Cosmología y Paradigmas: Origen y Evolución del Universo a través de la Historia
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Cosmología: Origen y Evolución del Universo
La cosmología, parte de la astronomía, estudia las leyes generales, el origen y la evolución del universo. La física, como ciencia experimental, se encuentra sometida al rigor de las matemáticas.
El Paradigma Organicista de Aristóteles
Este paradigma, retomado posteriormente por Tomás de Aquino, se centra en la idea de finalidad. Un animal, por ejemplo, está compuesto de órganos, instrumentos con una finalidad específica. Aristóteles extiende esta noción a toda la naturaleza: cada ser tiene una finalidad propia, arraigada en su estructura, a la que denomina forma.
Como consecuencia, tanto la filosofía como la ciencia se enfocan más en los aspectos cualitativos de los seres que en los cuantitativos. La realidad se concibe como una estructura cerrada, más apta para elaboraciones teóricas que para la investigación experimental.
El Mundo Moderno: Una Nueva Visión
Durante los siglos XV y XVI, se producen cambios significativos en la forma de pensar. Surge un renovado interés por el ser humano y el mundo, impulsado por nuevos descubrimientos. El desarrollo del comercio y los viajes amplían enormemente el horizonte de las preocupaciones e intereses humanos.
Transformaciones Sociales y Religiosas
En las ciudades, emerge una nueva clase social: artesanos y comerciantes. Estos buscan un espacio político más amplio y, para lograrlo, apoyan el poder absoluto de los reyes. Esto contribuye a la consolidación de las grandes nacionalidades europeas. Paralelamente, la crisis religiosa culmina con la Reforma Protestante de Lutero, que rompe definitivamente con la idea medieval de un imperio católico y libera el pensamiento de la tutela de la Iglesia.
Estos cambios provocan la pérdida de relevancia de la cultura y la ciencia medievales. En el siglo XV, los humanistas buscan nuevas ideas en la Antigüedad Griega y Romana, renovando la filosofía de Platón y Aristóteles. Este paradigma aristotélico, sin embargo, daría paso a otros, como el mágico-animista y el mecanicista.
El Paradigma Mágico-Animista
En este paradigma, el poder productivo se basa en la experiencia, que se convierte en la fuente del conocimiento. El universo se percibe como un gran libro que debe ser descifrado a través de la experiencia. Sin embargo, se distinguen experiencias habituales de otras más extrañas.
La idea central de este paradigma es que la naturaleza es un gran ser animado, del cual proceden tanto los hechos de la experiencia y las ciencias como los prodigios y fenómenos extraordinarios. Aunque este pensamiento puede considerarse ingenuo, ya que acepta como auténticas narraciones de fenómenos fantásticos, atribuyéndolos a fuerzas ocultas y misteriosas, tuvo gran aceptación.
Los Alquimistas y la Búsqueda de Secretos
Los alquimistas, figuras características de este paradigma, consideraban que la tierra era algo vivo. Su objetivo era descubrir los secretos del mundo para acelerar sus procesos y dominar los acontecimientos, buscando la "panacea" o "piedra filosofal".
La falta de utilidad del paradigma aristotélico impulsó la aceptación social del paradigma mágico-animista, que gradualmente se convirtió en una "ciencia normal", sujeta a normas universales.
Características Principales del Paradigma Mágico-Alquimista
- Concibe el universo como un todo gobernado internamente por una inteligencia o "alma del mundo".
- Concibe al hombre como un microcosmos que se encuentra en el seno del universo (macrocosmos), que lo compendia.
- Considera que existe una analogía entre ambos (hombre y universo), manifestada en relaciones de simpatía y antipatía, solo conocidas por el sabio.
En este paradigma, todos los acontecimientos son producidos por fuerzas misteriosas y ocultas que los magos, astrólogos y alquimistas pretenden descubrir y dominar. El saber, por lo tanto, se convierte en magia.