Corrientes y Autores Clave de la Poesía Española: Siglo XX y XXI
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Evolución de la Poesía Española: Desde la Posguerra hasta la Actualidad
Años 40: Posguerra y Poesía Arraigada vs. Desarraigada
La década de 1940 estuvo marcada por la posguerra, la censura eclesiástica y gubernamental, y un fuerte carácter testimonial en la literatura. La poesía buscaba valores formales, evadiéndose de la cruda realidad. La Generación del 36, con figuras como Luis Rosales y Dionisio Ridruejo, se unió por una conciencia política que se reflejó en la revista Escorial (1940). En 1943, surgió Garcilaso, fundada por un grupo de jóvenes escritores llamado "Juventud Creadora", con José García Nieto como director destacado. Estas revistas dieron cabida a otros poetas de la época.
En 1944, se produjo una ruptura con esta poesía formalista gracias a dos obras fundamentales: Hijos de la ira, de Dámaso Alonso, y Sombra del paraíso, de Vicente Aleixandre. También apareció la revista Espadaña, que se convirtió en un referente de la nueva poesía.
Dámaso Alonso, aunque perteneciente a la Generación del 27, no destacó como poeta durante el periodo de desarrollo de esa generación. Hijos de la ira fue una respuesta a la "terrible sacudida de la guerra española", agravada por la Segunda Guerra Mundial. Esta obra rompió con el formalismo del verso clásico, utilizando el versículo y el lenguaje coloquial. Con su "impureza" y su expresión amarga de la realidad, marcó un nuevo camino para la poesía de aquellos años. Hijos de la ira se inscribe en la llamada "poesía desarraigada", en contraposición a la "poesía arraigada" de la época.
Sombra del paraíso supuso la salida de Aleixandre de un prolongado silencio. El libro presenta una cosmovisión panteísta, escrita desde la pasión y la emoción poética, lejos de todo convencionalismo, y significó un enriquecimiento para la poesía española.
La ruptura y protesta que supuso Hijos de la ira se extendió a Espadaña. La revista nació enfrentada a los presupuestos de Garcilaso y defendió una poesía comprometida, expresión del hombre como ser social e histórico. Espadaña fue un primer acercamiento de los poetas a la realidad del momento y un primer paso hacia lo que se llamaría "poesía social".
En la corriente poética desarraigada encontramos una poesía existencialista que contempla al hombre "apresado" en un mundo hostil, atenazado por la soledad, el vacío, y que busca refugio en Dios como posible remedio. Blas de Otero y otros poetas posteriores expresarán esta angustiosa problemática existencial.
Años 50: La Poesía Social
Fruto de los intentos anteriores, surge la poesía social en la década de 1950. Los principales poetas de esta corriente fueron Gabriel Celaya y Blas de Otero. Otros autores, como Gloria Fuertes o José Hierro, se aproximaron a ellos por su talante ético. Para estos poetas, la poesía debía reflejar la realidad del momento, olvidando el anterior tono intimista. Adoptaron actitudes realistas, solidarias y críticas. Algunos llegaron a pensar que la poesía debía ser un instrumento para transformar el mundo, mediante la denuncia de la injusticia y la opresión.
A diferencia de Juan Ramón Jiménez, que dirigía su obra "a la minoría, siempre", Blas de Otero y Gabriel Celaya se dirigían "a la inmensa mayoría". Como consecuencia, estos poetas buscaban un contenido claro y empleaban un lenguaje sencillo, coloquial y, con frecuencia, el verso libre. Esto no impedía una elaboración formal en busca de una comunicación efectiva. Entre sus influencias, se encuentran Antonio Machado, César Vallejo y Miguel Hernández.
- José Hierro (1922-2002): Su poesía social se preocupa por el hombre, por la atención a la realidad cercana, de la que quiere dejar constancia, y por su tono testimonial. Destaca la sencillez de su expresión. Obras: Tierra sin nosotros, Quinta del 42, Cuanto sé de mí y Libro de las alucinaciones.
- Gabriel Celaya (1911-1991): Continuador de los poetas del 27, ha sido, sobre todo, el más representativo del realismo social. "La poesía es un instrumento para transformar el mundo". Su poesía emplea un lenguaje directo, no embellecido, como se aprecia en su poema "La poesía es un arma cargada de futuro".
- Blas de Otero (1916-1979): Su poesía se debate entre la esperanza y la dificultad del ser y vivir en un duro presente. Su obra presenta cuatro tendencias: poesía existencialista, poesía amorosa, poesía social y el tema de España. Utiliza aliteraciones, paralelismos, juegos de palabras y expresiones coloquiales. Emplea formas métricas clásicas, el verso libre y el versículo. Sus principales libros son: Ángel fieramente humano, Redoble de conciencia, Pido la paz y la palabra, En castellano y Que trata de España.
Años 60: La Poesía del Conocimiento
La poesía social de los años 50 produjo un cierto cansancio. Un grupo de poetas superó los contenidos más sociales y emprendió un rumbo poético hacia aspectos más introspectivos, con un decidido interés por los valores estéticos y las posibilidades del lenguaje. Nacidos entre 1925 y 1938, constituyen un grupo de poetas con un elevado nivel de calidad artística. Algunos de los nombres y títulos más famosos son:
- Ángel González: Áspero mundo, Tratado de urbanismo
- José Ángel Valente: A modo de esperanza
- Claudio Rodríguez: Don de la ebriedad
- Jaime Gil de Biedma: Compañeros de viaje, Moralidades, Poemas póstumos
Hijos de familias de la burguesía media, ninguno de ellos participó en la Guerra Civil, pero crecieron entre las ruinas de la posguerra y maduraron precozmente. Evitan el prosaísmo y la espontaneidad de la poesía social, con una intencionada elaboración estilística. Reivindican un lenguaje poético que conjuga la fuerza expresiva de magníficas imágenes sensoriales con el estilo conversacional, la ironía e incluso el sarcasmo. Un rasgo muy importante es el tono cuasi-narrativo y conversacional, y el léxico sobrio, eficaz y preciso.
En cuanto al contenido, se trata de una poesía no social, pero sí crítica e inconformista. Expresan sus propias experiencias de la vida cotidiana, con un retorno al intimismo (principalmente recuerdos de la infancia y de la guerra). Destaca también el escepticismo ante el sentimiento de soledad. Por último, resalta su concepción de la poesía como vehículo de conocimiento.
Años 70: Los Novísimos
Los poetas "novísimos" se sienten alejados de la Guerra Civil y se manifiestan ajenos a la poesía anterior. Son escépticos sobre las posibilidades de la poesía para cambiar el mundo. Predomina en ellos el sentimiento de inutilidad de la poesía, atacan la poesía social y proclaman la autonomía del arte. Su rasgo esencial es el interés por los motivos culturales extranjeros. De la poesía española sólo les interesan algunos poetas, como Aleixandre y Gil de Biedma. Se despreocupan de las formas métricas tradicionales e introducen en sus obras elementos exóticos.
Lo más destacado en estos poetas es la incorporación a su mundo poético de la cultura de la imagen. Su sensibilidad está muy influida por el cine, la televisión, la prensa y por los mitos que se imponen en la sociedad de estos años. El estilo se nutre del surrealismo e incorpora técnicas como el collage y el flash cinematográfico. La intertextualidad se convierte en una clave descifrada sólo por lectores muy formados. Los textos resultan herméticos, también por su elaboración retórica.
Destacan los siguientes autores: Manuel Vázquez Montalbán (Una educación sentimental), Antonio Martínez Sarrión (Teatro de operaciones), Pere Gimferrer (Arde el mar), Guillermo Carnero (Dibujo de la muerte) y Leopoldo María Panero (Así se fundó Carnaby Street). Dentro de esta estética se incluyen también Ana María Moix, José María Álvarez, Félix de Azúa, Vicente Molina Foix, Luis Alberto de Cuenca, Luis Antonio de Villena y Antonio Colinas.
1975 - Actualidad: Últimas Tendencias
A partir de mediados de los setenta, decae la estética de los novísimos y surge una nueva poesía que rescata la continuidad con el pasado literario y halla sus modelos en los poetas de fin de siglo, en los del 27 y en los del grupo de los 50 (Gil de Biedma, Valente y Brines).
Temas y Estilo
Rechazan lo frío y conceptual de la generación anterior. De la poesía de los setenta mantienen la temática urbana, y la vida cotidiana se convierte en fuente de poemas, en los que asoman sentimientos como el amor, la soledad, el paso del tiempo... Formalmente, estos poetas rechazan la ornamentación estilística de los novísimos y prefieren una poesía de retórica más equilibrada. El lenguaje utilizado se carga del léxico de la vida moderna, y la ironía, en la tradición del grupo de los cincuenta, permite un distanciamiento respecto de la realidad.
Tendencias
- Neosurrealismo: Entronca con la generación del 27 y los surrealistas de posguerra. Destaca Blanca Andreu: De una niña de provincias que se vino a vivir en un Chagall.
- Neorromanticismo: Sus temas son la noche, la importancia del canto y la muerte. Destaca Antonio Colinas con Noche más allá de la noche o Los silencios del fuego.
- Poesía del silencio, minimalista o conceptualista: Continúa la línea de la poesía del silencio iniciada por Valente. Los poemas, en verso corto, condensan los conceptos y abandonan el exceso verbal. Composiciones que invitan a la sugerencia por medio de silencios. Destacan Jaime Siles con Canon, Alegoría o Música de agua y Andrés Sánchez Robayna con Palmas sobre la losa fría y Fuego blanco.
- Poesía épica: Recupera la naturaleza y el recuerdo del pasado. Destaca Julio Llamazares con Memoria de la nieve.
- Poesía sensualista: Con Ana Rossetti: Los devaneos de Erato e Indicios vehementes.
La Poesía de la Experiencia
Sin embargo, la tendencia predominante en la actualidad es la poesía de la experiencia. Esta orientación vuelve a situar el texto en un espacio y tiempo concretos, y busca un público más amplio. Abarca un espectro temático que incluye desde la realidad urbana al más profundo intimismo. La reflexión sobre la vida se tiñe de un contenido emotivo y la presencia de la anécdota conduce muchas veces a poemas narrativos. Estos poemas prefieren un estilo basado en el lenguaje conversacional y en el monólogo dramático, con la presencia de un observador que cuenta la experiencia.
La nómina de la poesía de la experiencia agrupa a Luis García Montero, al vasco Jon Juaristi y al gallego Miguel d'Ors, como autores más destacados.
- Luis García Montero: Es el representante de la poesía de la experiencia. Sus poemas son urbanos y giran alrededor de motivos cotidianos. En sus textos, se hace presente el tema del amor cotidiano. Junto a elementos de la realidad, aparecen el irracionalismo y la fantasía, que contribuyen a una visión poética del mundo y de la vida.
- Jon Juaristi: Se aproxima a la tendencia social y rescata temas y autores del País Vasco como Gabriel Aresti. Sus versos llegan a veces a la parodia. Junto a esta vertiente de carácter cívico, cultiva una poesía más intimista.
- Miguel d'Ors: Presenta una poesía íntima, de temática religiosa y familiar con cuidada elaboración técnica.
Generación del 27
Los poetas de la Generación del 27 solían compartir residencia en la "Residencia de Estudiantes de Madrid" entre 1890 y 1900. Se dejaron cautivar por el impulso renovador de las vanguardias.
- Pedro Salinas: Fábula y signo y Razón de Amor son sus mejores obras en los años 30.
- Jorge Guillén: Va agrupando sus libros en Cántico. A partir de los años 50, su tono es menos optimista en Clamor.
- Federico García Lorca: Poeta de mayor renombre internacional, con una sensibilidad que mezcla elementos de Andalucía con una originalidad moderna. Destacan Poema del Cante Jondo y Romancero Gitano.
- Rafael Alberti: Surge como poeta en Marinero en Tierra. Su trayectoria es larga y fructífera. Sobre los Ángeles es un poemario trágico y surrealista.