Cosmovisión del Antiguo Egipto: Deidades, Ritos Funerarios y Legado Escrito
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El Panteón Egipcio y el Culto
Osiris era el dios de los muertos porque, según la leyenda, había resucitado después de haber sido asesinado por su hermano Seth, dios de las tinieblas. Del matrimonio entre Osiris y su hermana Isis (diosa de la fertilidad) nació Horus, dios de la guerra. Otras divinidades importantes eran Anubis (dios del inframundo) y Thot, inventor de la escritura y dios de la sabiduría.
Culto Popular y Supersticiones
Fuera del culto oficial, la gente adoraba a divinidades familiares y locales. Eran muy supersticiosos y se protegían siempre con amuletos de la influencia de los malos espíritus.
Templos, Sacerdotes y Ofrendas
Los dioses habitaban los templos y se reencarnaban en la estatua que se hallaba en el santuario. Los sacerdotes debían rendirles culto y obsequiarles con ofrendas. Durante las fiestas religiosas, sacaban la estatua del dios en procesión sobre la barca sagrada.
La Vida de Ultratumba en el Antiguo Egipto
La religión egipcia prometía una vida después de la muerte. Para los egipcios, los seres humanos estaban formados por un cuerpo y un alma (el ka). Cuando el cuerpo moría, el ka pasaba a la vida de ultratumba, pero, para ello, el cuerpo debía permanecer incorrupto (momificación).
Concepción del Ser Humano y la Momificación
Con este fin, la familia embalsamaba al difunto, que tras 40 días se convertía en una momia disecada. Seguidamente, se celebraban los funerales y se transportaba al difunto en procesión hasta su tumba, donde empezaba el viaje hacia el más allá.
El Juicio de Osiris y el Más Allá
Los difuntos debían presentarse ante el Tribunal de Osiris, que juzgaba su vida terrenal. Para superar el Juicio, se colocaba en la tumba un ejemplar del Libro de los Muertos, una recopilación de reglas sobre cómo debía comportarse el difunto ante el Tribunal. Si el difunto superaba el Juicio, podía entrar en el más allá, donde reanudaba sus actividades cotidianas. La familia colocaba ofrendas en las tumbas y las rodeaba de pequeñas estatuas cubiertas de inscripciones mágicas, que se encargaban de suplir al difunto en sus trabajos. Los egipcios creían en la magia y pensaban que las pinturas y estatuas de las tumbas cobraban vida en el más allá.
El Origen de la Escritura: Un Legado Mesopotámico
La escritura surgió en las ciudades mesopotámicas hacia el 3500 a.C. Los funcionarios y los sacerdotes tenían la necesidad de controlar la propiedad de las tierras, las cosechas, los impuestos, etc., y comenzaron a hacer anotaciones para llevar la contabilidad. Los reyes utilizaron los sistemas de escritura para redactar órdenes, fijar leyes y realizar códigos (compilaciones de leyes). También se empezaron a escribir textos literarios y religiosos, que dejaban constancia de las creencias de estos pueblos.
Las Tumbas Egipcias: Evolución y Propósito
Las primeras tumbas egipcias fueron unas sencillas construcciones rectangulares y de escasa altura llamadas mastabas.
De Mastabas a Pirámides
De la superposición de mastabas nacieron las pirámides, entre las que destacan las de Keops, Kefrén y Micerinos, en Gizeh. Para proteger el reposo de los faraones e impedir el pillaje, las entradas de las pirámides estaban escondidas. Además, construían galerías que conducían a falsas cámaras; las verdaderas cámaras funerarias, llenas de tesoros, estaban disimuladas y tapiadas por un muro.
Hipogeos y la Inmortalidad del Alma
A lo largo del Imperio Medio, la creencia en la inmortalidad del alma se extendió a todas las capas sociales. Los más pobres eran momificados y enterrados en grandes fosas o sepultados bajo la arena del desierto. El miedo a los frecuentes saqueos y robos en las tumbas hizo que, en el Imperio Nuevo, los faraones prefirieran enterrarse en hipogeos, grandes cámaras funerarias excavadas bajo tierra que estaban lujosamente decoradas.