Le Corbusier: Pionero del Racionalismo Arquitectónico y la Vivienda Moderna
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Le Corbusier y el Racionalismo Francés
Charles-Édouard Jeanneret, universalmente conocido como Le Corbusier, nació en Suiza, pero desarrolló la mayor parte de su influyente carrera en Francia. Sus ideas y principios arquitectónicos calaron profundamente en profesionales de todo el mundo gracias a los Congresos Internacionales de Arquitectura Moderna (CIAM), que fundó en 1928 y en los que tuvo una participación decisiva.
Características de la Arquitectura de Le Corbusier
- Su material predilecto fue el hormigón armado, al que consideraba, por su versatilidad, el vehículo idóneo para expresar su concepción arquitectónica.
- Resumió sus ideas en lo que denominó los Cinco Puntos para una Nueva Arquitectura:
- Pilotes: La estructura del edificio se apoya en pilares de hormigón que aíslan la construcción del suelo, liberando la planta baja.
- Terrazas jardín: Aprovechamiento de las azoteas para crear espacios verdes y de ocio.
- Ventanas longitudinales: Grandes aberturas horizontales que permiten una iluminación intensa y uniforme de los interiores.
- Planta libre: Gracias al sistema de pilotes y a la ausencia de muros de carga, cada piso puede ser distribuido con total independencia y flexibilidad.
- Fachada libre: Al no estar sujeta a la ordenación regular impuesta por los muros de carga, la fachada puede diseñarse con total libertad estética y funcional.
La Casa como Máquina de Habitar
Una de sus principales aportaciones conceptuales es su particular definición de la casa como una máquina de habitar. Esta visión estaba en consonancia con los avances industriales que se estaban produciendo en su época. Le Corbusier abogaba por una ruptura con la vivienda antigua, que consideraba ineficiente en el uso del espacio, proponiendo en su lugar una concepción de la vivienda como un objeto útil, optimizado para la vida moderna.
Obras Destacadas
Primera Etapa: Rigor Racionalista
Los principios anteriormente mencionados se ven reflejados de forma arquetípica en obras como la Villa Saboya y la Unidad de Habitación de Marsella. Esta etapa se caracteriza por un gran rigor racionalista, con volúmenes limpios y una ausencia total de concesiones decorativas.
Villa Saboya (Poissy, París, Francia) — 1928-1931
La Villa Saboya, diseñada por Le Corbusier, consta de tres plantas: una baja, una central y una terraza. Se levanta sobre pilares exentos en la planta baja, un espacio reservado para aparcamientos. Las tres plantas presentan distribuciones diferentes, ya que la estructura de pilares permite una gran flexibilidad. Asimismo, las cuatro fachadas son distintas entre sí, evidenciando el concepto de fachada libre.
Unidad de Habitación en Marsella (Francia) — 1947-1952
Considerada su primer trabajo significativo después de la Segunda Guerra Mundial, la Unidad de Habitación en Marsella es un gran edificio de vivienda colectiva. Estas unidades están concebidas a base de líneas rectas y ángulos rectos, con una estructura de plantas repartidas en pisos, capaces de albergar hasta 1.200 personas. Le Corbusier la imaginó como un macrocosmos con múltiples servicios integrados en su interior, destacando su carácter funcional, lineal y racional. En esta obra, el arquitecto se transforma en urbanista, diseñando no solo edificios, sino también la concepción de barrios enteros a partir de bloques estandarizados.
Segunda Etapa: Expresionismo y Poesía
En una segunda etapa de su carrera, las superficies arquitectónicas de Le Corbusier adquieren un sentido más expresionista, escultórico y poético, alejándose del rigor puramente racionalista.
Capilla de Notre Dame du Haut, Ronchamp (Francia) — 1955
La Capilla de Notre Dame du Haut (Nuestra Señora del Alto), en Ronchamp, es la obra principal de esta etapa. Se trata de una construcción de planta irregular, cuyas superficies blancas recuperan el movimiento. Su tejado, con una apariencia pesada, se asemeja a un gran sombrero de hormigón que, interiormente, parece flotar en la penumbra. Los muros adoptan deformaciones alabeadas y las ventanas son simples tragaluces cuyo cromatismo crea una atmósfera interior de profunda espiritualidad y recogimiento. El púlpito exterior parece inspirarse en la tradición arquitectónica italiana.