Corrientes Teóricas Fundamentales en Antropología Social y Cultural
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Antropología Social Británica: Evolución y Críticas
Críticas Iniciales y Contexto Colonial
La Antropología Social Británica ha experimentado una evolución significativa, marcada por críticas a los enfoques tradicionales y desarrollos teóricos que ampliaron su perspectiva. Entre las principales críticas iniciales destaca la perspectiva predominantemente sincrónica, que ignoraba los cambios históricos y dinámicos en las sociedades. Este enfoque estático fue cuestionado por figuras como Edward E. Evans-Pritchard, quien abogó por una visión procesual, reconociendo la importancia de estudiar las transformaciones a lo largo del tiempo.
Otro aspecto crítico fue la falta de atención a las relaciones coloniales y a la conexión de la antropología con el imperialismo británico. Durante el período colonial, la disciplina ignoró en gran medida las dinámicas de poder entre los antropólogos y las comunidades estudiadas. Esta omisión generó una crisis que se profundizó en los procesos de independencia y descolonización, cuando se cuestionó la imparcialidad y objetividad de la antropología en contextos coloniales.
Además, se señaló el énfasis excesivo en la estabilidad y el equilibrio social, propio del funcionalismo, que dejaba de lado la exploración de los conflictos y elementos desintegradores dentro de las culturas estudiadas, resultando en una visión sesgada de la realidad social.
Desde una perspectiva feminista, se realizaron críticas específicas al trabajo de Bronislaw Malinowski, particularmente por su visión androcéntrica. Este enfoque se basaba en conversaciones y observaciones centradas principalmente en los hombres, ignorando las experiencias y contribuciones de las mujeres en las sociedades estudiadas. Annette Weiner abordó estas limitaciones en obras como Women of Value, Men of Renown e Inalienable Possessions, destacando la necesidad de enfoques más inclusivos y contextualmente sensibles.
La Edad de Oro (1945-1970)
El período de 1945 a 1970, conocido como la "Edad de Oro" de la Antropología Social Británica, estuvo caracterizado por importantes desarrollos académicos y teóricos. Figuras como Malinowski, Evans-Pritchard, Raymond Firth, Edmund Leach y Meyer Fortes lideraron esta transformación desde cátedras en instituciones de prestigio como la London School of Economics, Oxford y Cambridge.
Malinowski sentó las bases del funcionalismo, enfatizando el estudio de las relaciones que conforman la estructura social y la inmersión total en las comunidades estudiadas. Por su parte, Evans-Pritchard, en su obra Los Nuer (1940), exploró dinámicas sociales como la segmentación, fisión y fusión de grupos, destacando la importancia de los conflictos y las fuerzas dinámicas en la configuración de las estructuras sociales.
Raymond Firth, con estudios como Primitive Economics of the New Zealand Maori (1929), y Edmund Leach, en obras como Sistemas políticos de la alta Birmania (1954), cuestionaron el determinismo estructural, resaltando la relevancia de las elecciones individuales y los procesos de cambio en las sociedades. Leach, en particular, criticó el funcionalismo al argumentar que las estructuras sociales son inherentemente inestables, sometidas a constantes transformaciones debido a tensiones internas. Este enfoque marcó una evolución hacia perspectivas más dinámicas y contextuales en el estudio de las sociedades humanas.
La Escuela de Manchester y Max Gluckman
Un capítulo destacado en la evolución de la antropología británica es la Escuela de Manchester, fundada en 1937 en el Rhodes-Livingstone Institute (actual Zambia) y vinculada a la Universidad Victoria de Manchester. Bajo la dirección de Max Gluckman, esta escuela pasó de un enfoque centrado en la estabilidad funcional a teorías del cambio social y el conflicto.
Gluckman, en obras como Order and Rebellion in Tribal Africa (1963), analizó cómo los conflictos pueden ser reconciliables o irreconciliables, subrayando que forman parte intrínseca del orden social y no necesariamente disfuncionales. La Escuela de Manchester se distinguió por su enfoque innovador en el estudio social, utilizando métodos como estudios de caso, análisis situacional y dramas sociales para integrar teoría y evidencia empírica. Investigadores como Victor Turner y Elizabeth Colson exploraron temas relacionados con rituales, parentesco y procesos laborales, destacando la importancia de los conflictos en las dinámicas sociales.
La Revitalización del Evolucionismo: Adaptación y Ecología Cultural
Hacia finales de los años 30, surgió un movimiento de revitalización del evolucionismo en la antropología, marcado por las contribuciones de Leslie White y Julian H. Steward, influenciados por V. Gordon Childe y Alexander Lesser. Este enfoque buscó superar el particularismo histórico dominante, reincorporando perspectivas evolutivas que explicaran la relación entre cultura, tecnología y adaptación al entorno.
Influencias y Primeros Pasos: Childe y Lesser
V. Gordon Childe (1892-1957), arqueólogo marxista, introdujo conceptos clave como la Revolución Neolítica y la Revolución Urbana, destacando la importancia de los factores materiales en la transformación social.
Por su parte, Alexander Lesser (1902-1982) abordó la evolución cultural a través de la noción de "descendencia con modificación", resaltando las reglas generales que rigen la variación y el desarrollo cultural.
Leslie White: Energía y Determinismo Cultural
Leslie White (1900-1975) fue un defensor del determinismo cultural y propuso que la cultura debe entenderse como un sistema adaptativo cuya función principal es captar y utilizar energía. Según su fórmula E × T → C (Energía × Tecnología → Nivel Cultural), las culturas evolucionan al aumentar la cantidad de energía utilizada per cápita o la eficiencia de las herramientas empleadas. White dividió la cultura en tres sistemas:
- Tecnológico
- Sociológico
- Ideológico
Otorgando primacía al primero. También destacó el papel del símbolo como unidad básica de la civilización, subrayando que la conducta humana depende de factores culturales, no biológicos.
Julian H. Steward: Evolucionismo Multilineal y Ecología Cultural
Julian H. Steward (1902-1972) desarrolló el evolucionismo multilineal, que plantea que las culturas evolucionan de manera diversa según sus adaptaciones al entorno y condiciones históricas específicas. Introdujo el concepto de “núcleo cultural” para identificar los elementos fundamentales de la adaptación cultural, como la tecnología y los sistemas económicos. Steward también formuló la ecología cultural, que analiza cómo las culturas se ajustan a su entorno natural y cómo este actúa como límite y estímulo creativo. Clasificó las sociedades según niveles de integración sociocultural:
- Bandas
- Tribus
- Jefaturas
- Estados
Este renacimiento del evolucionismo integró perspectivas adaptativas y ecológicas que marcaron un cambio significativo en la antropología, sentando las bases para corrientes posteriores como el materialismo cultural de Marvin Harris y la antropología ecológica de Roy Rappaport.
Desarrollos Posteriores: Sahlins y Service
Desde 1960, el evolucionismo en la antropología se diversificó con las contribuciones de Marshall Sahlins, Elman Service y Marvin Harris, quienes integraron enfoques adaptativos, económicos y políticos para analizar el desarrollo cultural.
Marshall Sahlins (1930-2021) fue un referente de la antropología económica sustantivista y buscó reconciliar las ideas de Leslie White y Julian Steward. Propuso dos formas de evolución cultural:
- La evolución específica, que describe la variación adaptativa de la vida en contextos particulares.
- La evolución general, que se refiere al progreso acumulativo de las modificaciones evolutivas a nivel global.
Sahlins analizó cómo los excedentes económicos contribuyen a la formación de estructuras políticas como las jefaturas, mostrando la relación entre economía y organización social.
Elman Service (1915-1996) destacó por sus estudios de sociedades y sus clasificaciones evolutivas. Rechazó el materialismo determinista, planteando que la adaptación cultural es influenciada tanto por el entorno como por interacciones con otras sociedades. Propuso los tipos evolutivos de bandas, tribus, jefaturas y estados, destacando la complejidad creciente de las organizaciones sociales y su relación con factores económicos, ambientales y geográficos. También exploró la teoría de la dependencia y el sistema-mundo, analizando cómo las culturas interactúan y evolucionan en un contexto global.
Materialismo Cultural y Antropología Ecológica
Marvin Harris y el Materialismo Cultural
El materialismo cultural, desarrollado por Marvin Harris, busca explicar las diferencias y similitudes culturales a través de las condiciones materiales de las sociedades. Esta perspectiva se fundamenta en el análisis de tres componentes:
- Infraestructura (factores económicos, tecnológicos, ambientales y demográficos)
- Estructura (relaciones sociales)
- Superestructura (creencias y valores simbólicos)
Harris otorga primacía a la infraestructura, afirmando que los cambios culturales son impulsados principalmente por necesidades materiales, un enfoque conocido como determinismo infraestructural.
Harris propuso que las innovaciones culturales no siguen una finalidad predefinida, sino que son seleccionadas por sus consecuencias prácticas para satisfacer necesidades fundamentales. Por ejemplo, analizó la vaca sagrada en la India como un elemento cultural que maximiza la eficiencia de los recursos en un contexto ecológico limitado, ilustrando cómo las creencias religiosas pueden ser funcionales para la supervivencia.
Roy Rappaport y la Antropología Ecológica
Por su parte, el enfoque de la antropología ecológica, representado por Roy Rappaport, estudia la interacción entre las culturas y sus entornos naturales, destacando los rituales como mecanismos homeostáticos que regulan desequilibrios sociales, espirituales y ecológicos. En su obra Cerdos para los antepasados (1968), analizó el ciclo ritual de los Tsembaga en Nueva Guinea, mostrando cómo el sacrificio de cerdos no solo tiene significado espiritual, sino que también gestiona recursos y equilibra las relaciones ecológicas. Según Rappaport, los rituales mantienen la estabilidad del ecosistema, conectando lo cultural con lo ecológico.
Ambas perspectivas, aunque distintas, destacan la importancia de los factores materiales y ecológicos en la configuración y adaptación cultural, subrayando cómo las culturas responden a desafíos prácticos para garantizar su supervivencia.
Economía Política: Materialismo, Campesinado y Aproximaciones Marxistas
La economía política y el materialismo en antropología se han enriquecido con las aproximaciones marxistas de autores como Eleanor Burke Leacock, Eric Wolf, Sidney Mintz y Ángel Palerm, quienes abordaron las relaciones entre economía, política, cultura y poder desde una perspectiva histórica y crítica.
Eleanor Burke Leacock: Género y Modos de Producción
Eleanor Burke Leacock se enfocó en las transformaciones sociales a partir de los cambios en los modos de producción. Estudió a los cazadores-recolectores Montagnais-Naskapi, destacando cómo el tráfico de pieles (siglo XVIII) introdujo la propiedad privada. Clasificó las sociedades en cazadoras-recolectoras igualitarias y sociedades de clases capitalistas, marcadas por la subordinación de las mujeres y la explotación económica. Burke integró el feminismo marxista, mostrando cómo las relaciones de género están vinculadas a las transformaciones económicas y políticas.
Eric Wolf: Historia, Poder y Modos de Producción
Eric Wolf criticó el eurocentrismo que consideraba a los pueblos no europeos como "gente sin historia". En Europa y la gente sin historia (1982), analizó cómo los pueblos de África, América y Oceanía participaron en procesos globales como el colonialismo, el tráfico de esclavos y el comercio. Propuso que las culturas no son estáticas, sino el resultado de interacciones históricas y dinámicas de poder. Desde un enfoque marxista, distinguió tres modos de producción:
- Capitalista
- Tributario
- Basado en el parentesco
Analizando cómo estos sistemas moldearon las relaciones sociales y económicas.
Sidney Mintz: Capitalismo, Consumo y el Caribe
Sidney Mintz combinó el materialismo cultural con el marxismo para estudiar el impacto del capitalismo en el Caribe. En Sweetness and Power (1985), exploró el papel del azúcar en la economía global, mostrando cómo su producción y consumo reflejan desigualdades de poder e historia. Mintz destacó cómo las culturas locales responden a las imposiciones globales, señalando el impacto de la expansión europea en los sistemas económicos y sociales del Caribe.
Ángel Palerm: Ecología Cultural y Desarrollo Estatal
Ángel Palerm destacó la complejidad de las adaptaciones culturales, vinculando aspectos ambientales, sociales, políticos y culturales. Analizó los sistemas de regadío en Mesoamérica, relacionándolos con el desarrollo de formas estatales como el despotismo hidráulico, en diálogo con V. Gordon Childe y Karl Wittfogel. Criticó el marxismo ortodoxo, defendiendo una visión más flexible que reconocía vías múltiples de desarrollo social, y contribuyó a los estudios del Modo de Producción Asiático, las diferencias entre modelos de socialismo y comunismo.
Aportaciones Generales de la Economía Política
Estos autores, desde diferentes perspectivas, coincidieron en criticar las visiones estáticas y eurocéntricas de la cultura, subrayando cómo las relaciones económicas y políticas estructuran las dinámicas sociales. Sus enfoques destacan el papel del colonialismo, la explotación económica y las resistencias culturales en la configuración de las sociedades modernas. A través de estudios históricos, ecológicos y materiales, redefinieron el estudio de las culturas como sistemas interconectados y en constante cambio.
La Tradición Sociológica Francesa: Durkheim y Mauss
La tradición sociológica y etnológica francesa encuentra en Émile Durkheim y Marcel Mauss a dos de sus máximos exponentes, cuyas ideas han sido fundamentales para entender las dinámicas sociales y culturales.
Émile Durkheim: Hechos Sociales, Solidaridad y Religión
Émile Durkheim, considerado uno de los padres de la sociología moderna, desarrolló conceptos clave como los hechos sociales, definidos como patrones colectivos que son externos al individuo y ejercen una fuerza coercitiva sobre su conciencia. Estos hechos sociales son el objeto central de estudio de la sociología.
En su obra La división del trabajo social (1893), Durkheim distinguió entre solidaridad mecánica y solidaridad orgánica: la primera característica de sociedades tradicionales, basadas en la homogeneidad, y la segunda propia de sociedades modernas, donde la especialización y la interdependencia generan cohesión. Además, exploró el concepto de anomia, que describe la falta de normas sociales y su impacto desintegrador, analizado en profundidad en su obra El Suicidio (1897).
Durkheim también estudió el papel de la religión en la cohesión social, como se refleja en Las formas elementales de la vida religiosa (1912). Allí describió la religión como un sistema solidario de creencias y prácticas que une a las comunidades en una conciencia colectiva. Para él, la religión era esencialmente un fenómeno colectivo, capaz de generar una "efervescencia colectiva" que refuerza los lazos sociales. Además, su análisis sobre las clasificaciones primitivas mostró cómo las divisiones sociales influyen en la forma en que las sociedades organizan y comprenden el mundo.
Marcel Mauss: El Don y el Hecho Social Total
Por su parte, Marcel Mauss, sobrino y colaborador de Durkheim, amplió las contribuciones de su predecesor al introducir el concepto de hecho social total en su obra Ensayo sobre el don (1925). Este concepto describe fenómenos colectivos que abarcan aspectos jurídicos, económicos, religiosos y estéticos de una sociedad. Mauss destacó la importancia de la reciprocidad en las relaciones sociales, basada en tres obligaciones:
- Dar
- Recibir
- Devolver
Para él, el intercambio no era únicamente una transacción económica, sino un acto profundamente social y moral que movilizaba a toda la comunidad.
Ambos autores colaboraron en Sobre algunas formas primitivas de clasificación (1901-1902), donde exploraron cómo las divisiones sociales moldean las clasificaciones del mundo natural. Argumentaron que las clasificaciones no son únicamente fruto de la lógica o la experiencia individual, sino que surgen de estructuras sociales y sentimientos colectivos.
El Estructuralismo de Claude Lévi-Strauss
Claude Lévi-Strauss (Bélgica, 1908 - Francia, 2009) es una figura fundamental en la antropología estructuralista, cuya obra busca identificar patrones universales que subyacen a las diferencias culturales. Influido por pensadores como Marcel Mauss, Roman Jakobson y Ferdinand de Saussure, Lévi-Strauss desarrolló una teoría basada en la idea de que la cultura y la sociedad operan como sistemas de comunicación estructurados, donde las relaciones entre los elementos son más significativas que los elementos en sí mismos.
Aportaciones Principales
Las Estructuras Elementales del Parentesco
En su obra Las estructuras elementales del parentesco (1949), Lévi-Strauss analizó el sistema de alianzas y matrimonios como un mecanismo central en la organización social. Planteó que la base de la sociedad no radica en las familias como entidades aisladas, sino en las relaciones entre ellas. Introdujo la ley de la exogamia, que prescribe matrimonios fuera del grupo, fomentando la comunicación y cooperación entre clanes o linajes. Relacionó este fenómeno con el tabú del incesto, un principio universal que no solo regula la reproducción biológica, sino que define los límites entre naturaleza y cultura. El intercambio de mujeres entre clanes es una práctica cultural que, aunque regulada socialmente, se considera un acto simbólico de gran relevancia para la cohesión social.
Intercambio, Alianza y Guerra (Lévi-Strauss vs. Clastres)
Claude Lévi-Strauss y Pierre Clastres ofrecen perspectivas contrastantes sobre el intercambio de mujeres, la exogamia y la guerra en las sociedades tribales. Según Lévi-Strauss, el intercambio de mujeres es una práctica cultural que surge de la exogamia, una regla que exige establecer alianzas matrimoniales fuera del grupo. Estas alianzas fortalecen las relaciones entre tribus vecinas, promoviendo la armonía y evitando conflictos. Desde esta perspectiva, la guerra se entiende como un fallo en la lógica del intercambio y la alianza. Si no se logra establecer una relación cooperativa entre tribus, se genera hostilidad, lo que puede desembocar en guerra. Este enfoque coincide con el de Malinowski, quien veía el intercambio, ya sea de mujeres o bienes, como una estrategia para mantener la paz y proteger a las comunidades de conflictos bélicos.
Por el contrario, Pierre Clastres rechaza la idea de la guerra como un fallo del sistema de alianzas. Según Clastres, la guerra es una parte inherente y estructural de las sociedades tribales. Afirma que estas comunidades construyen su identidad en oposición a enemigos externos y utilizan la guerra como un medio para reforzar su unidad interna. La guerra, desde esta perspectiva, no solo preserva la homogeneidad tribal, sino que también actúa como un mecanismo para resistir la formación de jerarquías, desigualdades y, en última instancia, la consolidación de un Estado.
En resumen, mientras Lévi-Strauss interpreta la guerra como el resultado de la ruptura en la lógica del intercambio, Clastres la considera un componente organizativo fundamental en la estructura social de las comunidades tribales. Ambos enfoques destacan la importancia de las relaciones entre grupos en la definición de la dinámica social.
El Pensamiento Salvaje
En El pensamiento salvaje (1962), Lévi-Strauss argumenta que las operaciones mentales fundamentales son universales, pero se manifiestan de formas distintas:
- Pensamiento salvaje: Basado en clasificaciones sensoriales y asociaciones libres. Es creativo y flexible.
- Pensamiento domesticado o científico: Más estructurado y orientado al análisis, genera resultados a través de métodos rigurosos.
- Pensamiento bricoleur: Reutiliza elementos preexistentes para adaptarse a nuevas circunstancias, mostrando un enfoque pragmático y creativo.
Estos modos de pensamiento muestran cómo las culturas humanas estructuran la experiencia y resuelven problemas prácticos y conceptuales.
El Estudio de los Mitos
Entre 1964 y 1971, Lévi-Strauss desarrolló su monumental serie Las mitológicas (incluyendo Lo crudo y lo cocido y El origen de las maneras en la mesa), donde exploró los mitos como formas estructuradas de narración que resuelven tensiones conceptuales.
- Los mitos operan mediante oposiciones binarias (naturaleza-cultura, orden-caos, hombre-mujer) que organizan la experiencia humana.
- Argumentó que el significado de los mitos radica en su estructura interna, no en su narrativa superficial.
- Los mitos, como el lenguaje y el parentesco, son sistemas simbólicos que revelan las preocupaciones fundamentales de cada cultura.
Totemismo y Sistemas de Clasificación
En El totemismo en la actualidad (1962), Lévi-Strauss refutó la idea del totemismo como un sistema religioso. En cambio, lo interpretó como un código lógico que organiza y clasifica las relaciones sociales, utilizando animales y otros elementos simbólicos para conceptualizar vínculos y distinciones entre grupos.
Críticas al Estructuralismo
Aunque su enfoque ha sido influyente, el trabajo de Lévi-Strauss ha enfrentado críticas:
- Universalismo excesivo: Proyectó categorías dualistas occidentales (naturaleza/cultura, hombre/mujer) como universales.
- Falta de trabajo de campo: Se enfocó más en las estructuras abstractas que en las singularidades culturales.
- Desinterés por el cambio social: Sus modelos sincrónicos no abordaron suficientemente la dinámica histórica y política.
- Críticas feministas: Su análisis del parentesco trató a las mujeres como objetos de intercambio, ignorando su agencia.
Legado
Lévi-Strauss redefinió el estudio de las culturas humanas al revelar las estructuras subyacentes que dan forma al pensamiento y las prácticas sociales.
Desarrollos y Críticas Post-Lévi-Strauss
El estructuralismo, impulsado por Claude Lévi-Strauss, se centró en analizar las estructuras subyacentes que organizan las sociedades humanas. Aunque este enfoque revolucionó la antropología, sus ideas fueron desarrolladas, ampliadas y cuestionadas por otros autores que buscaron superar sus limitaciones y explorar nuevos caminos.
Louis Dumont: Jerarquía y Comparación Cultural
Louis Dumont, en su obra Homo Hierarchicus (1966), aplicó el estructuralismo al análisis de sistemas jerárquicos. Dumont comparó las oposiciones jerárquicas en la India, representadas por el sistema de castas, con el principio de igualdad en las sociedades occidentales. Su contribución destacó que estas oposiciones no son simétricas, sino que se estructuran de forma jerárquica dentro de cada sistema cultural, lo que subrayó la importancia de las relaciones de poder en la organización social.
Françoise Héritier: Género y Diferencia
Françoise Héritier profundizó en las dicotomías propuestas por Lévi-Strauss, particularmente en la relación masculino/femenino. En Masculino/Femenino (1996, 2002), Héritier argumentó que estas diferencias no son biológicas, sino construcciones sociales que reflejan jerarquías culturales. Su análisis permitió cuestionar la naturalización de las relaciones de género, mostrando cómo estas están integradas en las estructuras simbólicas y sociales.
Pierre Clastres: Poder y Resistencia al Estado
Pierre Clastres, en La sociedad contra el Estado (1974), reinterpretó las sociedades "primitivas", afirmando que estas no carecían de un Estado por atraso histórico, sino porque lo rechazaban activamente. Clastres introdujo la idea de que la guerra, en lugar de ser un fracaso de la alianza, es un principio que organiza y estructura la vida social en ciertas comunidades. Su perspectiva descentró el análisis estructuralista clásico, destacando las dinámicas de resistencia al poder centralizado.
Philippe Descola: Más Allá de Naturaleza y Cultura
Philippe Descola, en Más allá de naturaleza y cultura (2005), criticó la universalidad de la dicotomía naturaleza/cultura que había sido central en el pensamiento de Lévi-Strauss. Descola propuso una nueva tipología basada en cuatro ontologías:
- Naturalismo
- Animismo
- Totemismo
- Analogismo
para explicar cómo distintas culturas conceptualizan y organizan su relación con el mundo natural. Esta propuesta amplió el alcance del estructuralismo al considerar la diversidad de ontologías y formas de interacción entre los humanos y su entorno.
Pese a sus contribuciones, el estructuralismo también enfrentó críticas importantes. Su enfoque sincrónico fue cuestionado por no abordar adecuadamente el cambio social y la historia.
El Marxismo Estructural en Antropología
El marxismo estructural en antropología combina los enfoques del estructuralismo de Claude Lévi-Strauss, el materialismo histórico de Marx y Engels, y las reinterpretaciones del marxismo realizadas por Louis Althusser. Este enfoque busca analizar las estructuras sociales, económicas y culturales de las sociedades no occidentales, especialmente en el contexto de su transformación bajo la influencia del capitalismo global.
Louis Althusser: Relectura Estructural de Marx
Louis Althusser (1918-1990) propuso una lectura estructuralista de Marx que rechazaba el humanismo y el empirismo, centrándose en las estructuras económicas, sociales e ideológicas como fuerzas determinantes en la construcción de la realidad. En obras como La revolución teórica de Marx (1968) y Para leer El capital (1969), Althusser argumentó que la historia no tiene un sujeto ni un propósito definido. Según él, los procesos históricos están impulsados por fuerzas productivas y relaciones de producción que determinan las acciones humanas. Althusser también enfatizó la función de las prácticas ideológicas en la reproducción del orden social. Criticó la visión de la historia social defendida por E.P. Thompson, quien abogaba por la agencia humana, destacando en cambio la determinación estructural de los procesos históricos.
Aplicaciones en Antropología
El marxismo estructural en antropología se desarrolló para analizar cómo las sociedades no occidentales, con sus modos de producción específicos, interactúan con el capitalismo global. Este enfoque rechaza la visión unilineal de la evolución social y reconoce la complejidad y diversidad de las transformaciones culturales e históricas.
- Articulación de modos de producción: Este marco teórico examina cómo los modos de producción locales (domésticos, tradicionales) coexisten y se articulan con el capitalismo. Se retoman conceptos como el Modo de Producción Asiático y se adaptan a contextos específicos, como el Modo Africano de Producción, para entender las dinámicas económicas y sociales en distintas regiones.
- Autonomía de las estructuras: Inspirados por Althusser, los antropólogos del marxismo estructural enfatizan que las estructuras económicas y sociales no son simples etapas de un proceso evolutivo, sino que poseen lógicas propias que interactúan con el capitalismo global.
Claude Meillassoux: Articulación de Modos y Explotación
Claude Meillassoux (1925-2005) en Mujeres, graneros y capitales (1975), estudió la interacción entre el modo de producción tradicional y el colonial en el pueblo guro (Costa de Marfil). Destacó la articulación de estos modos, donde el capitalismo utiliza el trabajo doméstico no remunerado para reproducir fuerza laboral a bajo costo.
- Rechazó la idea de una historia rígida de sucesión de modos de producción.
- Mostró cómo el capitalismo transforma las relaciones de género y altera las estructuras sociales tradicionales.
Maurice Godelier: Estructuras, Intercambio y Dominación
Maurice Godelier (1934) integró filosofía, economía y antropología en sus análisis de las condiciones estructurales de las sociedades sin clases. En La producción de grandes hombres (1982), estudió a los baruya de Nueva Guinea, explorando cómo el intercambio de bienes y mujeres refleja principios estructurales como la cooperación y la fluidez social.
- Enfatizó que siempre existe un modo de producción dominante que subordina a otros, integrándolos en sus lógicas.
- Analizó las relaciones de reciprocidad y redistribución en sociedades cazadoras-recolectoras.
El Postestructuralismo: Práctica, Agencia y Poder
El postestructuralismo surge como una crítica y expansión del estructuralismo, incorporando enfoques que destacan el papel de la práctica, la agencia y el poder en la construcción y transformación de las estructuras sociales. Autores como Sherry Ortner, Pierre Bourdieu y Michel Foucault lideraron este movimiento, explorando cómo los individuos y las relaciones de poder moldean las dinámicas sociales.
Sherry Ortner: Teoría de la Práctica y Agencia
Ortner, una de las figuras clave en la teoría de la práctica, propuso un enfoque que integra las estructuras sociales con la agencia individual. Según Ortner, las estructuras culturales no solo condicionan las acciones humanas, sino que también son transformadas por estas acciones.
- Agencia: Destacó la capacidad de los individuos para actuar dentro de las restricciones culturales, influyendo y reconfigurando las estructuras.
- Prácticas sociales: Para Ortner, las prácticas no solo reproducen las estructuras, sino que también generan resistencia y cambio, subrayando la interacción constante entre estructura y acción.
Pierre Bourdieu: Habitus, Capital y Campo
Bourdieu introdujo conceptos fundamentales para analizar las dinámicas sociales:
- Habitus: Conjunto de disposiciones internalizadas que guían las prácticas y percepciones de los individuos, moldeadas por su posición social. El habitus no es fijo, sino que se adapta y evoluciona.
- Campo: Espacios sociales autónomos donde se desarrollan relaciones de poder específicas, como la educación, la política o el arte. Cada campo tiene sus propias reglas y formas de capital.
- Capital: Incluye el capital económico, social, cultural y simbólico, que los individuos acumulan y utilizan para competir en los campos sociales.
Bourdieu resaltó cómo las prácticas cotidianas reproducen las estructuras sociales, pero también cómo las tensiones y luchas dentro de los campos pueden transformarlas.
Michel Foucault: Poder, Saber y Subjetividad
Michel Foucault redefinió el concepto de poder, alejándose de una visión jerárquica para enfocarse en cómo el poder se ejerce a través de relaciones y prácticas cotidianas.
- Poder y saber: Según Foucault, el poder no solo reprime, sino que produce conocimiento, discursos y subjetividades. Las instituciones, como las escuelas, cárceles y hospitales, son espacios donde se materializan estas dinámicas.
- Disciplina: En Vigilar y castigar (1975), analizó cómo las tecnologías del poder disciplinan los cuerpos y configuran las conductas.
- Biopoder: En sus estudios sobre la modernidad, exploró cómo el poder regula la vida a nivel poblacional, gestionando aspectos como la salud, la sexualidad y la reproducción.
- Agencia y resistencia: Foucault subrayó que donde hay poder, también hay resistencia. La agencia humana se manifiesta en formas de subversión y cuestionamiento de las estructuras hegemónicas.