.
La Constitución de 1931
La principal tarea de las Cortes salidas de las elecciones de junio de 1931 fue elaborar una constitución que respondiese a la nueva realidad política del país. El texto, aprobado el 9 de diciembre de 1931, gozó de un amplio respaldo: fue aprobado por 368 votos a favor y ninguno en contra, aunque cerca de un centenar de diputados se ausentó de la votación.
La Constitución de 1931 está articulada en 19 títulos y desarrollada en 125 artículos, con un carácter democrático y progresista.
- El título primero definía la forma de Estado, donde se daba cabida a las autonomías regionales. La Generalitat de Cataluña se había proclamado como un estado autónomo dentro de la República española.
- En el artículo primero se señalaban los derechos religiosos de los españoles. La cuestión confesional despertó fuertes enfrentamientos, donde se llegó a la quema de conventos y otros establecimientos religiosos.
- Quedaban recogidos los derechos y deberes de los españoles. Hubo un debate en torno a la abolición de la pena de muerte.
- Se otorgó el derecho de voto a las mujeres, que por primera vez lo ejercieron en 1933, y se determinó la posibilidad de acometer la reforma agraria.
La Constitución logró recoger mucha de la realidad política del momento, y los diputados tuvieron la obsesión de garantizar los derechos individuales. Su punto más controvertido regulaba las relaciones del Estado con la Iglesia. Por primera vez, se declaraba el Estado español como laico. Se establecía la prohibición de impartir enseñanza a las órdenes religiosas, la anulación de la aportación económica del Estado al clero y la expulsión de los jesuitas.