La Crisis del Antiguo Régimen en España: Reinados de Carlos IV y Fernando VII
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La Crisis del Antiguo Régimen en España
Concepto y contexto
El concepto de Antiguo Régimen designa al sistema de organización política (absolutismo), social (estamentos), económica (predominio del sector agrario y mercantilismo) que rige en los estados europeos desde el siglo XV hasta la Revolución Francesa (1789) y las revoluciones burguesas del siglo XIX.
Su crisis en España se corresponde con los reinados de Carlos IV (1788-1808) y de Fernando VII (1808, 1813-1833).
El Reinado de Carlos IV (1788-1808)
El reinado de Carlos IV se caracterizó por:
El gobierno de un "valido": Manuel Godoy
Manuel Godoy, quien solo tenía 25 años cuando llega al poder, era de la absoluta confianza del monarca. Llevó a cabo una política de fuerte contenido ilustrado en varios momentos e intentó mantener el prestigio y poder de España y de los reyes en una situación muy compleja.
La influencia de la Revolución Francesa
En España, Floridablanca intentó inicialmente evitar cualquier "contagio" de una revolución que ponía en cuestión el poder absoluto de los reyes; posteriormente, el país se vio inmerso en las guerras que enfrentaron a la Francia revolucionaria con las monarquías europeas.
Creciente dependencia de Francia
A pesar de la entrada en guerra con Francia en 1793, con la Paz de Basilea, España retorna a la tradicional alianza con el vecino francés frente al enemigo de ambos, Gran Bretaña. Los tratados de San Ildefonso (1796 y 1800) y Fontainebleau (1807) convertirán a la monarquía española en un satélite de Francia. Mediante el citado Tratado de Fontainebleau, España accede a que tropas francesas penetren en la Península para someter a Portugal, aliado de Gran Bretaña.
Graves problemas de la hacienda estatal
Las deudas heredadas del reinado anterior y las constantes guerras contra británicos, franceses y portugueses hicieron que España estuviera al borde de la bancarrota. Para evitarla, Godoy recurrió a medidas como la apropiación y venta de bienes de la Iglesia y aumentó la carga fiscal de las clases populares.
Un gran malestar social
Las epidemias, las subidas del precio del pan (también del vino, de la sal, del tabaco...) fueron constantes y perjudicaron especialmente a los grupos más humildes.
La oposición política creciente
Especialmente importante en este sentido fue un grupo de opositores a la política de Godoy que reunía a aristócratas y clérigos liderados por Fernando, hijo y heredero de Carlos IV. Encabezaría dos motines: uno sin éxito, el del Escorial (1807) y otro triunfante, el de Aranjuez, que llevó a la abdicación forzosa de Carlos en Fernando.
Las Abdicaciones de Bayona (6 de mayo)
En esas fechas, el ejército francés ya está en Madrid y su jefe, Murat, aprovecha la debilidad de la posición del nuevo rey. Consiguió que él y su padre acudieran a Bayona, en el sur de Francia, y allí Napoleón les presionó para que primero Fernando devolviera la corona a su padre y luego este la cediera al propio emperador francés.
Gobierno Francés
Con la Corona en sus manos, Napoleón convocó una Asamblea de notables españoles nombrados por él que aprueban el Estatuto de Bayona, una carta otorgada en la que el rey reconocía cierta limitación en el ejercicio de su poder, concedía determinados derechos y establecía liberdades económicas.
Con un apoyo popular insignificante –el de los llamados, despectivamente, "afrancesados"– y el desprecio que hacen de él los principales generales del ejército napoleónico, José Bonaparte es un monigote de Napoleón.
Los Afrancesados
Era un grupo reducido de españoles, intelectuales, funcionarios y alta nobleza que en la Guerra de la Independencia (1808-1814) apoyaron a José I, unos pensando que su actitud reformista sería positiva para una España atrasada, otros acercándose a quien pensaban que tenía todas las de ganar. Una vez acabada la guerra –pese a que en el acuerdo de Valençay se les aseguraba lo contrario– fueron perseguidos por Fernando VII.
La Guerra de la Independencia (1808-1814)
La citada contienda se explica a partir de las ansias imperialistas de Napoleón.
La alarma por la salida de la capital de la Familia Real y los rumores sobre la partida forzosa de los últimos miembros de la misma, produjeron un alboroto en las puertas del palacio real el 2 de mayo de 1808. La represión de las tropas de Murat provocó la reacción de una parte importante del pueblo madrileño que se extiende por toda la Península y desembocará en un levantamiento general.
Conflicto internacional
Fue un conflicto internacional en el que no solo intervienen Francia y España, sino también Portugal y Gran Bretaña, tradicional enemiga pero que en esta ocasión apoyó a los españoles sublevados.
Guerra civil
Fue también una guerra civil entre españoles: por una parte, los colaboracionistas o afrancesados, y por otra, los sublevados que consideraban a Francia como un invasor.
Guerra popular
Fue una guerra popular: el pueblo se alza contra el invasor. Y lo hace, sobre todo, de dos formas: la guerrilla por toda España, pero sobre todo en el rural, y los sitios que sufren algunas ciudades.
La guerrilla
La guerrilla fue la forma espontánea y popular de resistencia armada contra el invasor. Partidas formadas por campesinos, burgueses, clérigos, soldados de las unidades desbaratadas por las derrotas o gente de cualquier otra ocupación, se organizaban con un jefe de cuadrilla al frente para luchar contra los franceses. Su mejor arma era el conocimiento del terreno y el apoyo de la población. Algunos jefes de estas partidas se convirtieron en héroes populares (El Empecinado, el cura Merino, Espoz y Mina...).
Los sitios
Los sitios consistían en el cerco impuesto por los franceses a un determinado núcleo urbano que no se había rendido con la intención de que no recibiera productos de primera necesidad y someterlo. (Zaragoza y Girona son los casos más salientables).
Crisis política
Finalmente, cabe apuntar que el conflicto estuvo acompañado de una crisis política marcada por el vacío de poder. La idea de los alzados frente a Napoleón es que el rey –para ellos es claro que es Fernando VII– está preso en manos del enemigo y que deben asumir la resistencia y gobernarse hasta la vuelta del rey. Así surgen las Juntas por toda España; encabezadas por personas de diferentes grupos sociales –nobles, militares, clérigos, autoridades locales, personas apreciadas por el conjunto de sus vecinos...– y seguidas por el pueblo. Luego se coordinarán en la Junta Suprema Central, que sostendrá la lucha y convocará las Cortes de Cádiz.