Corrientes Literarias del Siglo XX: Novelistas y Dramaturgos Fundamentales
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Novelistas Destacados del Siglo XX
John Steinbeck
Características: Gran capacidad de observación de la realidad cotidiana, creación de personajes y argumentos aparentemente sencillos, estilo directo y vivo, interés por la combinación de temas psicológicos y sociales.
Obra destacada: Las uvas de la ira.
William Faulkner
Características: Empleo del monólogo interior y búsqueda de la subjetividad narrativa a partir de puntos de vista múltiples, presentación de abruptos saltos temporales y exigencia de un lector eminentemente activo, creación de un marco ficticio común, influencia de su historia familiar, análisis de temas como el tiempo.
Obra destacada: El ruido y la furia.
Thomas Mann
Características: Máximo representante de la novela intelectual. El tema central de su obra es la crisis del individuo, su conflicto íntimo y la tensión con el entorno.
Obra destacada: La montaña mágica, se trata de una novela filosófica en la que el autor reflexiona a través de sus personajes sobre diversos temas.
Franz Kafka
Características: Se aprecia la influencia de la estética expresionista. Sus textos abordan el tema del desarraigo y la enajenación en la sociedad moderna. Bajo la apariencia realista del marco, los personajes y sus narraciones muestran situaciones y acontecimientos que resultan míticos e imposibles.
Obra destacada: La metamorfosis.
Corrientes Teatrales Relevantes del Siglo XX
Teatro Existencialista
Sus autores fundamentales escribieron obras centradas en el ser humano, apoyadas en la idea de que este únicamente existe a través de sus actos y de su relación con los demás.
Jean-Paul Sartre definió sus obras como "teatro de situaciones", es decir, escenas simples y humanas en las que los personajes hacen uso de su libertad. Sus títulos fundamentales son Las moscas, A puerta cerrada y Las manos sucias.
Albert Camus pretendía hacer un teatro accesible al público y, a la vez, ofrecer renovadoras reflexiones sobre la locura, la libertad y el poder en obras como Calígula, El malentendido, El estado de sitio y Los justos. En su ensayo El mito de Sísifo aborda lo absurdo e inútil de los esfuerzos del ser humano.
Las farsas trágicas de Jean Genet supusieron una ruptura con la tradición teatral anterior. En sus obras pone de manifiesto la tenue frontera entre la vida y la muerte, el vicio y la virtud, o lo sórdido y lo bello, y emplea un lenguaje mordaz e irreverente.
Teatro del Absurdo
Características principales:
- Las obras carecen de intriga y de fuerza dramática.
- Los personajes se limitan a contar sus rutinas y llevan a cabo acciones inútiles.
- La espera se convierte en uno de los motivos argumentales básicos.
- Los personajes son vagos, están desdibujados y se huye de la caracterización psicológica.
- Se abordan temas próximos a los del teatro existencialista, como la muerte, el paso del tiempo o la soledad; sin embargo, no se ofrecen soluciones.
- El azar marca la evolución entre escenas y predomina la estructura circular.
- Se huye del realismo y se plantean diálogos incoherentes que reflejan la imposibilidad de comunicación del mundo moderno.
Sus figuras fundamentales son Samuel Beckett y Eugène Ionesco.
Teatro Crítico Norteamericano
Después de la Segunda Guerra Mundial, el teatro norteamericano se centró en la influencia del entorno social sobre el individuo. Eugene O'Neill, Tennessee Williams y Arthur Miller son sus figuras más relevantes.
El inmediato precedente de esta tendencia se encuentra en Eugene O'Neill, cuyo teatro evolucionó del naturalismo al realismo con elementos simbólicos. Entre sus obras más destacadas encontramos Largo viaje hacia la noche, A Electra le sienta bien el luto o Días sin fin.
La dramaturgia de Tennessee Williams ahonda en la psicología de personajes complejos que se desenvuelven en entornos hostiles. Destacó por la audacia de los contenidos de sus obras, especialmente al abordar el tema de la sexualidad. El zoo de cristal y Un tranvía llamado deseo son algunos de sus títulos fundamentales.
Arthur Miller ofrece en su producción teatral un implacable análisis de la sociedad y la moral norteamericanas, así como un preciso retrato del ciudadano medio. Trató asuntos como las consecuencias de la guerra, la censura o la xenofobia. En su obra más conocida, Muerte de un viajante, aborda el tema de la frustración.