Creación: Perspectivas en la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
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Mitos Mormones
Los periodos de la Creación: ¿Fueron de 1000 años cada uno?
por Mario R. Montani
Creo que la mayoría de nosotros ha escuchado deslizar la frase que da título al presente texto en algún discurso, clase o conversación. Mi calificación de tal expresión como mito no radica en que alguien pueda creer en ella, sino en que pueda creer y/o transmitir que esa es la doctrina de la Iglesia con respecto al tema.
Para fundamentar mi posición me referiré al Manual del Alumno del Curso del Antiguo Testamento del Sistema Educativo de la Iglesia, Tomo I, pag. 8-9:
“Aunque sabemos que el capítulo primero de Génesis no describe el comienzo de todas las cosas, ni el comienzo de la humanidad, sino que describe solamente el principio de esta tierra, no se puede decir con seguridad cuándo ocurrió ese comienzo. En otras palabras, las Escrituras no dan suficiente información para calcular la edad de la tierra. Por lo general, los que aceptan las Escrituras como verdaderas se adhieren a una de las tres teorías básicas que tratan de determinar la edad del mundo. Todas estas teorías se basan en las diferentes interpretaciones de la palabra día, como se usa en el relato de la Creación. La primera teoría dice que la palabra día quiere decir lo mismo que en la actualidad y, por lo tanto, comprende 24 horas. De acuerdo con esta teoría, la tierra fue creada en una semana, o sea, en 168 horas. Por lo tanto, la tierra tendría ahora aproximadamente seis mil años. (Muchos eruditos están de acuerdo con que transcurrieron aproximadamente cuatro mil años entre la creación de Adán y el nacimiento de Jesucristo; y desde el nacimiento de Jesucristo a la época actual han pasado casi dos mil años.) Muy pocas personas, tanto miembros de la Iglesia como de otras religiones, aceptan esta teoría, puesto que hay muchas pruebas de que se llevó a cabo en un período más largo.
La segunda teoría dice que Abraham recibió revelaciones por medio del Urim y Tumim de que una revolución de Kólob, el astro que se encuentra más cerca de Dios, es equivalente a mil años de los de la tierra (véase Abraham 3:2-4). En otras palabras, podemos decir que un día del Señor equivale a mil años en la tierra; otros pasajes de escritura también apoyan esta teoría (véase Salmos 90:4; 2 Pedro 3:8; Facsímil número 2 del Libro de Abraham). Si la palabra día en Génesis fue usada en este sentido, entonces la tierra tendría aproximadamente trece mil años (7 días de mil años cada uno para la Creación, más casi seis mil años desde la caída de Adán). Algunos dicen que la sección 77, versículo 12, de Doctrina y Convenios apoya esta teoría.
La tercera teoría dice que la palabra día, en hebreo, puede referirse también a un período indeterminado, a una era. La palabra día, del hebreo, tal como aparece en el relato de la Creación, se ha traducido tanto como día, en el sentido literal, como también se ha traducido por un período más largo de tiempo. En Génesis 40:4 se tradujo como días. En Jueces 11:4, una forma de la palabra se tradujo como “andando el tiempo”. Abraham dice que los Dioses llamaron días a los períodos de la Creación (véase Abraham 4:5, 8, 13, 19, 23, 31). Si Moisés usó la palabra día con ese último significado, entonces el conflicto aparente que existe entre las Escrituras y las evidencias que presentan los científicos que le dan millones de años a la tierra dejaría de existir.
Aunque es interesante estudiar estas teorías acerca de la edad de la tierra, la Iglesia no ha aceptado ninguna de ellas… Por lo tanto, aunque a los mormones se nos manda aprender de muchas fuentes (DyC 88:77-79), no se justifica que nadie quiera establecer una teoría en particular como la teoría oficial de la Iglesia.”
La Enciclopedia del Mormonismo, uno de cuyos objetivos fue ampliar y corregir conceptos aparecidos en Mormon Doctrine, de Bruce McConkie, además de contar con el sello oficial de la Iglesia (cosa que Mormon Doctrine jamás poseyó), tiene un importante artículo sobre la Creación en el que se declara:
“Sobre la base de los pasajes de Abraham, que claramente excluyen la posibilidad de los días terrenales de veinticuatro horas como los “días” o “tiempos” de la creación, algunos comentaristas Santos de los Últimos Días han argumentado a favor de períodos de mil años como los “tiempos” de la creación así como el “tiempo” asignado a Adán como vida terrenal después de la caída; otros han abogado por indefinidos períodos de tiempo, tan largos como para completar la tarea requerida… Las escrituras no dicen cuán antigua es la tierra, y la Iglesia no ha tomado posición oficial sobre el asunto. Tampoco considera la Iglesia que sea un tema central para la salvación”.
He indicado con negrita en esos textos algunos párrafos que me parecieron relevantes. El motivo por el que la teoría de los 1000 años fue mayormente aceptada entre los miembros es por su coherencia interna con varios pasajes de las escrituras pero, más que eso, porque muchos líderes del pasado, incluyendo algunos que llegaron a ser Presidentes de la Iglesia, parecieron favorecerla. Entre los “algunos comentaristas” no podemos evitar mencionar a Joseph Fielding Smith, cuyas obras recibieron una difusión que no les fue otorgada a las de otros de sus compañeros en el apostolado y que opinaban completamente distinto que él (John A. Widtsoe, James Talmage). Las verdades del evangelio son eternas y constantes. Las opiniones y los comentarios sobre esas verdades serán siempre provisorios y anclados en la época y los prejuicios del momento en que son emitidas.
Perspectivas de Autoridades Generales sobre la Duración de la Creación
Sin embargo, buscando hacia atrás, no es difícil encontrar citas de Autoridades que parecen apoyar períodos creativos muy amplios.
- Tan temprano como en 1844 William Phelps escribió en Times and Season, Nauvoo, vol. 5, pag. 758, 25 de Diciembre 1844, que el texto del Libro de Abraham (del cual se tradujo sólo una porción, y que en su mayor parte no sobrevivió al incendio de Chicago de 1871) indicaba que “este sistema” tenía 2.55 billones de años de antigüedad. (Citado por el profesor de BYU Steven Jones en su ensayo “How old is the earth?”)
- Brigham Young: “No me sorprende que la incredulidad prevalezca con gran extensión entre los habitantes de la tierra, ya que los maestros de religión de la gente proponen como verdades muchas ideas y nociones que están en oposición y contradicen los hechos demostrados por la ciencia, y que son generalmente comprendidos. Tomemos, por ejemplo, a nuestros geólogos, quienes nos dicen que esta tierra ha existido por miles y millones de años. Ellos piensan, y tienen buenas razones para su creencia, que sus investigaciones los habilitan para demostrar que esta tierra ha existido por tanto tiempo como lo aseguran… En esos aspectos diferimos del mundo Cristiano, pues nuestra religión no colisionará o contradecirá los hechos de la ciencia en ningún asunto. Si tomamos a la geología, es una ciencia verdadera; no es que yo diga que todas las conclusiones y deducciones de sus profesores sean verdad, pero sus principios conductores sí lo son; son hechos – son eternos; y asegurar que el Señor hizo la tierra de la nada es absurdo e imposible… John A. Widtsoe, Discourses of Brigham Young (Salt Lake City: Deseret Book, 1978, pp. 258-259)
- O David O. McKay dirigiéndose a los estudiantes de la Universidad de Brigham Young: “Tengo el tiempo ahora para comentar sobre la oportunidad de que BYU enseñe estas verdades fundamentales. Esta idea fue expresada por el Dr. Sidney B. Sperry en su oración de apertura, que aquí en esta institución, destinada a transformarse en la más grande del mundo, se dan las oportunidades para guiar a los estudiantes en la más alta calidad de vida, esta guía, este ancla, esta cuerda que conduce a las profundidades del bosque. Cualquiera sea el tema tratado, los principios del evangelio de Jesucristo pueden elaborarse sin temor de ninguna objeción, y el profesor puede sentirse en libertad de expresar sus honestas convicciones con respecto a él, ya sea sobre geología, la historia del mundo, los millones de años que llevó preparar el mundo físico, ya sea en ingeniería, literatura, arte… (Discurso en la Universidad de BY, el 30 de Octubre de 1956).
- Y finalmente, un extraordinario discurso pronunciado por Bruce R. McConkie con el título de “Cristo y la Creación”, aparecido en la Liahona de Septiembre de 1983, pags. 23 a 34: “Nuestro conocimiento de la Creación es limitado. No sabemos el cómo, por qué y cuándo de todas las cosas. Nuestras limitaciones son tales que no podríamos comprenderlas si se nos revelaran en toda su gloria, plenitud y perfección… “El día en que el Señor venga, él revelará todas las cosas”, nos instruye la revelación moderna, “cosas que han pasado y cosas ocultas que ningún hombre conoció; cosas de la tierra, mediante las cuales fue hecha, y su propósito y estado final.” (D. y C. 101: 32-33.)… Con toda certeza los elementos son eternos, y crear es organizar. A medida que la obra progresa, vemos el cumplimiento de lo que Dios le dijo a Moisés en los Diez Mandamientos: “En seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día” (Éxodo 20:11)… Pero, primeramente, ¿qué es un día? Es un período específico; es una época, una serie de épocas, una división de la eternidad. Es el período entre dos acontecimientos que pueden identificarse. Y cada día, sea cual fuere su duración, consiste del tiempo necesario para sus propósitos. Una manera de medir el tiempo es aquel que un cuerpo celeste requiere para girar completamente sobre su eje. Por ejemplo, Abraham dice que “conforme a la manera del Señor”, un día consiste de “mil años”. Esto es “una revolución . . . de Kólob”, dice él, y está de acuerdo con la “manera de contar” del Señor (Abraham 3:4.) No existe declaración revelada que especifique que cada uno de los “seis días” de los que se habla en la Creación fuesen de la misma duración. Las tres narraciones con las que contamos son la mosaica, la abrahámica y la que se presenta en los templos. Cada una de éstas tiene como origen al profeta José Smith. Las narrativas mosaica y abrahámica sitúan los acontecimientos creativos en los mismos días sucesivos. La narración del templo, por razones que han de ser obvias a los que están familiarizados con sus enseñanzas, tiene una división distinta de los acontecimientos. Parece claro que los “seis días” se refieren a un período continuo y que no hay lugar alguno donde deban obligadamente colocarse líneas divisorias entre los acontecimientos sucesivos… Somos sinceros al admitir que nuestro conocimiento de la creación del universo, de esta tierra, del hombre, y de todas las cosas vivientes, es muy escaso —tal vez hasta podamos decir minúsculo— en comparación con todo lo que tenemos que aprender. Pero el Señor nos ha revelado tanto del misterio de la creación como es necesario tener en nuestro estado de probación.”
Conclusión
Resumiendo: la Iglesia no tiene ni ha tenido una doctrina o posición oficial con respecto a la duración de los períodos creativos. En los comienzos de la Iglesia, es posible que por “contagio” del consenso protestante generalizado, muchos miembros hayan pensado en un día de 24 horas (que presenta la incongruencia inicial de cómo se midieron los primeros tres días, ya que ni el sol ni la luna habían sido aún creados). Hoy solamente aceptan esa posibilidad algunos fundamentalistas protestantes y muy pocos judíos ortodoxos. Hacia fines del siglo XIX y hasta mediados del XX el consenso entre los miembros parecía apuntar a la segunda teoría, la de los 1000 años, por los motivos antes mencionados.
En la actualidad, un número creciente de Santos de los Últimos Días se inclina a creer en períodos creativos muy extensos, no necesariamente iguales y que coinciden con los más recientes descubrimientos científicos.