Cosmología Mesoamericana: El Legado de Kukulkán-Quetzalcóatl y la Precisión Calendárica

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La Cosmovisión Mesoamericana: El Legado de Kukulkán-Quetzalcóatl

Un asunto de suma importancia a destacar en la cosmovisión mesoamericana es la figura de Kukulkán-Quetzalcóatl.

La Precisión Astronómica y el Número 13

El estudio de los ciclos celestes fue fundamental para las civilizaciones prehispánicas. Por ejemplo, el ciclo cósmico de la Tierra es de 8 rotaciones en torno al Sol, mientras que en Venus son 13. De ahí la profunda importancia del número 13 como fundamento combinatorio en su sistema. Los mayas, en particular, se percataron y analizaron la diferencia entre un cuerpo celestial (la Tierra, donde habitaban) y otro que deificaron (Venus), al que asociaron con la dualidad: macho y hembra, día y noche (observado al atardecer y amanecer), y la unión de lo divino y lo humano. Esta figura, como veremos, conlleva una profunda carga mítico-religiosa, pero es también el resultado de una observación astronómica precisa.

El ciclo cósmico de Venus alrededor del Sol, según sus cálculos, es de 1.252 años. Los mayas poseían este conocimiento, habiendo fijado una alineación estelar para el 12 de junio de 2012, la cual se cumplió. Es importante recordar que, erróneamente, la interpretación occidental de esta fecha la asoció con una predicción del fin del mundo. Estos 1.252 años equivalen a 457.457 días, una cifra que se puede descomponer matemáticamente como (13+13) x (13+13) x (13+13) x (13+13) días, lo que demuestra la sofisticación de su sistema. El número 13 es, de hecho, el número de órbitas de Venus en ese ciclo cósmico, siendo la cifra de referencia en el calendario maya.

Además, la conjunción de Venus con el Sol, o su revolución sinódica, es de 584 días. Este período era fundamental para mayas y aztecas en la marcación de sus ciclos. Al concluir los 584 días, el ciclo se reiniciaba, enfatizando la repetición y la interconexión de los fenómenos celestes.

La Perfección del Calendario Mesoamericano

El calendario maya-azteca se revela, por tanto, como una obra maestra en su ejecución matemática y en su cómputo material, abarcando días, años, ciclos y eras con una precisión exclusiva. Su perfección se extiende también al nivel de la trascendencia, reflejando la profunda implicación cosmológica y espiritual que este sistema calendárico poseía.

Ningún otro calendario conocido, de los que hemos revisado de manera sintética, ha alcanzado una perfección comparable.

La Esfera Social y Existencial

Habiendo examinado la precisión astronómica, es crucial abordar el segundo aspecto: la esfera social. Este eje existencial combina cuatro elementos fundamentales: existencia e inmanencia, y esencia y trascendencia. El eje de la existencia se desglosa en: los acontecimientos cotidianos, lo mágico, lo socio-religioso y lo puramente religioso.

Eventos de Gran Relevancia Sociocultural

Entre los eventos y entidades de gran relevancia para las culturas maya y azteca se encontraban:

  • El nacimiento (en especial los nacimientos reales)
  • El matrimonio
  • La muerte
  • Las investiduras
  • Los plebiscitos a los señores
  • El estreno de casas y de templos
  • Ritos de iniciación
  • Presentación en sociedad de los guerreros

El Lenguaje Simbólico y el Espacio Sagrado

Esto se reflejaba también en el lenguaje y sus referentes simbólicos. Por ejemplo:

  • Agua: "falda de jade"
  • Copal: "mujer blanca"
  • Nubes: "sacerdotes"
  • Maíz: "espíritu de siete culebras"

Asimismo, existía una profunda conexión entre la palabra y el espacio:

  • La casa para el matrimonio y los nacimientos
  • El ágora (lugar de reunión o discusión) para los acontecimientos sociopolíticos
  • Los templos para lo sagrado

De este modo, cada palabra adquiría su significado y resonancia según su recinto: las palabras de la casa, las del ágora y las del templo.

La Creación del Hombre y Quetzalcóatl

Profundicemos en su desarrollo. La primera instancia a considerar es la creación del hombre, un proceso que se articula en varias fases:

  1. El Mundo
  2. El Hombre en el Mundo
  3. La trascendencia del Hombre en el Mundo: Sol, Estrellas, Agua, Tierra, Dioses

La figura central que encarna esta historia es Quetzalcóatl. Él fue el encargado de buscar la materia prima para la creación del hombre (refiriéndose al hombre imperfecto de las cuatro eras anteriores a la era de la representación y existencia en la Tierra), con el fin de reparar, ordenar, acondicionar y, finalmente, crear la vida y al hombre tal como lo conocemos. De este modo, también proveyó el alimento esencial, el maíz (entre otros inventos significativos), que se convirtió en el sustento fundamental.

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