La Crisis de 1929: Causas y Consecuencias de la Gran Depresión

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LA CRISIS DE 1929

La Gran Depresión

La Gran Depresión de 1929 fue la mayor catástrofe que experimentó el mundo capitalista hasta ese momento, cuyo origen se localiza en Estados Unidos. Fue una crisis muy compleja con muchos aspectos indisociables, como las circunstancias políticas, sociales y culturales del mundo de la posguerra.

Entre 1929 y 1932-1933 sucedieron caídas brutales de la producción, aumentos del desempleo y los precios se desplomaron. Todo esto afectó a la inmensa mayoría de los países, tanto a los industrializados como a los menos industrializados. Por tanto, consideramos que esta crisis, con sus repercusiones posteriores y su duración, es un fenómeno internacional y referencial que sirvió en el futuro para mirar con menos optimismo las excelencias del sistema económico en el que se produjo.

Antecedentes de la Crisis

Estados Unidos se había convertido, tras la Primera Guerra Mundial, en el gran prestamista de Europa. Era fuerte económicamente y pasó de ser deudor a un país acreedor. Además, poseía la mayor parte de los medios de pago y era el principal exportador de maquinaria, productos agrícolas y capitales. Pero en 1928-1929, los estadounidenses restringieron sus préstamos al extranjero y se produjo una contracción del comercio mundial, disminuyendo las importaciones de los países industriales y los gastos en el interior de los estados.

A este desequilibrio en los intercambios exteriores se unieron otros factores:

Crisis en el Sector Agrícola

En primer lugar, el sector agrícola presentaba signos de crisis. En Estados Unidos se dio una superproducción agrícola, ya que durante la Primera Guerra Mundial y la posguerra se producía mucho para exportar. El mercado interior se saturó, los precios bajaron y había una necesidad de bajar los precios, almacenar los excedentes o exportarlos, siendo esta última opción difícil ante la recuperación de las agriculturas europeas y el aumento de competencia de otros países. Esto causó la disminución de las rentas de los empresarios agrícolas y un endeudamiento de los campesinos.

Auge Industrial y sus Problemas

Mientras tanto, la industria experimentaba un gran auge, incluso en el sentido de la superproducción. Las innovaciones tecnológicas, el incremento de la productividad por el empleo de nuevos métodos y la disminución de precios de las materias primas hizo que este sector obtuviese muchos beneficios. Sin embargo, los precios eran muy elevados por el monopolio de los trust y el consumo era bajo. Entre 1922 y 1929, la producción industrial creció en un 50%, los salarios reales también crecieron, aunque en menor medida los beneficios de las empresas. Además, el paro estaba en los niveles más bajos de su historia. Parecía que el capitalismo había llegado a una etapa de bienestar o welfare capitalism.

Pero los problemas del capitalismo eran importantes: grandes excedentes que se intentaron eliminar concediendo créditos a los compradores o con el uso de la publicidad, unos medios de distribución importantes. Sin embargo, nada de esto hizo que dejasen de sobrar mercancías o que no se acumulasen stock, poniendo en graves aprietos la liquidez de las empresas.

Por otra parte, las ventas al exterior de los productos manufacturados se contrajeron desde 1927 como consecuencia de la recuperación europea y la desaparición de los préstamos norteamericanos. Los precios disminuyeron y el desempleo aumentó.

La Especulación Bursátil: Factor Desestabilizador

Finalmente, la especulación bursátil como factor desestabilizador es exponente del sector financiero. El mercado de valores de la bolsa de Nueva York crecía espectacularmente, el índice industrial (Dow Jones) se duplicó (de 191 a 381 entre 1928 y 1929). Los beneficios eran importantes, sobre todo para algunas acciones, lo cual fomentaba el juego de los especuladores y llamaba la atención de nuevos estadounidenses de cualquier clase social a introducirse en la bolsa para comprar acciones. El peligro de la bolsa residía en el precario mecanismo de créditos en que se sustentaba: las cuatro quintas partes de las transacciones eran a crédito. En ese momento de subida de valores, los bancos cedían créditos de forma descontrolada, pues les salía rentable. Pero el edificio bursátil no tenía una base sólida y, desconectado de la realidad económica, podía tambalearse en cualquier momento.

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